Capítulo 37

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A Roni le gustaba la feria porque siempre había un espectáculo diferente cada día, podías ver desde una presentación musical, a un acto de ballet o incluso alguna representación teatral; tenía recuerdos de cuando era niña yendo con su familia para estar en los juegos y ganarse peluches y dulces. Ella se sentía feliz cada vez que iba y más si en ese ocasión se encontraba con Evan.

Tomó su mano y lo llevó hasta los juegos de tiro al blanco, amaba esa clase de juegos porque siempre obtenía algún regalo si ganaba.

—Jugaré para ganar ese peluche de Axel Trail—mencionó ella, Evan la miró curioso y alzó una ceja.

—Vale—dijo y miró la barra con los premios—. Yo quiero ese peluche de banana con ojos—dijo señalando uno de los peluches que estaba en la parte superior.

—Quien lo consiga primero gana y el otro paga las palomitas—dijo ella y ofreció su mano para sellar el trato, Evan la tomó y le sonrió.

—Es una competencia ahora, Verónica—la llamó por su primer nombre y ella le sacó la lengua para darse la vuelta y pedirle al dueño del juego dos entradas.

Cada uno tomó una de las pistolas de agua y se concentraron en llenar todos los vasos de la pirámide. Evan miró a Roni y sonrió al verla concentrada en el juego, le gusta esa expresión que tenía cuando se encontraba enfocada en algo, en este caso, ganarle.

Evan comenzó a llenar, no con tanta precisión como se imaginaba, los vasos con agua. Miró la pirámide de Roni y supo que perdería ese juego incluso si jugasen mil veces más; ella realmente era muy buena en ello.

—¡Ja! ¡Lo logré! —dijo ella saltando luego de llenar el último vaso, Evan la miró con una sonrisa y luego fingió una mueca de molestia.

—Injusto, seguro conoces el truco—le dijo él, ella le sacó la le gua como respuesta.

Caminó hasta el dueño del juego y señaló el peluche de Axel Trail.

—Quiero ese—le dijo. El Señor asintió y caminó para tomar el peliche y entregárselo.

—No había visto a nadie que lograse llenar los vasos tan rápido—le dijo—. Felicidades.

Roni sonrió y le agradeció, para luego llevarse el peluche hasta su pecho y apretarlo en un abrazo, se dio la vuelta y regresó hacia Evan con una sonrisa, se acercó para besar sus labios rápidamente y luego lo miró.

—Tengo a Axel Trail—dijo—. Quién lo diría, dormiré con un famoso esta noche.

Evan rió por ello y llevó su mano hacia su cabeza para despeinarla un poco.

—Eres lo más lindo que existe.

—Pensé que ese eras tú—le sonrió y tomó su mano—. Como perdiste, te toca comprar las palomitas.

Evan suspiró y soltó su mano para rodear con su brazo, la tomó por la cadera y caminó con ella hacia el kiosco en donde vendían palomitas. Roni se sentó en una de las mesas que se encontraban mientras que Evan compraba las bolsas de palomitas, regresó con ellas y le entregó una a su novia.

— ¿Cómo es que eres tan buena en el juego? —le preguntó.

—Mi papá nos traía a mi hermano y a mí desde pequeños, siempre jugaba los de tiro al blanco, son los que puedes ganar premios—le dijo—. Entrenaba para ganarlos.

—Eres una chica increíble—le dijo, Roni negó.

—Sólo era una chica persistente que quería un peluche—rió—. No te interpongas nunca entre un niño y sus juguetes—le dijo bromeando.

—Tus padres deben quererte mucho.

Ella lo miró.

—Los tuyos también.

—Quizás, pero ¿de qué sirve querer a alguien si no lo demuestran? —le dijo—. Casi no los veía cuando niño, y en casa parece que sólo fuéramos Elena y yo. Incluso creo que Elena me quiere más que mis padres. De unos años para acá han mostrado más interés, imagino que es porque desean que maneje la empresa—suspiró—, posiblemente lo haga, soy el único hijo.

— ¿Y la psicología?

—Mi vida fue trazada hace mucho Roni, la psicología es sólo algo que realmente deseaba hacer. Si no podía escoger quedarme con la empresa o no, al menos me podría quedar con algo que quisiera o estudiar algo que quisiera—le dijo.

—Me gustaría conocer a tus padres—comentó, Evan la miró fijamente—. No me mires así, me pones nerviosa.

—Yo también quiero que los conozcas—respondió—. Aunque créeme que más real sería si yo conociera a los tuyos.

— ¿Sí?

—Ustedes son más familiares—le dijo—. Como te dije, es ahora que los míos se muestran más interesados. Los amo a ambos, pero me hubiese tenido tener recuerdos de la infancia con mi papá llevándome a la feria o incluso a la escuela.

Ella tomó su mano y besó sus labios.

—Podemos crear bonitos recuerdos tú y yo—le dijo, Evan sonrió.

No se había equivocado al abrirse con ella, era sin dudo lo mejor que le había pasado en mucho tiempo y no podía dejarla ir.

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Holaaa, ya faltan pocos capítulos para terminar, creo que ya lo he dicho antes pero lo vuelvo a repetir para que no se lo tomen desprevenidos xd

También subí una nueva historia, se llama ¿A dónde vamos? pueden verla en mi perfil si lo desean <3

Espero y les haya gustado este capítulo <3

Los códigos de EvanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora