Capítulo 21

26 5 0
                                    

-Se acabó-dije cerrando el diario y dejando mis esperanzas en él.

-Si...

-Me ocultaron demasiadas cosas-dije sin mirarlo.

Ahora miraba directo hacia donde antes hubiese una bocanada de agua escapando y solo se veía correr un brillante hilo de agua.

-Nadie sabía cómo decírtelo. Tu mamá...

-Los entiendo. Además...ni siquiera conocían las razones por las que hice todo eso-miraba fijamente aquel lugar y me pregunte qué sucedería si cuando largasen el agua uno se encontraba allí parado. Se vino a mi mente una imagen mental de alguien siendo empujado repentinamente y quedando con cara de desentendido, me sonreí-Algo no me cuadra. ¿Por qué decidiría suicidarme cuando ya estaba mejorando tanto?

-Nadie entendió porque lo hiciste. Esos últimos días antes de la fiesta estabas tan bien. Habías recuperado peso y hasta ya casi no tenías ataques de ansiedad. Incluso esa noche parecías estar muy divertido, hasta te veíamos ir y venir con una chica.

- ¿Con quién?

-No sabía su nombre. Simplemente tuviste buena onda con ella desde el principio y te lanzaste sin avisar. Al poco rato ya nadie sabía dónde estabas y creímos que no era para preocuparse.

-Luis... -gire a mirarlo con los ojos abiertos de par en par- ¿Y si esa chica hubiese sido Catalina?

-Naaaaa, imposible. Vos decías en ese diario que ella no estaba en la provincia.

-Pero... ¿Y si lo fuera? Nadie sabe nada lo que sucedió esa noche ni porque tome esa decisión. Aunque no fuera Catalina...necesito encontrarla para preguntarle qué sucedió.

-Rein... ¿no te parece que es suficiente?

-Olvidar no ha ayudado en nada, simplemente me dio un tiempo extra para no pensar y creo que esta noche demuestra que no me ha servido de nada. Si no enfrento todo lo sucedido ahora tendré esa duda por el resto de mi vida y solo seguiré escapando de algo que está todo el tiempo en mi mente – dije frenéticamente lleno de emoción.

-Puede que tengas razón. A final de cuentas diga lo que diga vas a investigar hasta el cansancio.

-Menos mal comprendiste a lo que me refería-le dije golpeándole la espalda.

-Pero primero conviene que vamos a dormir. Te llevare a tu casa.

-Si...-bostece-creo que ya va siendo hora de descansar.

Volvimos a casa. Cuando Luis se despidió de mí ya eran casi las cuatro de la mañana. Entre y en cuanto pude me dejé caer entre las sabanas.

Me desperté en una habitación a oscuras, a mi lado sentía un cuerpo cálido, al parecer era de una mujer. Sentí que se movía con lentitud, era como si estuviera acercándose a mí y sentí una mano bajar por mi abdomen. Me quede quieto sin entender lo que pasaba mientras la mano seguía bajando hasta llegar a mi pelvis y luego comenzar a tocar mi miembro. Me sentía extrañamente conforme, era como si conociese esas manos y el perfume de esa mujer me hizo sentir nostalgia. No sabía distinguir de quien era el perfume, pero su piel lo emanaba de una forma casi natural y me incitaba a dar media vuelta queriendo besarla. Quería comer su piel a besos mientras ese aroma penetraba por mi nariz y boca, deseaba saborearla por completo. Intente girarme, pero no me lo permitió.

- Por favor...no me veas –dijo con pena.

La situación se transformó y ahora entraba en esa habitación, me veía recostado sobre la cama con las manos de una chica de cabello rubio oscuro y piel blanca, entre mis piernas. La escena me desagradaba, ella no me miraba y solo repetía.

JubitoWhere stories live. Discover now