Capítulo 7: Iniciando el Preescolar en Somari

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Capítulo 7

En una tranquila noche, en las calles de cierta ciudad, todo estaba muy tranquilo, no parecía haber nadie afuera, pero si lo había...

-Hah..... hah..... que hambre que tengo....

Quien dijo eso fue una figura muy sucia y haraposa que esta recostada por un callejón oscuro que se agarraba del estómago con sus brazos, no se podía entender bien su rostro ni tampoco su generó. Dicha persona se arrastró hasta el final del callejón y miro por todos lados en busca de algo para saciar su agobiante hambre, no hallaba nada hasta que de pronto diviso desde la ventana del segundo piso de un edificio a una mujer colocando un humeante pastel recién horneado en el marco de su venta para que enfrié.

Esta persona babeó sin parar como un grifo abierto por la vista de ese dulce manjar, por lo que se acercó rápidamente hasta ese sitio y se puso a escalar la pared de ladrillos con gran facilidad y cuando estaba por tomarlo vio dentro por la ventana y vio a la mujer de antes sentada con, aparentemente, su familia, no solo en su mesa abundaban exquisitos alimentos si que también las risas, sin duda parecía ser una familia muy..... feliz. La persona solo los miro un momento solo para luego tomar el pastel sin ser notado y hasta no parecía haberle importado el calor de su recipiente. Al volver al callejón, este desconocido se puso a comer con tremenda desesperación ese postre.

-Que rico! que rico! había pasado tanto tiempo desde la ultima vez que comí algo dulce!

Por unos segundos comía su botín con total jubilo pero repentinamente frunció el ceño, se agarró el rostro y empezó a llorar.

-Es muy delicioso, nutritivo y caliente, debería de llenarme el estomagó.... pero en ese caso... sniff... en ese caso.... sniff.... porque mi estomago se siente tan vació!! -exclamó mientras se desploma en el suelo en posición fetal.

(...)

Narra Erina

Ya casi dos años después de "mi cumpleaños", las cosas con la familia han ido bastante normales, bueno, al menos eso parecen creer, pero aunque no lo demuestre, me siento particularmente incomodó cuando recuerdo ese día, aquel tumulto de emociones me altera pero en menor medida que durante ese día. Y no solo quiero dejar eso atrás porque me perturba si no porque temo que pueda de alguna manera afectar mi búsqueda para volver a mi mundo, tengo que mantener mi mente enfocada sin importar nada pese a los miedos que aún hay en mi interior.

Sin darme cuenta, ya tengo seis años, lo que significa que finalmente podré ir a la escuela de Ralf, y en preparación para ese día recibí por parte de Silvia una pequeña mochila blanca y verde, contenía una especie de cartuchera con varios con elementos muy familiares: lapices, borrador, etc. Así como un cuaderno rudimentario, elementos según "madre" son los justos y necesarios para alumnos de preescolar (curiosamente, aún se llama así en este mundo al igual que en la tierra). También me dio el uniforme que consiste en pantalones cortos marrón claro, una camisa simple azul claro mangas largas que tiene impreso en la la manga izquierda superior el escudo de la escuela y en la zona del pecho derecho había un espacio donde se tiene cosido el nombre del alumno y su curso.

La verdad me gusto el uniforme, es como el que use en mi niñez en la tierra, y además descubrí algo super bueno e interesante; que todos los estudiantes, desde el preescolar hasta el ultimo año, usan pantalones sin importar el generó, tal parece que es para lograr establecer igualdad o algo así, pero lo que más importa es que no usaré faldas más adelante!

Y algo más que me contó Ralf es que a los niños que van al preescolar se les denomina "Mymbara" que es una forma ancestral de referirse a las crías de betsaos aún indefensas y que empiezan a aprender de sus padres. Luego, para referirse a los alumnos que inician la escuela normal hasta el cuarto año (en que se enseña lo teórico) se les dice "Mitaku", que es el termino para denominar a los betsaos que están lo bastante desarrollados como para defenderse solos pero que todavía no son capaces de usar las capacidades de sus pelajes. Y al final, para los alumnos que ya empiezan a aprender y usar Ñenduits son llamados "Karkua", que son los betsaos ya adultos plenamente de usarlas. Y me dijo que esos términos también se usan afuera y no solo en las escuelas, como lugares públicos como parques o restaurantes, entre otros.

Mi Misteriosa ReencarnaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora