Youjo senki volumen X

CAPITULO 30: LA BATALLA DE EICHEBERG

1 de diciembre del año unificado 1940

Eicheberg, República Prusiana

Había un mensaje del coronel Agreau de que habían encontrado a Degurechaff y la estaban atacando despues de eso nada ni una señal. Después de quince minutos, el general hizo que su personal intentara contactar al coronel. La única respuesta que recibieron fue estática. Las batallas aéreas entre magos no solían ser largas y prolongadas. Por lo general, terminaron en cuestión de minutos. El general comenzó a tener una sensación de malestar en la boca del estómago. Hizo que sus hombres abandonaran el campamento junto a la carretera y ocuparan el pueblo cercano. Si ocurriera lo peor, los edificios al menos les darían algo de cobertura.

El cielo nocturno apenas comenzaba a aclararse cuando llegó lo peor. Su radar móvil los alertó de múltiples señales de acercamiento. La artillería fue alertada pero se le dijo que mantuviera el fuego a menos que recibieran fuego enemigo. Pronto hubo el resplandor de muchos equipos de vuelo que se cernían a unos mil pies en el aire.

El general Javier los miraba fijamente con gran asombro y terror, -¿Cómo? ¡Se suponía que solo tenía dos compañías, tres como máximo! ¡Debe tener más de tres batallones!-

-Señor-, el capitán Ansal los estaba estudiando a través de un par de binoculares. -Muchos de sus equipos parecen ser ildoanos-.

El general apretó los dientes. -¿Los ildoanos? ¡Nos jodieron en Iberia y ahora también lo han hecho aquí!-

Un cabo se le acercó con un paquete de radio. El saludó. -General, tenemos a alguien en la frecuencia internacional que solicita hablar con usted. Ella dice que es Tanya Degurechaff-.

-Ya veo-. El general le quitó el receptor y se lo llevó a la cara. A pesar de las circunstancias, habló sin ningún temblor en su voz. -Este es el general Javier, comandante de la Fuerza Expedicionaria Republicana del Occidental-.

-Saludos, general, soy Tanya Degurechaff, presidenta y mariscal del Reich de Prusia. Me gustaría hablar sobre los términos de su rendición, antes de todo temo informarle que el coronel Agreau ha caido en accion-.

"Reichs Marshal?" Se preguntó Javier mentalmente "Ella se ha dado un rango imaginario. Bueno, no es que haya alguien que le diga que no". Despues de esta rapida refleccion regreso a la realidad y respondio con determinacion. -Solo pides rendición cuando el enemigo es derrotado. Mis fuerzas están intactas y listas para el combate-.

-Sus fuerzas terrestres lo son-, dijo Tanya. -Sus fuerzas aéreas, tanto de magicas como mecánicas, han sido borradas-.

Como Tanya y sus tropas eran las que estaban en el cielo sobre él, Javier no podía discutir eso.

-Su posición es insostenible, general. No puede defenderse eficazmente del bombardeo aéreo, no tiene esperanza de retirarse o reforzarse. Para evitar el derrame innecesario de sangre, le pido que se rinda-.

Javier sabía que lo que estaba diciendo era verdad. Sus hombres podían luchar, y tal vez infligir algunas pérdidas, pero no tenían esperanzas de ganar.

-¿Nos permitirían a mí y a mis hombres un retiro sin molestias? Me comprometeré a abandonar el territorio prusiano sin causar ningún daño a la propiedad o más pérdidas de vidas-.