Capítulo 6

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¿Qué querías decir con que esas no eran las formas ni el momento?

La pregunta se formula sola en su cabeza, en un escenario imaginario en que le pregunta a Alba por lo ocurrido la noche anterior, un tema en el que realmente no quiere ahondar. Sin embargo, adivina por la cara de la pelirrosa que ha recibido su pensamiento. Se sonroja y niega con la cabeza.

-No contestes. No te lo iba a preguntar. Lo siento, olvídalo.

-Vale -accede Alba con un tono tan dulce como la mirada que le dedica. Rocío esboza una sonrisa pequeña y baja la mirada hacia el café con leche que revuelve con la cucharilla-. ¿Has dormido bien?

Rocío asiente.

-Creo que el alcohol me dio sueño. No sé cómo habría dormido si no.

-Pues bien, seguramente. Estabas agotada. -La bruja de agua mira a Nerea, sentada al lado de su madre. La niña ya se ha manchado la boca, los brazos e incluso la mesa de colacao-. ¿Y tú, Nerea? ¿Dormiste bien?

-Sí -contesta escueta la niña, antes de seguir haciendo chapuzas con su desayuno.

-Es mejor limpiarlo todo al final -se excusa Rocío en un murmullo por su hija. Alba asiente con una sonrisa divertida.

-Es mujer de pocas palabras, ¿eh?

-Eso me temo. A ver si cuando empiece el cole se abre un poquito más. -Mira a la niña con cariño.

-Seguro que sí, mujer. Con Aitana conecta genial. -Apoya la mejilla en la mano, mirando también a Nerea-. Durmió como un bendito toda la noche, eh. Aitana sí que se despertó un par de veces.

-¿Y tú? -se interesa Rocío con cierta culpabilidad.

-Más o menos -confiesa con una sonrisa cansada.

-Lo siento muchísimo. Te quité la cama grande.

-Yo iba a dormir ahí de todas maneras, la cama grande es la de Jaime y además te la ofrecí yo -corrige Alba-. No seas tonta.

-Ya, bueno, y yo estaba muy pedo como para decirte que no.

-¡Peo! -exclama Nerea. Rocío la mira y le hace una pedorreta, intentando arreglarlo. Alba suelta una carcajada.

Se te sube rapidísimo, ¿eh? Solo fue una cerveza, apunta Alba. Rocío se encoge de hombros.

Y por eso no suelo beber.

Alba chista y niega con la cabeza, divertida. Se levanta y se lleva su taza al fregadero mientras Rocío la sigue con la mirada. Un torbellino con flequillo entra por la puerta y prácticamente se abalanza sobre su hija.

-¡Neea! ¿Ugamo?

-Nerea no puede jugar ahora, cariño -sube la voz Alba sin mirarla, todavía frotando su taza con el estropajo-. Está desayunando.

-Que termine, que es una lenta.

-Bueno, de tal palo... -Alba se gira para mirar la taza medio llena de Rocío con una ceja arqueada. La rubia se sonroja.

Aitana, que no ha comprendido la pulla de su madre, tira esta vez del brazo de Rocío.

-Osío, ¿ugamo?

Rocío le sonríe con ternura.

-Yo no puedo jugar hoy, cariño. Pero Nerea juega ahora contigo. ¿Terminaste, Nere?

-Sí -contesta la niña, y aunque Rocío ve que no es verdad y que simplemente no quiere seguir comiendo, se lo deja pasar.

-Hala, pues a jugar.

ibiza ; albocíoWhere stories live. Discover now