Capítulo 9

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Llevaban unos quince minutos dando vueltas por el parque, Roni intentaba sacar cualquier tema para poder crear una buena conversación pero Evan sólo respondía de forma corta y no sabía realmente cómo hacer para que conversara un poco más.

Definitivamente ese no era el Evan Brown que todos decían conocer, era como si tomaras al chico más tímido de la clase y lo hubieses hecho popular sin más; su carisma y su fácil forma de desenvolverse no se encontraba presentes esa noche. Y a pesar de que cualquier chica se hubiese decepcionado de eso, a Roni le parecía todavía más interesante.

¿Quién era Evan Brown? ¿El chico que estaba rodeado de todo el equipo de fútbol o aquel chico silencioso que caminaba a su lado?

— ¿No crees que está hermoso el clima? —preguntó Roni, Evan asintió en silencio. Ella lo miró y supo que debía tocar el tema—. Estás muy callado, no creí que eras de esos chicos.

— ¿Cuáles chicos?

—Los callados—respondió—. No tienes reputación de eso.

—Las reputaciones siempre son falsas—le dijo—. También las tengo de mujeriego y no salgo con ninguna chica desde hace varios meses—acotó—. La gente sólo le gusta hablar por hablar.

—Sí, aunque creí que no se equivocaban contigo—le dijo—. De ser conversador, no lo de mujeriego—aclaró—. Siempre te veo rodeado de un grupo de gente, eres el capitán del equipo de fútbol y bueno, creí que tenías muchas historias por contar con eso.

—Añadámosle que estudio psicología y que la gente cree que soy una clase de mago—rió—. Pienso que a veces es mejor quedarse callado, así no arruinas el momento de silencio que se formó.

Roni asintió, Evan era muy diferente a lo que pudo haberse imaginado. Pensaba que era un chico molesto, de esos que hablar con ellos resulta aburrido y sofocante, pero se mostraba interesante a pesar de no hablar casi nada en todo el paseo por el parque.

—Te invité a salir porque me gustaría conocerte más—le dijo. Evan tragó su propia saliva, no le gustaba hacia donde estaba dirigiéndose la conversación.

— ¿Y qué te gustaría conocer? —preguntó.

— ¿Por qué no tienes novia? —dijo—. No me malinterpretes, pero eres guapo, amable, simpático, eres el capitán del equipo, te ejercitas un montón y se nota, tienes una sonrisa bonita y todas las chicas saben tu nombre. ¿No te gusta ninguna chica o eres gay?

Evan echó una carcajada y luego le sonrió.

—Es más complicado de lo que parece—le dijo—. O bueno, yo me complico más de lo que debería. Tengo ciertos códigos que debo cumplir para sentirme bien conmigo mismo—comentó—. Es algo que tengo desde más joven.

— ¿Cuáles códigos?

—Si te digo dejan de ser códigos—mencionó—. Es algo entre mis amigos, no te preocupes por eso—mintió—. ¿Te gusta la comida mexicana? Mi prima trabaja en La Perla Tapatía, y sirven una comida muy pero muy buena.

—Sí, me gustaría probar que tal—sonrió—. Nunca he comido un taco.

—Que mal desperdicio de vida tienes—rió, Roni rió también y suspiró caminando a su lado—. ¿Y ese suspiro?

—No nada, sólo me agrada este momento—confesó—. Eres un chico genial, Evan.

—No digas eso—respondió—. No soy como crees realmente, todavía no sabes quién soy—dijo, ella lo miró sin entender pero prefirió preguntar sobre eso otro día.

Al llegar a la Perla Tapatía, Evan se acercó a la barra junto a Roni y saludó a la chica que estaba atendiendo en ese momento.

—Hey Sara—le sonrió—. ¿Lea está por aquí?

—Tiene la noche libre—respondió.

—Rayos, y yo que quería su descuento—Sara rió.

—No lo necesitas—Evan se encogió de hombros y miró a Roni—. ¿Pedirán algo? Evan tú lo mismo de siempre y tu amiga...

—Dale unos tacos—dijo—. Se llama Roni—aclaró, Sara asintió y le dio una sonrisa dulce a la chica—. Estaré esperando en la mesa de siempre—tomó la mano de Roni y la llevó hasta una mesa que se encontraba en el medio del lugar.

—Parece que comer tacos será tachado de mi lista de cosas que hacer antes de morir—rió.

— ¿Tienes una lista?

— ¿No todos tienen una?

—Nunca me planteé hacer una—le dijo—. No sabría qué colocar, ¿qué tienes tú?

—Mmm, son cosas bastante personales pero la más importante sería visitar la casa de mis abuelos en Corea. Nunca he ido y realmente deseo poder hacerlo un día.

— ¿Por qué no has ido?

—Es un vuelo bastante costoso, y aunque en mi casa no estamos faltos de nada, no es como si pudiese gastar todo ese dinero—mencionó—. Pero tengo fotos y es hermoso—sacó su teléfono—. Mira, este es la fuente que está en la parte trasera de la casa, es de un jardín que tiene mi abuelo.

—Es muy bonito—le dijo—. ¿Nunca has visto a tus abuelos? —ella negó.

—Mi mamá y mi abuelo están peleados desde hace mucho, él quería que ella se casase con el hijo de un amigo de él pero ella se negó y huyó del país. Sigue en contacto con mi abuela y mis tías, pero regresar es complicado, yo quiero ir por cuenta propia.

—Vaya, eso es algo...—no supo que decir por lo que permaneció callado. Sara, la mesera, le trajo sus órdenes y se marchó.

— ¿Y tú? —preguntó, Evan la miró sin entender—. ¿Qué pondrías en tu lista de cosas por hacer antes de morir?

—Mmm...—pensó—. Quisiera que me vieran como algo más que una cara bonita—mencionó, pensó que no había sido buena idea mencionar ese tema así que intentó cambiar la conversación—. Esto de seguro está delicioso.

— ¿A qué te refieres con ser más que una cara bonita? ¿No lo eres ya?

—Nadie me preguntó si quería ser popular—dijo—. Nadie me preguntó si me gustaba la atención de la gente o que todos hablasen de mí a cada momento, lo único que hice para tenerlo fue tener una cara linda y ya, nada es real detrás de eso. Lo único real es el fútbol y la psicología, me aferro y me tomo enserio toda mi carrera porque ha sido lo único que escogí en mi vida. No quiero ser Evan Brown el chico popular, quiero ser Evan y ya.

— ¿Y por qué no lo haces?

—No comprendes Roni—le dijo—. Ellos son como cazadores y uno es el cazado, ¿crees que me gusta la reputación de mujeriego? Ni siquiera es real, todas las chicas que me han gustado siempre terminan con alguien más, pensé que el universo estaba en contra de mí pero me di cuenta que soy yo, no tengo las agallas para salir con la chica, por eso siempre he tenido algo casual.

—Vaya yo...

—No creíste que los chicos populares también tenían sus propios problemas.

—No creí que podías sentirte de esta forma.

—Pues ya conoces una parte de mí que casi nadie sabe—confesó—. Ahora ven, necesito que pruebes tu taco y me digas cómo cambió tu vida.

Roni rió y lo miró, no era el Evan que esperaba pero era un Evan que le gustaba.

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¿Ustedes tienen una lista de cosas que hacer antes de morir o son como Evan que nunca lo habían pensado?

¿Qué tal el capítulo? Aprovecho de que estoy un poco más aliviada para escribir; hoy tuve un día muy relajado pero necesitaba inspiración así que me vi dos películas de romance noventero y listo.


Los códigos de EvanWhere stories live. Discover now