RESPONDE

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Con el tiempo, parecía ya no querer estar sola
pero también parecía
esconderme tras el telón.
¿Qué se debe hacer
cuando tu corazón se está enfriando de apoco
pero todavía disfrutas sentarte sola
en la parte trasera del autobús?

¿O es que estoy tratando de convencerme
a mí misma
que no me duele tu falta de presencia?

¿O es que estoy obligándome a mí misma
a no seguir tus pasos,
aún cuando veo claramente
tu rastro?

¿Se supone que ya debería estar acostumbrada
a este cambio
de querer odiarte o
de querer amarte?

¿Por qué tengo tantas preguntas
y pocas respuestas?
¿Por qué sigo generando preguntas
cuando no puedo responder
ni la primera?

Estoy harta de los signos de interrogación,

de tus mentiras sin punto final,
de mis anhelos entre paréntesis,
de las caricias con punto y coma
y sobre todo
de esos párrafos
que
nunca
empezaron.

Llueve, en sequíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora