OTOÑO EN TU CORAZÓN

4 1 1
                                    




Caía
Una y mil veces en el mismo abismo
y seguía quemando
como la primera vez.
Me consumía,
de pies a cabeza,
sin piedad.

Tenía esa estupida sonrisa
que me volvía jodidamente
loca.
Era como tener el cielo
en sus ojos
y el infierno
en sus manos.

Carecía de voluntad
y padecía de conciencia.
Porque cada que venía
sabia que dolería
y aún así
sonreía.

Porque no era mío.
No lo es.
Y nunca lo será.

Porque aún sabiéndolo,
ese estupido revoloteo
calaba hasta los huesos.

Llueve, en sequíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora