Capitulo 3

66 16 0
                                    

- ¡Ya llego! - Mi abuela me recibió con ese grito en la puerta de casa- Estas muy flaquito.

-Es la comida del hospital, supongo-le di un abrazo y besé en esas mejillas arrugadas. Es una mujer tan tierna que no aguante no hacerlo- pero mamá me ha dicho que cocinas excelente.

-Mejor que los del hospital cocinaría cualquiera-dice mi abuela con un poco de enojo-no deben haberte alimentado bien-me toma del brazo- ¡y para peor venís helado!

-Tranquila mamá-dice mi madre-es normal luego de tantos días acostado y sin contar los días que estuvo en coma.

- ¡Ni me lo recuerdes! -me produce gracia oírla así, es diferente a la ternura que deja ver a simple vista- Eso ya paso y no me hace bien hablar de ello.

-Bueno vamos a cambiar el tema de conversación-digo abrazándola, apenas noto la naturalidad con la que hago aquello y la suelto un poco avergonzado-perdón, no me contuve...solo...

- ¡Niño! –suelta mi abuela-tenes todo el derecho del mundo para abrazarme, deja de preocuparte.

La abrazo de nuevo dejando que mi cuerpo sienta ese tacto tan dulce de sus manos abrazándome. Mi madre nos mira sonriendo y luego la abrazo a ella. Siento como algo sube por mi cuerpo y me hace sentir muy feliz. Suspiramos y nos fuimos a sentar alrededor de la mesa para comenzar con el almuerzo.

Durante el almuerzo hablamos de tantas cosas que apenas pude tomar alguna nota mental de todo lo que decíamos. A pesar de no saber mucho de que hablaban supe que mi padrino, el hermano de mi madre, estuvo en la casa el día anterior y que en apenas dos semanas volvería a visitarnos. Entendí que él trabaja en las montañas manejando una especie de vehículo de un tamaño abismal y que tiene que viajar allí por dos semanas, luego baja de la montaña y vuelve con su familia en una provincia cercana. Al parecer somos muy unidos y me dejo grandes saludos.

-El esperaba llegar a verte, pero nunca tiene tiempo para ir a ningún lugar de visita-la cara de mi abuela se veía un poco triste-al menos lo vemos por algunas horas, tiene que cuidar a su familia.

-Algún día vamos a visitarle así tenemos algunos días para verle-suelto mientras busco espinas en mi pescado frito-quizás me ayude un poco.

-Puede servir...has compartido muchas cosas con él y seguro te hace recordar algo-dice mi madre con ilusión en su voz.

-Ese tema también creo que va a ser mejor que vamos dejándolo de lado-bajo el pescado con un trago de jugo de naranja-no será sano que todo el tiempo este buscando recuperar mi memoria, además tengo una idea para no pensar todo el tiempo en eso.

Ambas me miran con un poco de desconcierto y me dejan espacio para que continúe.

-En estas semanas pude leer mucho y me dedique a averiguar cosas gracias al celular...me gustó mucho la idea de dedicarme a ser escritor-digo avergonzado, no entiendo porque en mi mente la idea se escucha genial pero cuando lo suelto mis mejillas arden y siento como si me volviera pequeño-me gustó mucho la vida de un escritor y la idea de poder dedicarme a crear las memorias que me faltan...-esa sensación me resulta agobiante y siento como una presión hunde mi pecho.

-Rein, no todo es tan fácil, no es como que un escritor recibe un sueldo todos los meses o se estudia para ello.

-Si...por eso dije que averigüe cosas y mientras reconstruyo esas memorias voy a estudiar letras.

-Al menos esos recuerdos siguen guardados en esa cabecita tan dura-me dice mi abuela sonriendo-ya eras un escritor antes del accidente y estudiabas eso. Tu madre siempre tuvo miedo a arriesgarse y por ello dice lo que dice, pero nunca dejo de leerte.

- ¿Tengo libros a mi nombre? –la sorpresa me ha dejo sin aire.

-Nunca publicaste nada, aunque siempre que estabas en tu cuarto nos decías que estabas escribiendo.

-Debe estar todo guardado en tu computadora. Siempre que me dejabas leer algo de lo que hacías, me lo mostrabas desde ahí-ambas me miraron contentas- ¿Creías que esto no se te había ocurrido antes? No por nada te llevamos tantos libros al hospital.

-Debí verlo antes-me sentí a gusto con la idea de no haber cambiado-tal vez si volviese a leerme recuperaría parte de mis recuerdos-me emociono con la sola idea de encontrarme en diferentes historias que escribiese en el pasado-iré directamente a...

-No nene, te quedas a terminar de comer...no seas tan ansioso, ya bastante tiempo te tuvimos lejos. No te hará daño quedarte acá algunos minutos más.

-Si...el accidente nos quitó algunos días.

Noto como ambos rostros se ven ensombrecidos por algunos segundos, como si alguna extraña idea hubiera atravesado sus mentes, y luego volvieron a verse normales otra vez.

- ¿Les pasa algo? –ninguna respondió en principio y siguieron comiendo intentando ignorar la pregunta-sus caras se pusieron...raras.

-No es nada-interrumpió mi abuela-ha sido muy difícil tenerte así.

Decidimos dejar el tema allí y concentrarnos en hablar sobre cosas de mi vida. Me entere que tengo dos hermanas menores que viven con mi madre en un departamento un poco alejado de en donde vivimos con mi abuela, una de mis hermanas tiene 13 años y la otra 18, tal parece no nos llevábamos muy bien en algunas ocasiones con esta última, pero somos muy apegados la mayoría del tiempo. Mi madre me conto que con mi padre se habían separado hace casi doce años y que muy poco trato teníamos los dos, en sus palabras "mucho no le querías, por no decir que nada". Supe que tengo una media hermana por parte de mi padre, pero hasta ahí llego mi interés sobre el tema, al parecer no solo son palabras las que recuerdo de forma inconsciente. También me han dicho que no solo escribía, sino que, además, también estudiaba letras y con ello me entere de todo el proceso que me había traído hasta esa decisión. No quería creer en mi sueño de ser escritor por lo que intente de estudiar medicina, luego pase por diseño industrial y, luego de perder tres años, me lance a continuar con lo que de verdad quería. Escribí durante todo ese tiempo mientras iba buscando con quien poder trabajar alguna publicación. En los estudios me iba tan bien como se podía, aunque no quisieron contarme nada del último tiempo.

-Mañana podrás volver a la universidad, si quieres-dice mi abuela-Luis dice que vendrá a buscarte para que aprendas el camino.

-Sí, es un muy buen amigo como Abigail. Ambos me fueron a visitar y me sentiré mucho mejor con su compañía...igual quiero conocer nuevamente la vida-la mirada de ambas mujeres fue suficiente para caer en cuenta que no entendían a lo que me refería-simplemente quiero pasar tiempo fuera de la casa para ver un poco más de la... ¿Naturaleza?

-Igual de raro que el abuelo-dijeron las dos al unísono.

- ¿Mi abuelo? –Esas palabras produjeron un leve vacío en mi pecho.

-Sí, el esposo de Gladys-señala a mi abuela.

- ¿En dónde está? –interrumpo al instante con mucha emoción.

-El murió hace ya varios años atrás...si quieres puedes ver algunas fotos.

Poco a poco sentí como mis ojos se ponían húmedos y esa palabra me hacía encontrar dos sensaciones que se contradecían. En primer lugar, tenia deseos de llorar al saber que no podría conocer a ese hombre y, en segundo lugar, siento cierta alegría ante la idea de parecerme de esa forma a él.

-Está bien.

-Es normal que te sientas así, ambos compartieron mucho tiempo juntos y se querían de una forma muy especial-mi madre vio como una lagrima se me escapaba.

-No siento nada...solo es que...

-Creo que será mejor que el tema de las fotos lo dejemos para después-mi abuela me había tomado de la mano-se te ve dolido, Rein, y no lograras nada guardándotelo.

-Dolor...aun debo aprender mucho de eso que es como el "dolor".

-La vida es una montaña rusa de lo bueno y lo malo-Gladys me beso la mano y la sostuvo en la suya-solo debes aprender a aceptar sus sube y baja.

Solo pude sentir como mi respiración se calmaba mientras más lagrimas se escapaban sin poderlas sostener en el borde de mi mirada.

JubitoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon