12 PARAÍSO

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DIA 12 FICTOBER: PARAÍSO

Si... Para Kagami ese era el mejor día de su vida.

Un paraíso.

Cómo demonios no le hizo caso antes a su amigo. Oh, si Kuroko no era el demonio que decían.

Era un ángel.

Un ángel con pase vip al paraíso de los chicos guapos en traje de baño.

Maldito enano afortunado, pero eso no se lo diría, se ponía algo especial con el tema de su estatura.

-Kagami-kun cierra la boca, te entrarán moscas-

Pero es que si cerraba la boca... Seguro que hacía un ruido muy cercano a un sonido de placer.

Y es que como no hacerlo. Justo a su vista estaba los hombres más guapos que nunca hubiera visto.

-Kagami-kun, tu pantalón está algo tenso-

-Callate maldita sea... De todos modos es tu culpa, porque no me habías traído a este paraíso antes-

-Este es el equipo de baloncesto de la Universidad, tu y yo no deberíamos estar aquí...te he traído por...-

-Que... O... Por... Dios...-

-Sabia que te gustaría...- y Kuroko esperaba que el no se metiera en problemas en el lugar aunque... Bueno a quien engañaba, su amigo moreno llamaba mucho la atención

-¿Lo conoces? ¿No me digas que es o fue tu novio Kuroko maldito?-

-Si a lo primero no a lo segundo, a mi no me gustan tan quemados...-

-Pero si es el hombre más caliente que he visto antes-

-Te traje aquí porque quiero que aprendas a nadar y hay no... Ya me vio...-

De pronto el dios griego, romano, espartano o lo que fuera se acercaba a ellos a paso veloz

-Tetsu ¿Qué haces aquí? Te dije que no volvieras-

Su voz era tan sexy... Kagami casi se derritió en cuanto la escuchó

-No vine a verte a ti Aomine-kun, vine porque quiero que esté idiota aprenda a nadar-

-¡¿Que?! Yo no soy un idiota y no entraré al agua ¡No! ¡De ninguna manera!-

-No está a discusión Kagami-kun, ahora sí me disculpan. Creo que Imayoshi-san me está llamando-

El fantasma dejo a ambos chicos solos y Kagami solo quería morirse de la vergüenza. El dios moreno de espalda ancha, músculos poderosos, piel morena sin marca alguna; aunque deseaba que las marcas de sus uñas decorarán su espalda, mierda, babearia de nuevo.

-Esto... Hola-

-Tetsu solo te trajo para hacerla de carnada. Esta encaprichado con mi estúpido superior, maldita sea. No me jodas-

Kagami se enfurecío, es decir; no le importaba ser usado de carnada para un perro si su recompensa era ese dios moreno en ese diminuto traje de baño, pero nadie le hablaba así. Nunca

-Me importa una mierda imbécil, yo vine aquí a nadar y tú no me lo impediras-

-¿Cómo me llamaste BaKagami?-

-Te dije imbécil Ahomine-

Las chispas entre ambos podían verse a Kilómetros, no podía creer que tuviera tanta tensión; y esperaba que sexual, existiera con alguien que acababa de conocer.

Y bueno, si era sexual porque 10 minutos más tarde, el moreno se lo comía a besos en uno de los camarines.

¿Cómo habían llegado a ese momento? Quien sabe ¿Que estaba haciendo Kuroko en ese momento? Que importaba.

Lo que a Kagami si le importaba era el nuevo paraíso que experimentaba.

Las fuertes manos morenas amasando su trasero, la lengua que invadía su boca sin dejarle respirar por el beso, el fuerte abdomen pegado al suyo haciendo sentir sus erecciones fricciónando al estar tan juntos, la forma en que el moreno le devoraba.

Que importaba lo demás cuando cada roce le hacía llegar al paraíso, al nirvana, al valhalla a lo que fuera porque moría de placer.

-Aun no empezamos BaKagami-

-No me llames a-ahh-asi Ahomine-

Para ese momento el moreno ya tenía tres dedos dentro suyo, se deleitaba por el placer de la intrusión, teniéndole con la mejilla pegada a un casillero, con el enorme miembro caliente y resbaladizo del moreno rozando su muslo.

-Te quiero dentro ya-

-No seas impaciente tigre... O te dolerá-

-No seas gallina y metemela-

-Tu lo has pedido-

Kagami grito, pero era un grito de placer puro, de satisfacción.

-¡¡S-Si!! Es tan grande... Tan duro... Ngh ahhh-

-Asi que mi Bakagami es un pervertido... -

Aomine estaba en el paraíso, el placer que rodeaba su ereccion era inigualable, había estado con chicas y chicos antes, pero el pelirrojo era diferente.

-¡Ahora este culo solo me pertenece a mi!-

Aomine no le dejo responder, le embistió con fuerza, rozando ese punto que sabía le volvería loco. Llevo una de sus manos al olvidado pene del chico, no le dejaría correrse tan fácilmente.

-¡N-No!... Quiero... Y-Yo... Necesito-

-Te vendrás cuando lo diga, solo con mi pene en tu agujero, sientes lo estrecho que estas... eres mio-

Kagami casi se muere con esa palabrería sucia, nunca antes le había hablado con tanta autoridad, con fuerza y determinación.

Podía sentir como era invadido hasta la conciencia, como con cada embestida sus dedos se contraían por el placer, con seguridad se oían sus sonidos obscenos afuera de la pequeña habitación; peor, el eco lo hacía aún más excitante.

-¡Más, más! ¡N-NO te detengas!-

-¡Joder! Me vendré dentro... Te llenaré completamente... ¡Mío! ¡Mío!-

Kagami gimió cuando sintió al moreno lejos de el, pero sus protestas fueron pronto olvidadas cuando el frío del laminado sé sentía en su espalda. De un brinco ya estaba nuevamente lleno hasta el fondo, cuando pasó ambas piernas al rededor de la cintura del moreno.

Los besos acallaron sus gemidos, abrazando al moreno con fuerza, mientras era embestido sin piedad, su propio pene asegurado entre sus cuerpos sintiendo aún más placer con la fricción.

Sus uñas cumplieron el objetivo que pensó en cuanto vio al Adonis moreno frente a el, arañando la suave piel de la espalda cuando el orgasmo le violento, sintió el semen tibio llenar su canal y eso alargo aún más su placer.

-Eres un pecado... Pero eres mio-

-Y también es ilegal Aomine-kun... Así que baja a mi amigo de tus garras o te mato-

El sonido de la voz del pequeño peliazul casi les provoca un infarto, abochornado al pelirrojo y molestando al moreno en su intento de una segunda ronda.

-¡Kuroko!-

-¡Joder Tetsu! Pero si me lo dejaste servido en bandeja de plata-

-Creí que le pedirías una cita no que te lo follarias-

Kagami a penas y pudo medio vestirse, medio limpio el semen lo mejor que pudo y mientras era arrastrado aún con el rostro rojo por su amigo y aún antes de irse le guiño un ojo al moreno.

-Esta noche te secuestro tigre-

Le escuchó decirle y no pudo más que asentir en cuanto supo que ese paraíso sería siempre suyo... A menos que el moreno fuera a la cárcel.

-¡¿Cómo que ilegal?! ¡Joder Y vuelve acá!-

Y es que Kagami a pesar de su estatura y complexión, penas tenía 16 años.

Fictober AoKaga (Terminado)Where stories live. Discover now