4.El deseo más oscuro

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En la sala común de Gryffindor, después de cenar, se encontraba el trío dorado, hablando y tonteando. De pronto Harry recordó lo sucedido esa tarde en el campo de quidditch y se quedó callado un momento.

— ¿Qué sucede? — Preguntó Hermione.

— Nada, lo siento, me distraje— sonrió.

— Es por Draco Malfoy ¿Cierto? — de pronto preguntó Ron.

Hermione miró expectante a Harry, ella era una chica lista, y ya había notado esa extraña mirada en él.

— No sé de qué hablas Ron — se levantó y empezó a andar de un lado para otro.

— Si sabes, hermano, hemos sido amigos mucho tiempo y aunque yo soy un despistado, conozco esa mirada tuya. Lo noté hoy en el entrenamiento.

—¡Sí! Yo también la he notado, de hecho, hasta Ginny la notó — dijo lo último examinando a su amigo.

— ¿Ginny fue al entrenamiento? — Al decir su nombre, sintió inquietud en su interior.

— Así es, ella fue a verte, pero no es de extrañar que no la notaras. Estabas muy concentrado mirando a Malfoy.

Y ese Malfoy lo devolvió a la actualidad, a su encuentro fugaz de esa tarde.

Los tres amigos se miraron.

— Amigo — dijo Ron con cautela — cuándo miras a Malfoy, luces como cuándo mirabas a... — hablaba Ron.

- Voldemort - dijeron al unísono.

—¿A Voldemort? ¿Qué rayos significa eso? — Exclamó Harry.

- A él siempre lo mirabas con intensidad, cómo tratando de matarlo con la mirada, a Draco lo miras igual, casi con pasión, como si quisieras matarlo pero de una manera bastante diferente. - Le respondió Hermione.

- ¿Qué? Están locos, con Malfoy es, no sé, distinto. - Se volvió a sentar y se pasó la mano por el cabello - ¡ahg! no sé que me pasa. No dejo de pensar en él. Me tiene los nervios de punta.

- Te gusta, admítelo - dijo Hermione, acercándose más.

- Veo que Ginny te dejó muy mal, totalmente decepcionado de las mujeres y por eso ahora bateas para el otro equipo...- recibió un golpe de su novia apenas terminada la frase.

— ¡Ouch! ¿Por qué? ¡Es una broma, demonios! — dijo entre risa y enojo.

Harry no se enojó por el comentario, se quedó pensando en las palabras de su amigo, analizándolas. ¿Me gusta? No, no es eso, Entonces ¿Qué?. Recordó el apasionado beso de temprano y sus mejillas se encendieron. No, no es amor, no lo quiero, ¿entonces? ¿qué es lo que realmente deseo? solo quiero... poseerlo, quiero verlo llorar, quiero verlo suplicar ¡Mierda!.

Se levantó de pronto y fué a buscar su mapa y su capa, necesitaba ver al Slytherin y poner en palabras claras cuáles eran en verdad sus intenciones con él. Sentía que la única forma de lograrlo era viéndolo directamente a los ojos. Sus ojos, demonios.

Salió de la sala común, buscó en el mapa dónde estaba el Slytherin, y lo ubicó en la torre de astronomía. La vez pasada también estaba ahí. Comenzó a caminar en esa dirección, cubierto con su capa. Antes de abrir el portón se aseguró de que nadie estuviera con él, ni cerca de ahí. Confirmando eso entró y cerró con un hechizo. Dejó su capa cerca de la puerta y buscó a Draco con la mirada.

Draco estaba apoyado en la baranda, con la mirada perdida, sus cabellos no estaban perfectamente peinados como siempre, sino que flotaban al ritmo del viento que le tocaba. Es hermoso, ¿siempre lo fue? Harry comenzó a caminar lentamente hacía él, Malfoy no se dio cuenta hasta que el Gryffindor se puso justo a su lado.

Sin EnamorarnosOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz