22- Lo que dice "El Profeta"

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Las vacaciones de Navidad pasaron con una velocidad que alarmó a Nicholas. Era verdad lo que decía el dicho "el tiempo vuela cuando te diviertes". Había estado la semana entera después del baile de Navidad y en año nuevo disfrutando con sus amigos, hablando con el profesor Dumbledore, paseando... paseando con Ebony, y especialmente contento porque ni Snape ni su apestoso hermano Jasper estaban en el colegio, ya que se habían ido a pasar lo que quedaba de las vacaciones con su madre.

Y ese día, 1 de Enero, los alumnos que se habían quedado en Hogwarts para las vacaciones de Navidad, que habían sido prácticamente todos, tenían permiso para ir a Hogsmeade. Así que las vacaciones no podían terminar de mejor manera.

Nicholas se levantó tarde ese día. Durmió lo más que pudo, haciendo oídos sordos al ruido que hacían sus compañeros a su alrededor, y se levantó a las 12:00am, lo más tarde que pudo. Adrian, que ya había bajado a desayunar hacía tiempo, lo recibió con una sonrisa y señalando su reloj.

-¡Vamos!-dijo Nicholas, que tenía el pelo más desordenado de lo normal-¡todavía estamos de vacaciones! ¡tenía que aprovechar el último día!

Segundos después de que se sentara, aparecieron Riley y Emily, que al parecer también habían decidido dormir hasta tarde. Las chicas sonrieron ante lo desordenado que estaba el cabello de Nicholas y se sentaron con ellos a desayunar. La conversación fluyó como siempre, y se estancó, como siempre pasaba en el último tiempo, en si Nicholas había descifrado lo que quería decir el huevo.

-Riley... por favor... todavía me queda más de un mes... además, ¡estoy trabajando en eso!-Riley enarcó una ceja y Nicholas puso un pucherito-lo prometo.

La chica no pudo evitar sonreír.

En eso, las lechuzas que traían el correo, comenzaron a llegar. Nicholas, que sabía que no recibiría nada, ni siquiera levantó la vista, pero Emily, Adrian y Riley, que estaban acostumbrados a recibir prácticamente todos los días cartas de sus familias, estaban atentos por si veían sus lechuzas.

Mientras sus amigos abrían y leían sus cartas, la mente del chico divagaba en como lo habrían pasado Iris, Snape y Jasper solos, en casa... los 3, como una familia, sin él estorbando en el medio. Se imaginó a ellos tres riendo, haciendo juntos la comida, o hablando de lo genial que era ser de Slytherin. Se los imaginó siendo una familia, e inconscientemente sintió celos. No es que le hubiera gustado estar allí, pero la verdad es que la idea de tener una familia a la que llegar cuando Hogwarts estuviera en vacaciones, sonaba como una idea bastante... linda.

-Nicholas...-lo llamó Riley. El chico levantó la vista de su plato para encontrarse con la chica, que tenía cara de sorpresa, y el profeta en sus manos.

-¿Qué?-preguntó, preocupado.

-Tienes que leer esto.

Riley le pasó el profeta, en el cual en la primera plana había una imagen de Dumbledore sonriendo y Nicholas comenzó a leer:

"El pasado de Albus Dumbledore,

Por Rita Skeeter

Rita Skeeter, nuestra corresponsal especial de el diario "El profeta" se ha encontrado con una mina de oro al destapar esta historia. Ella piensa, como muchos otros, que ya es hora de que se sepa la verdad de alguien que es tan venerado en el mundo de la magia. La verdad sobre Albus Dumbledore.

Albus Dumbledore, un hombre del que solo se sabe lo bueno, un hombre al que todos veneran por lo que ha logrado, por lo que es, por lo que hará por el mundo mágico, pero nadie parece recordar que el hombre también tiene pasado, que también tiene errores, que también es un ser humano, y en esta nota, Rita Skeeter ha decidido mostrarlo por quién es.

Nicholas Riggs y el Cáliz de FuegoWhere stories live. Discover now