EN EL ARMARIO (+18↔GAY)

Cita en el armario.

Pov Calem.

—¿Puedes creerlo? —cuestioné, luego de contarle a Joey sobre mi inusual día en la mañana.

—¿Y solo se fue? —sonó decepcionada— Ahí es cuando te tenía que besar y follar bien duro. —me ahogué con la cerveza y el barman frente a mí soltó una risita.

—Eso solo pasa en las porno, pervertida. —le informé limpiando mis labios y negando con la cabeza.

—No es cierto, estás muy oxidado en esto de conocer gente y salir, no sabes lo que es esta generación de críos. Incluso estoy pensando en acostarme con un adolescente ya que parece que saben más del sexo que nosotros —me sorprendí, pero el barman, una chica junto a nosotros e incluso un hombre que pasaba asintieron.

—Exageran —susurré apoyando mi codo en la barra.

—Quizá un poco, no sé por qué te sorprendes tanto teniéndome como mejor amiga —afirmó guiñándome un ojo.

Bien, es algo intrépida, pero solo con sus amigos íntimos y no es para nada vulgar con personas que no conoce. En cambio ese anormal pasa los límites.

—¿Y qué tal es ese descarado sujeto? —preguntó curiosa.

—Esto... tendrá unos ¿Treinta años? Su sonrisa petulante me pone de los nervios, postura orgullosa, ojos... Bueno, no se veía bien pero parecían celestes muy claros —comencé a recordarlo con más atención—. Alto. Muy grande, la contextura física de un jugador de fútbol americano, al verlo creí que no era de la empresa y me asustó un poco, pero sabía de los controles de salud del lugar por lo que era claro que era un trabajador también.

Si no fuese tan descarado y bruto quizá me hubiese gustado por su increíble físico. Pero era un neandertal que solo quería sexo.

—Suena que es atractivo e interesante —me miró levantando una ceja—. Conociéndote debes estar muy curioso ¿No?

—Porque es un desubicado total, ¿Cómo puede ser tan poco sutil?

—Eso de "hacer mío ese culo" es otra onda ¡Lo mejor que he oído en meses! —estalló en risas—. Al parecer no quiere nada más allá de sexo ¿No es eso bueno para ti? Que solo te ocupas de trabajar.

—Hey, no seas mala, vine aquí —señalé el antro donde ella me trajo.

—Porque es mí cumpleaños, sino me rechazarías y convencerías para pasar una noche tranquila en tu casa. Aunque mañana sea tu cumpleaños estoy segura que trabajarás, irás a tu casa y verás alguna serie en el sofá. —no me quedó más opción que aceptar mi derrota, tenía razón.

—¿Así de despistada eres con tu amigo? —cuestioné y la acerqué un poco a mí tomando su rostro.

—Sobre todo con mis amigos. —sonrió cómica y apreté su cara hasta que se liberó dándome un fuerte golpe en el costado.