Hijo de la luna 1: renacimiento

Día tranquilo

-la mañana llego sin demora ni apuros, los pájaros cantaban armoniosamente unos con otros, las personas se saludaban mutuamente con una sonrisa sin saber quién pueda ser la persona a la que están dirigiendo la palabra, los rayos de sol estaba asomándose por las ventanas de cada casa llenando de luz las habitaciones animando a despertar a las personas para laborar nuevamente en un día más de vida mortal dentro de la tierra en la cual pese a tener consecuencias devastadoras como agradecimiento todavía los estaba abrigando en sus brazos como una madre sin pedir algo a cambio. Parte de ese abrazo había llegado a la ventana del edificio donde estaba el pelirrojo durmiendo quietamente hasta que dicha luz llegó a sus ojos obligándolo a despertar, cosa que así hizo lentamente y todavía con los ojos cansados.-

H: mm... ¿tan pronto?

-miró la hora y era bastante temprano, suspiro un poco suave antes de bajar para ducharse con agua fría para mantenerse despierto, desayunar y estabilizarse, hoy podría ver al peliverde en el camino y quería lucir lo más "humano" posible, aunque para ello usaba sus poderes, una cortina de humo de tonos morados claros y oscuros hasta neutros lo envolvían en cada cambio que realizaba al tiempo que se miraba en el espejo.-

Nagu: si no estuvieras trabajando ya diría que estas pareciéndote a una chica en su primera cita.

H: no es una cita.

Nagu: parece que sí.

H: mira, es muy temprano para que me molestes, solo vamos a la misma institución y de ahí yo tomo mi camino al final ¿vale?

Nagu: pfff si tu lo dices.

H: y hablando de ti, ¿cómo te fue ayer?

Nagu: al final concluyeron en que el tiene que venir personalmente a recibir el proyecto.

H: ¿no puede venir su padre?

Nagu: adivina quién es el que realiza el trato... Comienza con A y termina en A

H: oh... Caray.

Nagu: ujum...

H: bueno... Espero que no se vayan a encontrar entre hijos, no quiero imaginar cómo se tratarían si llegaran a hacer una riña.

Nagu: ajaja suena gracioso cuando lo dices, aunque pienso lo mismo, tal vez sea mejor que me quede con ellos por si acaso.

H: si es que no lo vayas a empeorar.

Nagu: ¡oye!

H: bueno, ya debo irme, suerte tratando de resolver el problema.

Nagu: ¡¿A sí?! ¡Pues suerte tratando de confesarte!

-cuando salió no perdió el tiempo para ir caminando directo a la ciudad entreteniéndose con su alrededor manteniendo una sonrisa calmada junto a la mentalidad de poder ver al peliverde ese día... Por otra parte, estaba en el autobús un chico que tenía un lado de su cabeza rapado y el otro no, mirando la ventana con el mentón apoyado en su mano sin darle importancia su alrededor, aunque solo miraba a las personas pasar.-

Fudou: ya enserio... ¿por qué mi padre me mandaría aquí?

Kurimatsu: -quien era su acompañante- el dijo que era mejor que verse cara a cara con la que está realizando ese proyecto.

Fudou: ¿y yo que tengo que ver en su riña? No tiene sentido que mande a uno de nosotros por tal tontería.

Kurimatsu: usted sabe cómo es su padre, señor.

-el chico suspiro pesado mientras acomoda los pies sobre el asiento delantero y deja las manos detrás de su cabeza cerrando los ojos.-

Fudou: como sea... Solo espero que sea rápido...