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Educar a un bebé era una gran carga, pero gracias a Yucatán que amaba a los niños y a los bebes no se le hizo una tarea muy difícil, lamentablemente tenía que ser responsable de su trabajo y tristemente no podía pedirle ayuda a ninguno de sus hermanos, por lo cual llevo al bebé a su trabajo con la excusa de que este era el bebé de un amigo de él, y que lo cuidaría por un par de meses. 

Así que allí estaba el, en una pequeña  oficina realizando algunos papeles pendientes junto a un bebé recostado pacíficamente en su cuna, porque si, el había hecho que pusieran su cuna junto a él.

El yucateco luego de varios minutos se estiró un poco para luego levantarse y ver como el pequeño jugaba entretenidamente con un peluche, este no pudo evitar soltar una pequeña risita a lo que el pequeño lo miró con grandes ojos, y sin que se lo esperara comenzó a reír y sacudir los brazos. Yucatán un poco sorprendido lo sostuvo cómodamente entre su pecho para que esté lo mirara de frente.

Yucatán: parece ser que te agrado.

Murmuró sonriente notando cómo este jalaba su corbata sin mucho éxito, una llamada lo distrajo por lo que con cuidado volvió a colocar al bebé en su cuna, estaba por contestar cuando este empezó a llorar descontroladamente, el chico desesperado intentó calmarlo aún con el ruido de su teléfono, pensó que sería el sonido pero por lo visto cuando lo volvió a cargar dejó de llorar, pero le era complicado contestar una llamada con el en brazos.

¿Y si se le caía?

No, no, pero tenía que responder, el chico algo alterado respondió la llamada aun escuchando los fuertes llantos del bebe.

-¿Hola?.

-Hello little, ¿estas ocupado?.

-Ah... Hola USA, amm, solo un poco, ¿Qué necesitas?.

Respondió el chico mientras intentaba hacer callar al bebé, este le entregaba juguetes y le murmuraba palabras consoladoras pero parecía no funcionar.

-¿Qué suena al otro lado? Eso es... ¿Is that a baby?- (¿Eso es un bebé?)-

El chico se quedó congelado en su lugar, ¡Pero que estúpido!, su padre claramente le había dicho que no le dijera a nadie, y no creo que comentarle al estadounidense el cual era el peor enemigo de su padre, no era la mejor opción para que se enterara del bebé, pero sabía que este le preguntaría de quien es el pequeño, y realmente Yucatán era pésimo mentiroso.

-Yo... Ammm... Si es un bebé, lo estoy cuidando por un par de meses.

-What?, and their parents?. (¿Qué?, ¿y sus papás?)

-Ah... Bueno ellos están ocupados trabajando así que me lo encargaron a mi, y ya sabes como soy, nunca me puedo negar.

El chico soltó entre risas nerviosas por lo que el chico al otro lado dudo, sabía que el mexicano le ocultaba algo pero este estaba enamorado y realmente no quería que por sus caprichos y dudas lo hiciera molestar o aún peor que lo odiara, por lo cual recurrió a una fantástica idea.

-Bueno no importa, solo quería decirte que California te está invitando a cenar este fin de semana little, ¿qué dices, vendrás?.

El chico pareció dudar su respuesta, realmente quería ir a comer con uno de sus más grandes amigos pero aún tenía la responsabilidad del bebé, estaba apuntó de decir su respuesta cuando un desesperado americano comentó.

-¡Debes de ir!, t-te tengo un regalo little, así que ni se te ocurra faltar.

Y sin más se corto la llamada, este muy extrañado colgó el teléfono y giro su rostro hacia el bebé el cual en ese momento ya se encontraba más tranquilo con su juguete.

-¿Soy solo yo, o pienso que todo mundo actúa extraño?.

En su contestación una pequeña risita del bebé hizo derretir su corazón, por lo que decidió no darle más vueltas al asunto y dejar que fluyera tranquilamente, este como un buen padre sustituto cargo al bebé hasta que se quedara dormido y lo recostó en su cuna mientras esté trabajaba, era mucho papeleo acumulado desde la celebración por lo que decidió empezar con lo más sencillo hasta lo más difícil.

Entre hojas y hojas en su teléfono mostró un mensaje del estadounidense dándole indicaciones del día y hora que debía ir, este realmente solo suspiro y siguió con su trabajo. Por lo que luego de unas horas este había terminado su trabajo con cansancio pero agradecía que el bebé aún siguiera durmiendo por lo cual lo cargo con delicadeza y lo arrullo entre sus brazos con una gran sonrisa.

-Eres particularmente tranquilo, algo no muy típico de "él", ah... Espero y que tu vida sea más sencilla que la mía.

Murmuró con tristeza, se sentía profundamente vacío, no tenía muchos amigos, la mayoría de su familia lo odiaba, y su padre lo utilizaba. Había anhelado el amor paternal desde que tenía memoria pero ahora era sólo un sentimiento vacío que ya no tenía significado para el, su madre "Maya" una de las civilizaciones más importantes del mundo habían caído mucho antes de que España los conquistara, todo por culpa de México, no conforme su estado se separó y aún más surgieron las guerras de casas en su estado.
Pará el era difícil tan siquiera recordarlo, cada vez que lo hacía esos recuerdos volvían a su mente y hacían que su "yo" del presente modificará.

El chico suspiro triste, sentía tanta desilusión en su corazón que ni las cosas que lo emocionaba antes eran de su interés ahora, y al ver la mirada del tierno bebé entre sus brazos le trajo una inmensa preocupación, tenía miedo, miedo de que su padre le hiciera daño y se volviera como el.

El sabía que por dentro estaba destrozado pero lo ocultaba bien, aun así no se sentía feliz con su persona, por lo que realmente deseaba que este niño entre sus brazos fuera feliz, no como el.

—Yo te cuidare y apoyare como un padre... No como los tuyos, mi pequeño y lindo bebe...

"YUCATÁN"Where stories live. Discover now