Capítulo 2: Partida

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Kagome estuvo callada todo el día otra vez. Parecía que estaba sumida en sus pensamientos.

Sango suspiró. Estaría ayudando a su amiga esta noche. Lo habían discutido y Sango la dejaría ir cuando se fueran nuevamente a las aguas termales. Estaban muy cerca del pueblo de Kaede y llegarían a tiempo para que Kagome pudiera irse esa misma tarde. No se lo habían contado a nadie y sabía que Inuyasha estaría enojado con ella por dejar ir a Kagome. "Me gritará como siempre e intentará ir a buscarla. Ella no volverá esta vez. No por un tiempo".

-Paremos, Kagome necesita comer.- Habló el hanyo.

Todos tenían miradas de sorpresa en sus rostros. Usualmente tenían que rogarle a Inuyasha que se detuviera.

"Debe estar realmente preocupado por ella. Sino la lastimara tanto, podrían ser felices juntos. Bien podría haber sido feliz. Odio decirlo, pero Inuyasha definitivamente es demasiado tarde." Pensó la exterminadora de denonios.

Sango y Kagome estaban pensativas y ni siquiera prestaron atención a nada de lo que Inuyasha, Miroku o Shippou les dijeron. Decidieron dejarlos pensar y continuaron preparando el almuerzo. Esta vez Inuyasha y Shippou fueron al bosque a buscar peces de un estanque cercano.

Miroku acaba de ocuparse de sus asuntos. Sabía que no debía molestarlas. Se puso de pie y todavía no salieron de sus pensamientos. Suspiró y fue a ayudar a Inuyasha y Shippou.

-¿Kagome?- Dijo Sango cuando vio a Miroku finalmente alejarse.

-¿Sí, Sango?

-Te voy a extrañar...

-Volveré pronto...

-Pero entonces quizás nos dejes para siempre...

-Tal vez, pero es poco probable que pueda atravesar el pozo después de completar la perla y hacer el deseo.

-¿Qué desearás?

-Yo no lo haré, voy a darle el deseo a Inuyasha...

-Pero si desea convertirse en un yokai completo, estará contaminado y la oscuridad ¡¡¡dominará su corazón...!!!

-Lo sé, pero no creo que lo desee más... Creo que después de encontrar aceptación en nosotros y en otros que él ve como un hanyou no es algo de lo que avergonzarse. Es solo quién es.

-Tienes razón. ¿Qué crees que deseará?

-Ya sabes esa respuesta, ¿verdad?

-Sí, deseará que Kikyo vuelva a estar realmente viva. Al menos eso es lo que creo.

-Yo también.- Ella dijo con dolor en sus ojos.

Sango pensó que vio un destello de ira, pero pensó que probablemente no era nada.
Oyeron pasos y se quedaron en silencio.

Inuyasha las miró y supo que había escuchado la última parte sobre Kikyo. Miró a Kagome pero no vio ninguna emoción allí. "Está escondiendo sus sentimientos de nosotros".

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Bankotsu gruñó frustrado. Había pensado que se dirigía a divertirse y matar a todos los aldeanos, pero estaba resultando ser más difícil. Seguía muy débil y cojeaba por el dolor que sentía. "No debería sentir este dolor. Estoy muerto solo vivo por el fragmento, pero tengo hambre y siento mucho dolor. ¿Qué mierda me está pasando?"

Se sentó en el suelo,con su gran alabarda contra una roca. Estaba cansado y tenía hambre. Bajó la mano hacia donde estaba el fragmento. Fue diferente a la última vez. Se sentía como si su poder no fuera realmente lo que lo mantenía con vida.
Ahí podía correr agua y retrocedió. Agarró a Banryuu y se lo puso sobre el hombro. La imagen de la chica que se suponía que debía matar flotaba en su mente.

El Dolor de una sacerdotizaWhere stories live. Discover now