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Yucatán estaba en un parque totalmente perdido, no sabía cuánto había corrido pero estaba cansado, hambriento y sin un centavo, aunque eso no le importaba, tenía muchas más cosas que pensar ahora.
Su teléfono no dejaba de sonar pero no quería responder, estaba triste y aunque no quisiera pensarlo se arrepintió por no traer la cuchilla que siempre llevaba en su pantalón, era tonto pero por lo menos algo lograba aliviar su culpa.

El aire era frío y solitario, no había ni un alma por aquel lugar, sus manos tan frías como el hielo empezaron a temblar, se estaba haciendo de noche pero el aún no estaba dispuesto regresar.

-No deberías de estar aquí-

Una voz profunda llamo su atención, conocía ese acento, el de cinco estrellas giro su rostro encontrándose con Canadá, este le sonreía animado, el pequeño trató de devolverle la sonrisa pero esta parecía más bien una mueca torcida.

-Usted tampoco-

Aquel país soltó una pequeña risa por aquellas palabras no se ubiera imaginado que Yucatán podía tener días malos, ya que el se veía siempre muy sonriente era un chico bastante nervioso pero a su parecer muy amigable con todos, el de rojo y blanco tomó asiento junto a este y guardo silencio esperando que este hablara, pero al ver como el chico  temblaba se dio cuenta realmente de la situación, sabía que el pequeño no quería ir al hotel donde ahora todo mundo estaba buscándolo, era una fortuna que a él y a su hermano les tocará buscar por esta zona. Canadá noto como las mejillas del menor enrojecian y sus manos temblaban del frío, era verdad que había frío pero no creía que era demaciado para que este se encontrá de esta manera.

-¿Tu territorio es de zona cálida?-

Su acento era realmente malo pero se esforzaba por hacer que este le comprendiera, el pequeño asintió tímidamente, pero ahora Canadá comprendía por qué temblaba de esa forma si bien el tenía un clima frío ya estaba más que acostumbrado pero el pequeño estado no, por lo que se notaba que no la estaba pasando muy bien con el frío a pensar de que este tenía un abrigo.

Estaba dispuesto a darle su propia chamarra cuando escucho a lo lejos el llamado de su hermano, miró fijamente como su hermano corría para llegar junto a él, cuando este llegó frente a ellos examinó con cautela al pequeño y para su sorpresa este había utilizado el español para comunicarse con él chico.

-¿Estas bien?-

- Yes, I'm OK- (si, estoy bien)

Yucatán le sonrió al estadounidense, por otro lado USA penso que el pequeño se alejaría de él por la pelea que tuvo con su padre pero parece ser que este no le había echado la culpa de nada, lo cual lo alegro pero volvió a su seriedad cuando vio como la mejilla derecha de este estaba roja, sus ojos hinchados a causa del llanto, además tenía un pequeño rubor en sus mejillas y temblaba por el frío.

-Brother, ¿por qué no llevamos a Yucatán a un lugar más cálido?-

El de cincuenta estrellas asintió y tranquilamente se llevaron al pequeño para que este entrará en calor y dejara de temblar, Yucatán agradecía que los hermanos no le hubieran preguntado nada, aún tenía muchas cosas en la cabeza pero por ahora sólo quería descansar un poco dejando los problemas de su padre aún lado, mañana debía regresar a su territorio para la junta con sus hermanos y sería un nuevo problema para el.

-y-yo, digo... Gracias por ayudarme-

-No te preocupes pequeño, sabes que cuentas conmigo-

Yucatán le sonrió tímidamente y bajó la cabeza mientras suspiraba, de tanto llorar en el frío lo había cansado por lo que ahora tenía muchas ganas de dormir, pero no debía hacerlo aún estaba en un auto con dos países y sería descortés de su parte el dormirse, intentó con todas sus fuerzas mantenerse despierto pero al final no pudo evitarlo y cayó dormido.

El estadounidense se dio cuenta de ello desde hace ya un rato y cuando vio que este se iba a lastimar por dormir mal decidió recostarlo en su propio hombro además de colocarle su suéter como abrigo y evitar la mirada sonriente de su hermano.

El de cincuenta estrellas tuvo la gran fortuna de que su hermano fuera un gran molesto por lo cual no dejaba de mirarlo con una sonrisa que a su parecer era en verdad molesta, pero independientemente de eso los tres llegaron sanos y salvos al hotel donde se hospedarian por una noche, lo cual fue otra razón para que su hermano lo molestara.

Al no querer despertar al pequeño el canadiense lo coloco en su espalda siendo obviamente supervisado por su hermano para que ambos estuvieran bien, el pequeño solo emitió algunos murmuros al acomodarse mejor en aquel lugar pero luego volvió a descansar como un lindo bebé, lo cual enternecio a los dos países junto a él.

En ese momento los hermanos y aquel pequeño estado entraron al lugar para reservar una habitación, fue tan rápido que no se dieron cuenta cuando ya estaban llegando a la puerta de la habitación, una vez dentro se podía apreciar lo lujosa que era aunque claro habían reservado la mejor habitación del hotel.

Canadá y USA llegaron a un acuerdo, el de rojo y blanco iría al hotel de los países y les explicaría que Yucatán se encontraba bien, mientras que USA se quedaría cuidando al chico ya que bueno, que este regresará no sería la mejor opción para el.

Canadá le mostró otra sonrisa a su hermano la cual este no la tomó muy bien ya que con esa simple mirada podía entender lo que quería decir su hermano.

-Ya lagrate hermano, que no haré nada con Yucatán-

-aja, lo que digas Bro, nos vemos-

Y así luego de ello el canadiense se fue de aquel lujoso hotel, USA no tenía muy en claro que hacer ahora, si bien quería dejar descansar al pequeño temia que si rentaba otra habitación y no lo encontraba cuando despertará este estaría preocupado, pero por otro lado no quería incomodar al pequeño con su precencia ya que bueno solo había una cama en el lugar y a decir verdad el igual estaba algo cansado, ya que no había paradado de puscar al pequeño en todo el día, y digamos que el no era un fanático de los deportes por lo cual ahora estaba muy agotado tanto física como mentalmente.

Entre sus pensamientos escuchó como el pequeño se acomodaba mejor en la cama y murmuraba con una sonrisa  constantemente la palabra "guaya" aunque bueno, el aun no sabia el significado de eso, lo miró atentamente casi sin pestañear y no pudo evitar pensar que esa era la sonrisa más linda y tierna que hubiera visto jamás...

-¿Qué me estas haciendo pequeño?...-

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NOTA: guaya es un fruto que crece en Yucatán en las épocas de Junio y Julio.
Tiene un sabor dulce y es muy resbaladizo.

"YUCATÁN"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora