Cap:5

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-será un hermoso día de fiesta- suspiró Mineta desplomándose en su litera.

Cerca de las tres de la mañana, un relampago había iluminado el cielo, iniciando la tormenta que se desató sobre el campamento, despertando así a los del cuarto.

Ahora, a las cinco y media de la mañana, Tokoyami y Midoriya miraban por la ventana como el agua caía incesante mientras Mineta y Aoyama descansaban sobre sus literas.

-no me apetecía nada hacer la ruta- decía Minoru, tapándose con las mantas -qué frío joder.

-eran veinte kilómetros por día- recordó Midoriya, cobijado por una de las gruesas chaquetas de Uraraka -iba a ser duro.

La puerta se abrió de par en par, dejando pasar a un par de muchachos que se acercaron corriendo a la ventana con una sonrisa de oreja a oreja.

-¡está lloviendo!- chilló Kaminari.

-¡no vamos a hacer ruta!- exclamó Kirishima.

Veinte minutos después estaban haciendo ruta

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Veinte minutos después estaban haciendo ruta.

Aizawa había aparecido minutos después de que kirishima y Kaminari aparecieran eufóricos, diciendo que a él tanto le daba si llovía, hacía sol, nevaba o granizaba. La ruta había sido planificada para aquella mañana y la iban a hacer, quisieran o no.

Así que les hizo cargar a todos la mochila a la espalda, ponerse los chubasqueros y salir montaña arriba con él abriendo fila.

Por el momento, Izuku podía decir que no iba tan mal, al llover hacía un frío terrible, lo que contrarrestado con el calor de hacer ejercicio se hacía más o menos gustoso. Tampoco se había mentido a si mismo, se había puesto atrás del todo con Uraraka desde un buen principio y podían ver a unos metros de distancia a Ojiro, que seguía la fila, así que aún no se habían perdido.

También podía decir que durante la subida quería maldito morirse y que el plástico del chubasquero lo hacía sudar como cerdo, pero aquello eran leves detalles.

-llevamos solo veinte minutos caminando...- suspiró Ochako - son cuatro horas...

-a nuestro paso serán seis-puntualizó Midoriya.

Un rayo partió el cielo en dos, haciendo a Uraraka dar un bote que la mandó pegarse a la mochila de Izuku, quien asustado y guiado por el peso de la muchacha fue directo al suelo junto a ella.

Primer día de ruta y ya tenían el uniforme lleno de barro.

-¡ochako!- se quejó poniéndose en pie.

-¡Deku-kun, cuidado!

Y al pisar la piedra mojada con la que intentó ponerse en pie cayó de nuevo.

Como buena amiga que Uraraka era, se puso a reír a carcajada limpia, agarrada aún a su mochila, mientras él se intentaba limpiar las manos de barro con la hierba mojada del suelo, ensuciandose aún más.

solos bajo el firmamentoWhere stories live. Discover now