Cap:2

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Con solamente dos minutos ahí parado frente al coche, Izuku descubrió que aquello no era un campamento normal.

Era un campamento militar.

No se lo dijo ningún cartel enorme que rezara algo como "campamento militar" ni nada por el estilo, fue un chico de cabello azul oscuro, que se acomodaba las gafas miles de veces mientras hablaba y luego los arrastró hasta un gran punto de encuentro.

Bueno, pues allí, en el punto de encuentro no había nada.

—¡debo reunirlos a todos!— decía aquel chico, moviendo sus manos de forma exagerada— ¡la hora del encuentro para que nos cuenten las normas es dentro de...!— miró un reloj de muñeca situado en su diestra— ¡oh dios! ¡Tres minutos!

Y tras aquello echó a correr.

En un pasado, aquello fue una escuela militar muy buena, en los tiempos de guerra, claro, ahora, cuando no era necesario pelear contra otros, solo era un campamento de verano que seguía las metodologías de entonces para entranar a aquellos atrevidos que pasaran sus vacaciones allí. "U.A". Así se llamaba el lugar, lo que despertó recuerdos en Izuku, de cuando Toshinori le explicaba sus antiguas vivencias en la escuela militar junto a sus compañeros.

—no se por qué mierda la vieja me ha mandado aquí— gruñó Katsuki.

—puede que para inculcarte algo de disciplina— Izuku rodó los ojos.

—ja, como si yo fuera a ceder ante alguien.

—agh, mas mocosos. Genial.

Un hombre acababa de aparecer —de a saber dónde— junto a ellos. Con un extraño traje todo negro. Llevaba el cabello largo y desaliñado, tenía toda la pinta de no haber dormido nada aquella noche y bajo su ojo derecho nacía una cicatriz. Su piel era muy pálida y lucía notables ojeras.

¿Quién era ese?

— tomad asiento— les dijo llevándose una mano a la cabeza— en dos minutos diremos las normas y quien no las oiga sufrirá las consecuencias.

¿Sufrir las consecuencias? ¿Dónde lo habían enviado exactamente?

Se sobresaltó al escuchar una alarma sonando por los altavoces. Era el llamado para convocar a todos, con lo que un monton de muchachos y muchachas empezaron a acercasre y sentarse en el suelo al igual que ellos dos. También aparecieron mas adultos, monitores o lo que fuera que fueran. Todos ellos vestidos con trajes militares.

No se dio cuenta de el momento en que estuvo envuelto en gente, bajo un ambiente de absoluto silencio.

—bueno...— un hombre bajito de cabellos blancos acababa de carraspear, atrayendo la atención de todos— bienvenidos sean todos ustedes al campamento de la U.A. Soy Nezu, el propietario de todo este precioso terreno y director del campamento, sitio de estadía para ustedes durante este mes y medio. En todo momento serán asesorados por nuestros queridos ex-heroes de las fuerzas armadas, ellos os explicarán como funciona aquí todo, así que por favor, sargento Shota.

El hombre miró a su derecha, donde se encontraba aquel hombre desaliñado que los mandó sentarse, quien juntó sus manos en su espalda e hizo una reverencia.

— nosotros seremos sus superiores— empezó a explicar— están divididos en tres grupos, y tres años. Las listas están colgadas en el panel central, con lo que tras escuchar esta información se dirigirán allí para separarse e ir a vuestras casetas. Pero antes de eso deben saber que hay unas normas.

—ahg, perfecto— bufó Katsuki.

— puede que ahora mismo estén en un campamento militar, donde se les enseñará desde a armar una fogata con dos palos hasta a usar armas de fuego, pero no pensamos tolerar violencia de ningún tipo. A las diez de la noche todos estarán en sus casetas y obedecerán lo que sea que les digan sus superiores, sea lo que sea. Son tres normas, las cuales obedeceréis al pie de la letra si no queréis pasar tres días atados al poste de la bandera. Puede que estéis aquí porque vuestros padres no os soportan y os mandan a que otro se encargue, pero yo no pienso lidiar con una panda de mocosos insolentes. Ni yo ni ninguno de mis compañeros.

solos bajo el firmamentoWhere stories live. Discover now