Llanto de luna

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-En cada paso seguía al albino notaba en su mirar algo de pesadez después de sus suspiros, en cada paso se dirigía al castillo que por derecho ambos pueden entrar sin tener la necesidad de pedir permiso como es de saber de antemano, así que el albino no dudó en entrar lo más rápido que podía en la soledad del castillo para dirigirse hacia los pasillos. Goenji no sabía nada de lo que le ocurría pero deducía que algo le pudo haber pasado, esa corazonada le estaba diciendo que continuase a pesar de que sabía que no le gustaría para nada saberlo porque seguro sería doloroso, sin embargo si quería ayudarlo debía de saber qué era lo que le pasaba ahora por más que le siguiera por todos los pasillos hasta una de las habitaciones despacio se acercó a las orillas del marco de la puerta para escuchar y ver como el albino se adentraba al centro.-

F: aah... Creo... Que al fin los perdi....

-Dijo suspirando mientras se dejaba caer de rodillas en la alfombra.-

F: por poco y me atrapan... ¿por qué se enojarían solo por creer que es arte de brujería oscura el hacer crecer madera oscura?

-Decía para sí mismo.-

F: ¿por que quieren intentar alejarme? No les he hecho nada... Tsk... Primero quitan mis sombras, luego alejan a mi gente, seguido se llevan toda la atención ¿y ahora me quieren acusar de magia negra? ¡Esto se está yendo de control!

-Goenji por su parte abrió los ojos casi de golpe por ello, no obstante...-

F: aagh... No puedo creer... Que incluso todo lo que he hecho por el ni siquiera se esté dando cuenta de lo que hacen...

-Y si, hablaba de su ajeno.-

F: todo iba muy bien por parte de los dos, aah! Pero el prefirió escuchar esas "demandas" en vez de escucharme a mi que lo viví en carne propia!

-Eso se sintió como una punzada en el pecho del moreno.-

F: si se supone que debía ayudarme ya desde cuando lo hubiese hecho cuando yo SI le ayude. Ni siquiera me ha dado la mano para defenderme cuando yo lo hago casi todos los días en cuanto lo acusan a el por alegar MI oscuridad de "zonas incómodas" de sus habitantes...

-El ceño fruncido del albino era claramente evidente, por mas que estaba sentado sobre sus propias piernas se notaba la frustración que se le notaba en el aura que soltaba.-

F: a mas completar ya no quiere hablar conmigo... A menos no de algo que no sean malas noticias para mi que se supone que tendríamos las dos mitades del páramo... Y ahora solo tenido 1/3 ubicado! Quizás en pocos años seria menos de eso... O probablemente prefiera tener todo el páramo para ellos y solo a esas horas es que puedo tocarlo. ¿Entonces de qué valió el casarnos si ni siquiera quiere escucharme?

-Las manos del moreno apretaban un poco la pared de dónde se aferraba.-

F: no sé que mas debo hacer he intentado ver un poco de actividad humana durante las noches, pero nuevamente prefieren tener un poco más de luz de la que imaginaban.

-Sin quererlo varias lágrimas fueron resbalando de los ojos del albino que no podían ser limpiadas tan fácilmente de no ser que aquella frustración se fuese, aunque el moreno estando aun en el marco de la puerta pudo escuchar todo de principio a fin, no podía creer que todo estuvo pasando mientras él estaba ocupado, se sentía realmente mal pero no tanto como su pecho que dolía enormemente en cada segundo gracias al nudo que tenía en su garganta, miró hacia abajo un par de segundos en lo que pensaba qué hacer al respecto antes de elevarla acercándose un poco al albino que le daba la espalda.-

G: ¿s-shiro?

-Este no le respondió, al parecer solo se detuvo, no se adentró más allá de la línea ya que prefería dejarle espacio.-

G: ¿Que te pasó?

F: ¿que pudo haber pasado? ¡¿Que no ves como estoy?!

-Dijo mientras giraba un poco la mirada hacia el, observándolo por el rabillo de su ojo casi rojo por tanto llanto, goenji no sabía que más decir aparte del tremendo dolor de su pecho que se fue incrementando cada vez más.-

G: lo siento... Supongo que.... No fue un buen día...

-Nuevamente fue dado la espalda sin decir otra palabra, algo debía de hacer pero se sentía confundido, así que forzosamente intentó sonreír.-

G: h-hey, ¿que tal si paseamos esta noche? Así... Podrás decirme todo... C-como hacíamos antes ¿te parece?

F: no... Dejame solo...

-No se esperó eso, bueno no por una parte, aunque ese dolor fue incrementando.-

G: v-vamos shiro, sabes que puedes decirme.

-El solo volvió a negar tratando de limpiarse las lágrimas.-

G: por favor...

-Pero antes de que siguiera de esa forma.-

F: ¡vete! Dejame en paz!

-El albino si giró en enojo, sus ojos cristalizados que derramaban lágrimas azules casi zafiros en lo que estiraba su brazo apuntando afuera de la habitación, goenji de verdad no lo esperó pues de la sorpresa casi le hizo acortarse de hombros, seguido de ello negó un poco rápido tratando de verse un poco serio.-

G: n-no lo haré! N-no hasta que me digas que te pasa.

-El albino quien se estaba levantando del suelo buscando limpiarse el llanto esas venas purpúreas sorprendieron demasiado al moreno, pues estas se notaban en todo el cuerpo de donde obviamente lo cubrían, la sorpresa fue a mayor cuando el suelo debajo de sus pies se empezó a agrietar gracias a las energías de shiro que hicieron rodear los marcos de la puerta obligando al moreno salir de ahí.-

F: ¡¡he dicho que te fueras!!

-El golpe fue demasiado fuerte, los cerrojos se escucharon con claridad, las velas cercanas se apagaron de golpe, el dolor en el pecho se incremento al punto que ignoraba por completo que el dije estaba brillando, adentro de la habitación shiro todavía estaba quebrado en llanto que su mente no podía pensar en algo, todo se estaba volviendo oscuro, no había nada que podría hacer más que solo seguir quebrado en llanto mientras que esa manta de oscuridad lo abrazaba como a un hijo que aclamaba a gritos el abrazo de su madre, eso fue lo que se escuchaba en las afueras de la habitación donde goenji respiraba algo agitado, quiso cristalizar sus ojos pero solo lo hizo cuando se dio la vuelta y dejó solo a shiro como él lo había pedido, luego se encerró en su habitación buscando de qué más era culpable, el dije continuaba brillando con más fuerza pero ahora se estaba concentrando en dejar su mente en claro para pensar en... Lo que ha estado haciendo todos estos días.-

-No obstante, mas allá en donde nadie ha podido ir a excepción del albino, esa misma energía purpúrea se deslizaba zigzagueante por el suelo hasta llegar a los pies de 6 estatuas de las cuales una penumbra oscura empezó a rodearlas por completo, sus ojos comenzaron a brillar con una enorme intensidad, lo único que pudieron ver en la penumbra oscura eran un par de ojos amarillentos y un aliento congelado de polvo negro que les susurraba.-

Bienvenidos de vuelta.

Hijo de la luna 1: renacimientoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora