-Se acabó-dije cerrando el diario y dejando mis esperanzas en él.
-Si...
-Me ocultaron demasiadas cosas-dije sin mirarlo.
Ahora miraba directo hacia donde antes hubiese una bocanada de agua escapando y solo se veía correr un brillante hilo de agua.
-Nadie sabía cómo decírtelo. Tu mamá...
-Los entiendo. Además...ni siquiera conocían las razones por las que hice todo eso-miraba fijamente aquel lugar y me pregunte qué sucedería si cuando largasen el agua uno se encontraba allí parado. Se vino a mi mente una imagen mental de alguien siendo empujado repentinamente y quedando con cara de desentendido, me sonreí-Algo no me cuadra. ¿Por qué decidiría suicidarme cuando ya estaba mejorando tanto?
-Nadie entendió porque lo hiciste. Esos últimos días antes de la fiesta estabas tan bien. Habías recuperado peso y hasta ya casi no tenías ataques de ansiedad. Incluso esa noche parecías estar muy divertido, hasta te veíamos ir y venir con una chica.
- ¿Con quién?
-No sabía su nombre. Simplemente tuviste buena onda con ella desde el principio y te lanzaste sin avisar. Al poco rato ya nadie sabía dónde estabas y creímos que no era para preocuparse.
-Luis... -gire a mirarlo con los ojos abiertos de par en par- ¿Y si esa chica hubiese sido Catalina?
-Naaaaa, imposible. Vos decías en ese diario que ella no estaba en la provincia.
-Pero... ¿Y si lo fuera? Nadie sabe nada lo que sucedió esa noche ni porque tome esa decisión. Aunque no fuera Catalina...necesito encontrarla para preguntarle qué sucedió.
-Rein... ¿no te parece que es suficiente?
-Olvidar no ha ayudado en nada, simplemente me dio un tiempo extra para no pensar y creo que esta noche demuestra que no me ha servido de nada. Si no enfrento todo lo sucedido ahora tendré esa duda por el resto de mi vida y solo seguiré escapando de algo que está todo el tiempo en mi mente – dije frenéticamente lleno de emoción.
-Puede que tengas razón. A final de cuentas diga lo que diga vas a investigar hasta el cansancio.
-Menos mal comprendiste a lo que me refería-le dije golpeándole la espalda.
-Pero primero conviene que vamos a dormir. Te llevare a tu casa.
-Si...-bostece-creo que ya va siendo hora de descansar.
Volvimos a casa. Cuando Luis se despidió de mí ya eran casi las cuatro de la mañana. Entre y en cuanto pude me dejé caer entre las sabanas.
Me desperté en una habitación a oscuras, a mi lado sentía un cuerpo cálido, al parecer era de una mujer. Sentí que se movía con lentitud, era como si estuviera acercándose a mí y sentí una mano bajar por mi abdomen. Me quede quieto sin entender lo que pasaba mientras la mano seguía bajando hasta llegar a mi pelvis y luego comenzar a tocar mi miembro. Me sentía extrañamente conforme, era como si conociese esas manos y el perfume de esa mujer me hizo sentir nostalgia. No sabía distinguir de quien era el perfume, pero su piel lo emanaba de una forma casi natural y me incitaba a dar media vuelta queriendo besarla. Quería comer su piel a besos mientras ese aroma penetraba por mi nariz y boca, deseaba saborearla por completo. Intente girarme, pero no me lo permitió.
- Por favor...no me veas –dijo con pena.
La situación se transformó y ahora entraba en esa habitación, me veía recostado sobre la cama con las manos de una chica de cabello rubio oscuro y piel blanca, entre mis piernas. La escena me desagradaba, ella no me miraba y solo repetía.
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Jubito
Mystery / ThrillerUn pequeño diario de tapa marrón se encuentra oculto en una caja de zapatos guardando en su interior la historia del pasado de Rein, un joven que ha despertado luego de un coma y no tiene ningún recuerdo de todo lo que sucedió antes de aquel intento...