Rosita & Tara

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Rosita estaba en la enfermería, había recibido un disparo y su vida peligraba. Toda Alexandría estaba preocupada, no solo por la delicada situación de ella, sino por todo lo que sucedía.

Tara se encargaba de ayudar a Siddiq, pero no podía concentrarse. La chica que amaba estaba luchando por sobrevivir y cada segundo que pasaba las esperanzas de Tara se esfumaban. "Ella estará bien" es lo que todos decían. Y  Tara quería creer eso, en serio anhelaba hacerlo pero todo lo que estaba ocurriendo no le permitían ser positiva. 

 Ahora, ella estaba junto a la cama donde Rosita estaba, tomándole la mano. Con los ojos llenos de lágrimas la observaba. Quería que admirar y grabar en su mente cada facción de su rostro y asegurarse así que nunca iba a olvidarla.

—Sé que es difícil...— Ella salió de su trance gracias a la voz calmada de Jesus. Con un gesto de confusión lo miró. — Perder a alguien que amas. He pasado por eso una vez.

—Tengo miedo.— Confesó por primera vez. Ya no podía pretender que era fuerte, no cuando la mujer que amaba estaba a punto de morir.

—Rosita es fuerte, lo logrará. Siddiq me acaba de decir que hubo una leve mejoría en su situación.— Los ojos de Tara se iluminaron, llenos de esperanza.— No estoy asegurando nada, pero creo que ella podría lograrlo.

—No sé qué haría si no lo hace. Tiene tanto por vivir, por hacer. Incluso en este mundo.— comenzó a llorar.— La amo mucho, desde hace tanto siento esto y nunca pude decirlo. Sintió como la mano de Rosita se apretaba con fuerza a la de ella. Levantó la mirada y la vio ahí. Estaba con una débil sonrisa en su rostro y los ojos a penas entreabiertos.

—Continúa, por favor.— Dijo, sus primeras palabras luego del accidente fueron esas. Quería escuchar lo que Tara quería decirle desde hace tanto tiempo.

Ella estaba petrificada, no sabía qué decir. No era lo suficientemente valiente para decirle lo que sentía. Le dio una mirada a Jesus y él asintió para luego dejarlas solas.

—Yo... he sentido esto por tanto tiempo y nunca pude decirlo. Cuando estoy contigo puedo ser la mujer más fuerte y valiente del mundo y, a su vez, la más vulnerable y débil. Te amo. 

Ambas se veían con lágrimas en los ojos y una sonrisa.

—Tuve que estar a punto de morir para escuchar esto. Nunca sentí nada por ninguna mujer. — hubo un momento de silencio. La sonrisa de Tara se esfumó lentamente de su rostro. Rosita continúo. — Hasta que te conocí a ti. También te amo.

THE WALKING DEAD || •ONE SHOTS•Where stories live. Discover now