𝙂𝙧𝙖𝙛𝙛𝙞𝙩𝙞 𝘾.𝙍.𝙊

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MARATÓN 2/2

Narra Sol:

al presentarnos y quedarnos hablando un rato, ya no podía dejar de reir por todas las cosas que hacía o contaba, hasta que una voz detrás mío llamó nuestra atención.

- No te conviene juntarte con el. - la voz de Tomás sonó a mis espaldas y me di vuelta mirandolo con incredulidad.

- ¿Ah si?. - reí. - Mira cuanto me interesa. - dije ya en pedo y bajo las drogas a lo que Aaron y yo estallamos a carcajadas como si fuera lo mas gracioso del mundo.

- Sol. - dijo entre dientes Tomás.

- Ese es mi nombre. - reímos y cuando la cosa se puso tensa Aaron se acercó y antes de irme le pasé mi celular, primero para molestar a Tomás pero ademas me había caído muy bien y podríamos ser amigos.

- ¿Podemos hablar?. - se acercó a un costado y suspiró.

- No, hoy no quiero amargarme por vos. - le sonreí. - Si me querés al menos un poco o mínimamente queres verme bien, lo mejor es que por esta noche me dejes pasarla bien.

- No es lo que pensas igualmente. - suspiró.

- Y ahi vamos, tipico de hombres. - reí con cinismo. - Hacerme creer que yo la flashe, o que yo estoy mal, me da igual Tomás, si queres hacerme mal lo mejor es que te alejes y si, me dolió, pero allá vos, te di una oportunidad y haces lo mismo en mi propia cara.

- No me la chape ni nada. - me miró.

- No me importa, dejame estar bien por lo menos por esta noche. - me tragué mi nudo en la garganta y entré rapido encontrándome con H de la mano con la chica que anteriormente habíamos visto.

- Ella es mi amiga Sol. - me presentó y la chica me sonrió simpatica. - Ella también se llama Sol. - rió H presentándome a la chica.

- Las Sol somos las mejores. - rió la rubia y asentí riendo.

- Che, te quería avisar, cuando llegue a casa me encargo de Tomás. - me miró H atento.

- Me da igual, que haga lo que quiera.

- A mi no me da igual. - me miró serio. - Es un pelotudo y no quiero que siga siendo un pelotudo con vos. - me sonrió y internamente agradeci que alguien se preocupara por mi de esa manera.

con el tiempo me había acostumbrado a poder restarle importancia a las cosas que me hacían mal, pero eso no quería decir que esté siempre bien, en momentos como este solo necesitaba un amigo que se preocupe y H en el momento adecuado resultó serlo.

- Te quiero H muchas gracias. - lo abracé y me permití mostrarle mi lado tierno, el cual no todo el mundo conocía.

- De nada wacha, sos un Sol vos. - rió y la rubia rió junto a nosotros.

- Yo me voy para casa ya porque mañana trabajo. - me despedí y al no encontrar a mis amigos decidí volver caminando.