Capítulo 14

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Llegue a las nueve y cincuenta minutos al lugar donde nos veríamos con Antonella. Estaba muy cansado, apenas había podido pegar ojo la noche anterior. Por alguna razón no dejaba de pensar en cómo sería reencontrarme con ella y eso me mantuvo en velo durante casi toda la noche y cuando solo faltaban un par de horas para que sonase la alarma mi cuerpo se relajó y eso solo logro que casi me quedara dormido durante toda la mañana. Apenas podía mantener los ojos abiertos sin que estos me ardieran e iba bostezando desde que salí de casa.

Me senté delante de la catedral en una banca de la plaza y espere a que llegase Antonella. Estando alli bajo los rayos calientes del sol, me relaje tanto que al parecer me quede dormido, pues al poco tiempo de cabecear algunas veces, Antonella estaba ya a mi lado riéndose de mi cara de sueño. Tocaba mi hombro divertida mirándome con ternura, como si estuviese viendo a un niño pequeño.

-Hola Rein-me dijo al sentarse a mi lado-al parecer no has cambiado nada de nada.

-Mmmm...hola-dije abriendo un solo ojo mientras me tapaba el sol con una mano-anoche no pude descansar muy bien-dije intentando sonreír, pero solo otro bostezo se me escapo por los labios-disculpa.

-Al parecer tuviste una noche ocupada.

-No como me hubiera gustado-dije frotándome los ojos para poder mirarla bien- no has cambiado nada, en verdad que no-sus ojos brillaban casi tanto como su pelo rubio.

- Creí que no me recordabas-dijo riendo.

-No es eso, encontré una caja de zapatos en mi cuarto con una foto donde estábamos juntos-me acomode mejor y la mire con atención, la comisura de sus labios había formado una leve sonrisa.

-Jamás hubiera pensado que Rein Carter guardaría una foto así.

-Al parecer eras demasiado importante para mí.

-Hay muchas cosas de las que hablar.

-Me lo imagino-dije encogiéndome de hombros-te escucho.

-Vamos mejor a otro lugar. Hay un café cerca de aquí en el que podemos hablar tranquilos.

-Me pare...

Mi celular comenzó a sonar y vi que era Abi quien me llamaba, mi pecho comenzó a arder. Corte la llamada y termine lo que estaba diciendo.

-Me parece excelente, vamos.

- ¿Estas bien? –me pregunto mirándome algo preocupada-te cambio la cara.

-No es nada, solo alguien con quien no deseo hablar ahora.

Cambiamos de tema camino a la cafetería y nos dejamos caer sobre un par de sillas alrededor de una mesa. Dentro el olor del café mezclado con el de algunas masas caseras era delicioso.

-Bueno, dijiste que tenías algunas preguntas que hacerme-dijo luego de que cada uno pidió lo que bebería.

-Si...son demasiadas cosas las que quisiera saber. En verdad creí que podrías ayudarme a recordar solo con verte, pero al parecer no es tan fácil.

- ¿Te ha pasado de recordar algo con solo ver a alguien?

-Pues no, solo es como si mi inconsciente supiese que esa persona es alguien importante o lo fue, lo mismo me sucede con las cosas. Las veo, un nombre viene a mi mente, pero apenas entiendo el concepto. Se siente extraño y familiar a la vez. Por ello te hablé aquella noche en el boliche, debí de sentir algo cuando te tuve de frente.

-De nuevo te pido disculpas por lo que te dije esa noche.

-No hay problema. Era algo obvio, dadas las circunstancias. Eso es algo que me tiene con verdaderas dudas ¿Terminamos tan mal?

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