Capítulo 13

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Luego de su respuesta hablamos un poco, algo así como dos mensajes antes de que ella ofreciera llamarme para poder hablar mejor. Acepte al instante, en verdad necesitaba oir a alguien que no viniera de dentro de mi mente o me volvería loco.

-Rein... hola-al escuchar su voz mi corazón casi se me escapa del pecho en un galope ensordecedor, al no oír respuesta de mi parte pregunto- ¿Cómo estás?

-Estoy bien- susurre casi sin aire-solo que un poco perdido.

-Me lo imagino...el accidente debió dejarte alguna secuela además de tu amnesia.

-No, no es eso-quise decirle que su voz me acababa de dejar sin habla y me había hecho olvidar el odio que sentía contra Abi, fue algo involuntario que casi escapa por mi garganta. Tomé aire, pensé con tranquilidad y dije-solo es que no tuve un muy buen día.

- ¿Quieres que hablemos de eso?

"Si, estoy furioso y confundido, tu voz me ha dejado perplejo y hasta esta mañana amaba a una mujer que me engaña. ¿Cómo soluciono este encuentro de sentimientos que nada tienen que ver unos con otros?" Pensé antes de decir:

-En otro momento, creo que eso será mucho mejor. Ahora no quisiese tocar ese tema-intentado de cambiar el rumbo de la conversación le pregunte- ¿Por qué viniste ese día a verme, Antonella?

-Anto...suena menos formal que Antonella.

-Oh está bien, Anto. ¿Qué buscabas ese día?

- ¿No recordar nada verdad?

-Por lastima, no. No me acuerdo de nada que sucediese antes del accidente.

- Quizás ese día no lo sabias, pero hace un tiempo atrás nos vimos en un boliche. Estabas algo ebrio y chocaste con una de mis amigas.

-Espera... algo recuerdo... ¿vos eras esa chica? No con quien choque... si no a quien le hable luego.

-Si...-su voz se escuchó avergonzada-ese día creí que me estabas mintiendo. No sabía que era verdad lo del accidente.

-Las cosas debieron terminar muy mal entre nosotros para que dijeras lo de esa noche.

-No lo dije en serio. Jamás te desearía la muerte de esa forma...es que pensé que te estabas burlando de mí. Si lo hubiera sabido...nada, solo quería pedirte disculpas por lo de esa noche.

-No es nada, lo compensaste con esta llamada. Me subiste bastante el ánimo-estaba siéndole sincero. Al menos me había despejado un poco de la cabeza del problema de esa mañana-estamos a mano.

-Aun así, quería invitarte a que nos viésemos una vez más. Quizás tengas muchas dudas de tu pasado y pueda ayudarte a resolver algunas.

Me quede en silencio por algunos instantes pensando en la remota posibilidad de verla otra vez. Mi pecho saltaba desesperado haciéndome querer decirle que si, mientras en mi cerebro no paraban de aparecer ideas sobre que Abi se enfadaría. Pero todo eso, desde mi pecho saltando como loco y las ideas sobre lo que pensara Abi, desaparecieron al instante cuando recordé la escena de esa mañana. Nuevamente los celos volvieron a hundirme en el colchón y sentí como un vacío me consumía otra vez desde dentro. Con aquellos sentimientos respondí sin pensar.

-Sí, me gustaría mucho poder preguntarte algunas cosas de cuando estuvimos juntos.

-Siii-dijo emocionada, algo que me descoloco las ideas-entonces ¿Qué te parece mañana?

- ¿Mañana? –pregunte desconcertado.

-Sería lo mejor o ¿ya tienes planes con alguien más?

-No, no tengo planes con nadie. No te preocupes por eso-Imagine a Abi viéndonos con Antonella, bueno Anto, hablando y fue placentera la emoción-te parece que nos veamos en la plaza 25 de mayo delante de la catedral.

-Claro, Rein-se oía feliz-mañana a eso de las diez de la mañana.

-Perfecto, perfecto-sonreí con el celular aun en el oído y me despedí-Nos vemos mañana entonces.

-Hasta mañana, Rein. Un jubito de mi parte.

- ¿jubito?

-Lo siento, mañana te explico ¿sí? Un beso.

-Otro, chau.

La comunicación se cortó y baje mi celular dejándolo sobre el colchón. Me sentía a gusto. Mi humor había mejorado, aunque no todo se debía a esa especie de venganza que pensaba. Era la voz de Antonella lo que me había devuelto algo que no sabía que había perdido. Salí de la cama con rapidez lleno de energía y repetí en un susurro.

-Jubito...-miré hacia el diario y me prometí leer un poco antes de dormir.

Antes de dejarme vencer por el sueño tomé el diario y leí unas cuantas hojas mas donde, nuevamente, me pasaba de cursi describiendo lo vivido junto con Antonella. Cuanto la amaba, su forma de expresarse y básicamente todo lo que un ciego de amor puede sentir. Luego de unas 6 páginas me aburrí de tanta cursilería y dejé el diario sobre la mesa de luz. Mañana leería otras páginas, por el momento necesitaba descansar.

JubitoHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin