𝙂𝙧𝙖𝙛𝙛𝙞𝙩𝙞 𝘾.𝙍.𝙊

32

Narra Sol:

- Sobre mi... - suspiré. - Es básicamente obvio creo yo, no soy muy interesante Tomi. - lo miré.

- Si lo sos. - agarró mi mano y lo miré.

- Mm mis papás murieron en un accidente o algo asi, el caso lo cerraron al no tener pruebas sobre quién los chocó pero bueno. - suspiré. - Me encanta dibujar, de chica vivía haciéndolo y ahora pinto en las paredes. - sonrió.

- Cheto, me encanta. - sonrió.

- No hay mucho mas que contar.

- ¿Por que vivis sola?.

- Cuando mis viejos murieron quedé a cargo de una tía que nunca vino a verme y solo mandaba plata, no le importaba, por suerte tenía a los pibes que siempre me apoyaron y la mamá de Valen siempre me ayudó en todo lo que pudo. - sonreí. - Hasta que a los 18 empecé a trabajar y le voy dejando plata a ellos aunque no me la acepten se las escondo, viste como están las cosas hoy. - suspiré.

- Y después decís que no sos interesante. - sonrió y se acercó para dejar un beso corto en mis labios.

- ¿Quien era el hombre del otro día?. - me atreví a preguntar sin pensar mucho.

miré su cara y cambió completamente a estar serio y una sensación de tristeza recorrió mi cuerpo.

- Nadie Sol. - suspiró y miró las luces de las casas de su barrio.

- Perdón. - susurré y me pare para dejar un beso en sus labios y acercarme a ver mas las casas desde el alto donde estabamos ubicados.

- Se lo que se siente que no pueda contarte toda mi vida. - suspiró Tomas detras mio. - Es solo que no quiero meterte en todo esto. - me abrazó de atras y yo solo asentí suspirando. - No quiero que pienses que te lo oculto porque quiero, porque nada me gustaría mas que poder contarte todo. - se escondió en mi cuello.

- Está bien. - suspiré tratando de entenderlo y llevé una mano a su pelo para acariciarlo mientras continuamos viendo la ciudad.

- Ojalá nunca te alejes de mi. - susurró pero lo llegué a escuchar.

- ¿Por que me alejaría?. - me di vuelta y agarré su cara con mis manos.

se quedó callado mirandome y en ese momento lo dejé pasar, para acercarme y besarlo.

suspiró y me aferró mas contra el, como si tuviera miedo de que me suelte y me alejé completamente, como si no quisiera perderme por nada del mundo.

sonreí entre sus brazos sintiendo su perfume.

- ¿Me llevas a casa?. - hablé ya que tenía bastante sueño.

- Vamos a la mía. - sonrió y agarró mi mano.

- ¿Tus papás?. - recordé.

- No están en casa estos días. - sonrió debilmente.

una parte de mi se había ilusionado estúpidamente creyendo que quizas me los iba a presentar.