Un mundo de distintos colores

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Hoy, 10 de abril, se cumple mi primera semana en una escuela de arte y tengo que admitir que es mucho mejor de lo que imaginaba. Todo es alegre y colorido, se respira amor y felicidad en cada rincón... y cuando hablo de amor me refiero al sentimiento que nos une a todos por el diseño gráfico. En mi grupo primero éramos Christopher y yo, después se sumaron Valeria y Julieta, luego llegó Julián y poco a poco se fueron sumando chicos. Ahora con Nicolás, Guillermo, Lara, Daira y Lucila somos diez.

Vale: es la que siempre busca el modo de mantener el equilibrio dentro del grupo para que todos estemos bien. Aunque de vez en cuando... es inevitable que haya alguna que otra pequeña discusión.

Julieta: es la que normalmente tiene una respuesta profunda y justa para cada momento. Aunque no suele estar siempre con nosotros.

Julián: es el que sabe cómo ayudarnos en momentos de apuros debido a su razonamiento lógico y fríamente calculado para casi todo. Aunque en algunos momentos no tenga una idea muy clara de qué hacer cuando se trata de algo más personal, pero para eso estamos los amigos.

Nico: es el que siempre busca hacer brillar el potencial de cada uno. Aunque a veces... logra hacerme enojar gracias a su forma tan analítica y exigente de explicar ciertas cosas.

Lucy: es la que le encuentra el lado dulce a cada situación y nos brinda su afecto en momentos de vulnerabilidad.

Guille: es el más optimista, por lo que siempre está feliz y sonriente.

Chris: es el chico más sensible y no suele hablar mucho, por lo general, es del tipo de persona que habla muy bajito debido a su timidez.

Lara: es la chica que tiene menor participación dentro del grupo, pero cuando lo hace suele ser muy sincera. Aunque muchas veces suene un poco chocante.

Daira: es la menor de todos y adora asustarnos o hacer bromas que nos hagan sonreír. Aunque de vez en cuando la retamos debido a su sádico sentido del humor.

Todos tenemos algo que nos caracteriza, pero no dejamos de ser "raros" para el resto de la gente y no nos importa. Amamos lo que hacemos y que nos miren como quieran.

Y no, ya no me importa el qué dirán, siento que puedo ser yo misma sin prejuicios.

~~~

Me dirigí al ascensor. Algunos chicos con una vestimenta extraña y cabello de diferentes colores fantasía estaban ahí cuando la puerta corrediza se abrió. Di un paso hacia adelante y la puerta se cerró. Con un movimiento discreto toqué el botón que indicaba el número del piso al que debía ir. Los chicos ni se percataron de mi presencia. ¿De dónde serán? Pensé mirando al suelo.

Llegamos al noveno piso y la puerta se abrió de nuevo. Levanté un poco la mirada y me quedé en shock. Caminaron dentro de la oscuridad prácticamente.

¡¿Y esto?!

Todo estaba oscuro, incluso las paredes parecía que estaban pintadas de negro. Miré hacia los lados desde donde estaba parada y vi unos faroles enormes y cortinas negras. ¿Acaso era un lugar secreto de rituales satánicos o algo así? No, tranquilos... en realidad era el piso de teatro.

¡Wow! Todo era gigante y super raro. Incluso la gente de ahí era hiper mega excéntrica. Ellos no hablaban con los de artes visuales (o sea, nosotros). Ellos... estaban a otro nivel. O al menos eso era lo que parecía.

Jamás pensé que podríamos pertenecer a mundos tan distintos y que todos estuviésemos en el mismo edificio. Cada piso era completamente distinto a otro. Era un mismo mundo, pero con distintos colores. Al parecer estas son cosas que se ven solamente en una escuela artística. Nos distinguimos hasta por la ropa y el modo de caminar.

¿Cómo será ese lugar? La curiosidad se estaba apoderando poco a poco de mi alma. Ya mismo quería entrar ahí para ver lo que hacían. Pero sabía que me reconocerían. Y entendí una cosa, los colores no se mezclan con la oscuridad.

💜Algo sobre mí🌸Where stories live. Discover now