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Amor = Odio.

El silencio era algo que Chaeyoung disfrutaba desde su niñez, las pocas veces en los que el ruido ausentaba entre los caóticos grupos de personas que acostumbraban rodearle eran buenos momentos de respiro que agradecía profundamente.

No había otra sensación que algo más que una persona en específico pudiera darle que fuese tan satisfactoria como la paz que el silencio le regalaba.

Pero ahora mismo, éste era algo con lo que no podía coexistir.

Nunca pensó que un viaje de vuelta a su hogar en una minivan con siete personas podría ser tan profundamente callado, tanto que lo único que se podía escuchar era el roce de las ruedas de goma del auto contra el viejo asfalto.

Sus ojos viajaban constantemente a su derecha, mirando de reojo a la castaña que desde que salieron del cementerio, no había hecho ni un ruido más, su mirada en ningún momento encontró la suya, y ni siquiera ahora se atrevía a abandonar sus manos reposadas sobre su regazo.

El silencio era tan pesado que, desesperados por llenarse de algo, sus oídos comenzaron a percibir el ruido en su interior, el correr de la sangre a través de sus venas, las ráfagas de aire corriendo ferozmente desde sus pulmones hasta ser expulsadas lentamente por su nariz, los latidos de su corazón resonando en cada parte de su torso, sintiendo cerca el corazón de Jennie, suplicando por escucharle responder a sus llamados.

Un pequeño estruendo acabó enseguida con la concentración de la neozelandesa, logrando que finalmente apartara la mirada de aquel punto fijo para encontrar la fuente, notando sólo entonces que el auto se había detenido, y que desde el copiloto Yoongi ya estaba saliendo del auto.

Estaban frente a su casa.

Miró a Jennie una vez más, sus gestos no daban ni un sólo indicio de que quisiera hacer algo.

¿Realmente así sería? ¿Ni siquiera la miraría antes de volver a desaparecer de su vida?

—¿Chaeyoung? —La voz de Nayeon llamó la atención de la chica desde el asiento del piloto, haciéndole girarse para notar su semblante pintado en compasión—. ¿No hay problema con que Jennie se quede contigo un rato? Debo llevar a Jeongyeon y Momo a sus casas, están algo lejos y Jennie se marea con largos viajes.

—Yo no tengo problema con ello.

—¿Jen? —La atención se centró sobre la morena, obligando a ésta a levantar por fin la mirada solamente para asentir—. Bien, vendré por ti en un par de horas.

Chaeyoung abrió la puerta del auto y junto a Jennie salió de éste, caminando directamente hacia la puerta principal de su casa para abrir ésta con las llaves que sacó de su bolso.

—¡Jennie! —El par se giró en dirección al auto, mirando a Nayeon sacar su cabeza de la ventana de la minivan con una sonrisa iluminando su rostro—. Si necesitas algo sólo tienes que llamarme, te quiero.

—Yo igual —Murmuró la morena entre una mínima sonrisa, alzando su mano para despedirse de la mayor antes de que ésta pusiera en marcha el auto nuevamente y saliera del lugar.

Jennie esperó fuera hasta que el auto desapareció completamente de su campo de visión, y sólo entonces siguió a la pelirroja dentro de la casa.

—¿Mamá? —Llamó lo suficientemente alto para que se escuchase en todo el primer piso, girándose en dirección al reloj de pared que colgaba sobre el televisor de la sala al no escuchar una respuesta de vuelta—. Sigue trabajando... pensé que ya era la hora de su salida.

—Quería verla...

—Hmm... ¿quieres comer algo?

—No tengo hambre.

Under the blooming roses - ChaennieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora