Capítulo 6

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Estaba acostado en mi cama, con el estómago revuelto y el cuerpo débil. La noche anterior vomite una vez más y luego solo fueron arcadas a causa de las náuseas que me producía el mareo. A la mañana siguiente me sentía fatal, solo quería estar envuelto entre las sabanas y mantener mis ojos cerrados. Hasta que una voz me hizo abrir los ojos.

-A vos parece que te gusta estar enfermo o internado ¿no? – mi hermana de en medio, Roció, me miraba con una triste sonrisa desde los pies de la cama. Una chica hermosa de tez blanca, ojos marrones, mejillas sonrosadas y un poco alta- Si seguís así, le vas a dar un infarto a alguien.

-Créeme que no es apropósito. Si por mi fuera estaría viendo las estrellas y escribiendo sin descansar- Al verla me sentía cómodo, pero con cierta incertidumbre. Era como si algo estuviera mal con ella - y es bueno volver a conocer a una de mis hermanas. Desde que desperté no nos hemos podido ver ni una sola vez.

-Si...la última vez...-su voz se apagó un poco-Me alegra mucho saber que estas bien.

- ¿Podrías contarme que sucedió entre nosotros? Me siento extraño al verte. Es la primera vez que me sucede eso...es como estar...triste, creo que esa es la palabra que define bien lo que siento.

-No es joda que te has olvidado de todo – los ojos le brillan, parece estar a punto de llorar - solo te pido que me escuches sin hablar.

-Si-dije obediente y ella comenzó su historia.

Resulto ser que ambos teníamos muchas discusiones, casi siempre por cosas sin sentido y terminábamos hiriéndonos mucho con las palabras. Mamá, al parecer, nos intentaba de calmar hasta que llego un punto donde la convivencia se hizo insoportable entre ambos y el vivir bajo el mismo techo ya era imposible. Por estos problemas y, por necesidad de vivir más cómodos, nuestra madre decidió que debían irse a vivir a un departamento las tres junto con su pareja. Por mi parte simplemente decidí quedarme a vivir con mi abuela para evitarnos otros problemas y luego de eso todo es bastante fácil de deducir. Con Roció empezamos a vernos a cada vez menos hasta el punto en que éramos conocidos con un linaje de sangre, con mi hermana menor, Guadalupe, hubo también una relación distante.

-Días antes del accidente tuvimos una discusión... - su voz esta tan solo a un paso del llanto - ambos estábamos sacados por algo y no supe escucharte... te dije cosas muy feas y luego cuando sucedió aquello... me dolía muchísimo saber que lo último que escuchaste de mi boca fueron insultos.

Rompió en un llanto desconsolado y se acercó a mi lado. La abrace y deje que se desahogara. Cuando se calmó solo pude decir.

-Espero también sepas disculparme, pues no creo haber sido indiferente a tus palabras.

-Ninguno se quedó callado, Rein. Ambos tuvimos mucho orgullo y no queríamos cambiar nuestra forma de ver las cosas.

-Debimos discutir por una estupidez-dije sonriendo intentando romper con toda la tristeza.

-Sí, era una estupidez. Nada de lo que debamos preocuparnos ahora - no se oía muy convencida y tampoco deseaba colocarla en una situación incómoda para que hablara. En verdad olvidar el pasado parece ser una solución muy viable.

- Vamos, que todo va a mejorar. Tenemos un nuevo comenzar con esto de que mi cerebro se vacío de recuerdos - reí besándole la frente.

- ¿En serio has perdido todos los recuerdos? ¿De nada te acuerdas?

-No. A veces es confuso porque veo las cosas y las relaciono con palabras que tengo en el inconsciente – me señale la frente intentando dar énfasis a mis palabras - es extraño pues con las personas me sucede algo similar y noto cuando fueron parte importante en el pasado.

JubitoWhere stories live. Discover now