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Yoongi estaba agobiado por todo lo que estaba pasando. Tenía un manojo de sentimientos confusos en su interior y no podía pensar con claridad. Todos sus amigos lo notaron e intentaron sonsacarle la verdad, pero Yoongi todavía Noe ataba listo para asumir públicamente que había sido objetivo de una de las jugarretas de aquel grupo.

Yoongi quería odiar a Taehyung. Lo había utilizado, manipulado, ilusionado, lo había hecho creer que podía tener alguna posibilidad con Jungkook.

Quería odiarlo, detestarlo, pero no podía.

En su mente todavía vagaban las hermosas palabras que había escrito en las notas, los ánimos que le daba y la alegría que sentía al leerlas. Cuando se despertaba en medio de la noche en busca de esas notas porque no podía dormir y no hacía más que pensar en eso, se imaginaba al pequeño Kim Taehyung escribiendo en su escritorio volcando todos sus sentimientos en las notas.
Aún así, por la mente de Yoongi también rondaba el pensamiento de que todo podía haber sido parte de una gran obra de teatro donde él era el protagonista. Lo que necesitaba él eran respuestas, necesitaba saber la verdad que escondía. Lo necesitaba para saber cómo debía sentirse respecto a Taehyung.

Cuando leía una y otra vez sin para la anotas cada vez se le hacían más verosímiles todas y cada una de las palabras que impregnaban ese pequeño trozo de papel. Cada vez se las creía más. Pronto se convirtió en su pequeño vicio releer las notas durante esos días de incógnita en qué Taehyung se pronunció respecto al tema.

Después de darle mil y un vueltas al asunto, asumió en su décima noche de pasársela leyendo las estúpidas notas de Taehyung, que se había enamorado de sus palabras.

Ahora con más razón quería saber la verdad. No sabía si creer que Taehyung también podía sentir lo mismo por él o quedar como estúpido por segunda vez enamorándose del chico que se burló de él.

Carta de amor [Yoontae] ✓Where stories live. Discover now