Henry

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Alaska siempre tuvo a su madre y solamente a su madre. Su padre nunca supo de su existencia pues cuando Helen, su  madre, estaba embarazada de ella, su abuelo la amenazó con alejarse.

Helen siempre le hablaba de su padre, nunca lo culpó de nada, todas las cosas que contaban eran buenas,  y Alaska quiso conocerlo muchas veces pero sabía que nunca iba a poder hacerlo.

Sus esperanzas de conocer a su padre se esfumaron cuando el fin del mundo llegó. Aunque su madre le decía que su padre tenía conocimientos para sobrevivir por su cuenta, Alaska desconfiaba de eso pues nadie sabía enfrentar a los muertos.

Ellas, de hecho, sobrevivieron gracias a un grupo de personas y un poco de suerte. Luego de meses de estar moviéndose de un lado a otro, llegaron a una comunidad liderada por Ezekiel, quien se hacía llamar a sí mismo Rey.

Allí, Alaska conoció a muchos niños que rondaban su edad; Henry y Benjamin—que eran hermanos—se convirtieron en sus dos mejores amigos. Así que Alaska ya no sólo tenía a su madre, sino que también tenía dos grandes amigos a quienes le tomó mucho cariño.

Un día llegó Jesús, un habitante de una comunidad, similar al Reino, llamada  Hilltop, pero no llegó solo, traía a otras personas que ella no conocía. A excepción de uno: Daryl Dixon, su padre. Ella nunca lo conoció, pero su madre tenía muchas fotos de él.

Cuando lo vio le susurró a Henry, que estaba a su lado,"es él. Es mi padre". Y volteó a ver a su madre que estaba tan anonadada como ella.

Al reencontrarse, Helen le explicó lo que había pasado en los últimos 12 años de su vida: el embarazo, las amenazas, su hija, como sobrevivieron. Y poco a poco Daryl fue aceptando el hecho que era padre. Claro que no le fue fácil y al principio era muy reacio a la idea de tener una familia, pero no iba a negar que sentía un poco de felicidad.

En ese momento Alaska tuvo lo que siempre soñó: a su padre y madre junto a ella. Hasta que llegaron los Salvadores, el grupo de Negan, y mataron a varios habitantes del Reino, entre ellos su madre.

A partir de ese momento, Alaska comenzó a acercarse más a Daryl y Henry, ya no tenía a nadie más.

Con el pasar de los años, Alaska comenzó a sentir una leve atracción por su mejor amigo pero nunca diría nada, no quería arruinar las cosas con él.

Daryl no era muy bueno para relacionarse con otras personas, pero sí sabía observar y analizarlas. Fue así como se dio cuenta de lo que le pasaba a su hija. Así que decidió hablar con ella una noche mientras él hacía guardia y ella le hacía compañía.

—¿Te gusta Henry?—soltó sin rodeos, haciendo que Alaska se ahogue con su propia saliva.

—¿A qué te refieres?—intentó sonar despreocupada y casual, pero eso hizo que su voz temblara un poco.

—Veo como lo miras, no soy estúpido.—Ella se quedó callada, no sabía que responder a eso, no sabía mentir y no quería admitirlo en voz alta.

Una vez leyó una historia en donde decía que si admites tus sentimientos hacia alguien, entonces estos no van a detenerse. Y ese era su miedo.

Otra razón por la que no quería aceptar lo que sentía era porque sabía que Henry tenía un crush en Enid, quien era mayor y estaba preparándose para ser enfermera.

Su silencio le dio a Daryl la respuesta a su pregunta.

—Tienes que decirle.

—No lo entiendes, no quiero sentirme así. Además él está enamorado de otra chica, y él es mi mejor amigo. Decirle algo así arruinaría nuestra amistad.

—No puedes pasar tu vida ocultando lo que sientes.

—Eso es algo que heredé de ti.

Un silencio se formó. Alaska no quiso decir eso de una manera brusca pero no pudo evitarlo.

—Me iré a dormir.

Se fue en silencio hacia su habitación,  quería acostarse y dormir hasta que deje de sentir todo. Pero a mitad de camino se detuvo y fue hacia el teatro que había dentro del edificio.

En ese lugar solía pasar mucho tiempo, en donde podía pasar horas pensando en cualquier cosa.

Henry, que estaba pasando por el patio, a unos metros de ella, la vio y la siguió. Sabía que cuando iba ahí era porque quería estar sola pero generalmente lo hacía durante el día y no a mitad de la noche.

—¿Alaska?

—¿Hmm? Aquí.—dijo en voz baja.

—¿Sucede algo? Es tarde.

—Nada, solo... pienso.—su voz sonaba apagada. Henry le tomó la mano, dándole a entender que si quería hablar él iba a escucharla.—Tuve una discusión con Daryl. Una estupidez.

—¿Lo era? Me refiero a que si te puso así, no debió serlo.—No obtuvo respuesta de ella.—¿Por qué discutieron?

No quería contestar eso porque él estaba relacionado con la discusión. Henry se sintió triste, su mejor amiga no confiaba lo suficiente en él como para contarle.

—¿Puedo preguntarte una cosa?—dijo haciendo contacto visual con él. Henry asintió.—¿Cómo haces para no estar triste de saber que Enid no siente lo mismo que tú?

Auch. No sabes eso, nunca me dijo que no me amaba.—Dijo riendo para aligerar el ambiente.

—Aunque tampoco dijo que lo hace.

—Creo que es porque intento no pensar tanto en ello.

—Es fácil para tí, no viven en la misma comunidad.—susurró mirando al piso, esperando que Henry no la haya escuchado.

—Espera, ¿eso es lo que te pasa? ¿Te gusta alguien que no siente lo mismo por ti y es del Reino?

—Algo así. Nunca se lo dije pero sé que él siente algo distinto a lo que yo siento.

—¿Quién es?

No iba a decir su nombre, no quería que él sepa nada.

Pero otra vez, su silencio responde por ella.

—¿Soy yo?

Alaska levantó la vista, tenía lágrimas que estaba reprimiendo, y conectó sus ojos con él.

En ese momento supo que todo cambiaría, y quizás no de una buen modo. Sabía que todo se había arruinado. Lo único que quería hacer en ese momento era irse. Y eso hizo, se levantó y se alejó corriendo.

—¡Alaska, espera!

Pero ella ya se había ido, y Henry se quedó en donde estaba, quieto y sin saber qué hacer.

Solo podía pensar en lo que acababa de pasar ¿ella realmente sentía algo más que amistad por él?

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⏰ Last updated: Oct 09, 2021 ⏰

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