𝙂𝙧𝙖𝙛𝙛𝙞𝙩𝙞 𝘾.𝙍.𝙊

50

Narra Sol.

ya estaba tomando un café en la cocina, ya que había terminado el graffiti y estaba aburrida.

el día se pasó volando, ya eran casi las nueve de la noche y mi teléfono empezó a sonar.

- Hola Tom. - atendí con una sonrisa y solo se escuchó un silencio y un suspiro cansado. - ¿Tomi?.

- Hola Sol. - habló de manera rara. - Necesito hablar con vos.

- Bueno. - algo en mi se apagó un poquito. - Mañana si querés nos juntamos. - hablé desganada.

- No. - negó e hizo una pausa. - Tiene que ser ahora, veni a mi casa.

- ¿A esta hora Tomás?. - miré por la ventana. - Vos tenés moto, sería mejor que vengas vos. - suspiré.

- En un rato estoy por ahí.

iba a responder pero se escuchó el sonido de llamada finalizada.

suspiré y no pude evitar hacerme la cabeza, ¿que había pasado ahora?.

me senté en el sillón, hoy estaba muy sensible y no entendía nada.

empecé a jugar con mis manos mientras me perdía en los pensamientos de que puse haber hecho mal.

sonó el timbre y no sabía cuanto tiempo había pasado, pero me levanté a abrir y ahí estaba Tomás.

pero un Tomás lleno de golpes y con una mirada fría.

- ¿Que pasó Tomás?. - lo agarré del brazo para que entre pero el hizo que lo suelte bruzcamente y cuando lo miré estaba cerrando los ojos.

- Sol no puedo seguir. - soltó de la nada y las lagrimas aparecieron en mis ojos

- ¿Por que?. - lo miré buscando una respuesta en sus ojos. - ¿Asi de la nada?. - reclamé. - Tomás no lo entiendo, pasamos unos días hermosos.

- Sol. - cerró sus ojos y su voz se quebró. - No puedo decirte. - una lagrima cayó por sus ojos.

- ¿Vos querés dejarme y yo no merezco una explicación?. - lo miré. - Te odio Tomás. - escupi.

- No Sol.. - susurró. - Yo...

- No Tomas. - lo frene. - Andate. - lo mire y abrió los ojos. - Si no tenés nada para decir andate, ya dijiste lo que querías. - señalé la puerta.

- Escuchame Sol. - suplicó.

- ¿Sabes que pasa?. - lo miré a los ojos. - Ahora yo no tengo ganas de escucharte ni de entenderme, por que siempre tengo que ser yo. - reclamé. - ¿Pero cuando vas a ser vos?.

iba a hablar pero solo señalé la puerta mientras miraba el piso, no podía mirarlo ahora, no así, sabía que si lo veía llorar iba a volver y no era bueno, no era bueno para mi.

se fue y me apoyé contra la puerta, la moto todavía no se escuchaba como que se fue pero mis lagrimas no tardaron en salir.

me agarré el pecho mientras sentía un vacío en el y mi celular volvió a sonar.

lo miré en el sillón y me acerqué para prenderlo y que se ilumine en la pantalla.

"Tom:
Siempre vas a ser vos"

las lagrimas volvieron a salir con mas intensidad y escuché la moto arrancar.