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Era una mañana fresca, una suave brisa entraba por la ventana medio abierta del cuarto del chico de cabellos azabache.

En el reloj que se encontraba encima del buró cerca de la cama, marcaba 5 para las 7.

Oh no, se hace tarde.

— ¡Dib, maldita sea!

La pequeña y adorable hermanita de Dib de ahora 16 años de edad gritaba furiosa, ya que hoy tendría que hacer una obra la cual subirá su calificación y por lo tanto tenía que llegar temprano a la eskuela.

— ¡Por tu jodida culpa papá decidió irse al trabajo y no quiso esperarme!

Subía enojada por las escaleras dando pisadas fuertes, haciendo ruido por toda la casa.

A estas alturas uno ya estaría despierto por todo el escándalo de aquella jovencita.

Pero no, el azabache seguía durmiendo.

— ¡Despierta mierda!

Tomó lo primero que vio.

Pobre Dib, no tenía mucha suerte ya que la pelimorada agarró una lámpara de lava que le lanzó con todas sus fuerzas.

— ¡Maldita sea! — Se levantó de golpe cayéndose de la cama.

Por Júpiter, no tenía ni idea de lo enojada que estaba la Gaz.

— ¡¿Pero que demonios te pasa?! — Tocó su frente sintiendo un gran chichón del tamaño de una pelota de golf. — ¿Por qué me pegas? ¿Acaso estas loca?

— ¡Mira estúpido, papá dijo que nos llevaría hoy a la escuela por esa estúpida obra de teatro! — La joven seguía furiosa, tirándole zapatos, libros y cuanta cosa más. — ¡Ahora por tu maldita culpa el se fue y ya es tarde, ponte tú maldita ropa y vámonos!

El joven de ojos amielados tomo sus lentes del suelo y se levantó de donde el estaba tirado, ya que tenía el tiempo contado tubo que vestirse a la carrera, poniéndose una playera con el estampado de un fantasmita, sus botas y su clásica gabardina color negro.

— Pareces un idiota — Dijo la gótica mirando de reojo al azabache.

— Cállate. . . — El chico recogió la lámpara con la que fue golpeado, colocándola en un ropero cerca de la puerta, donde su hermana estaba recargada.

— Perdón, corrijo, eres un idiota — Dib tomo su mochila y empujó a la joven sacándola de la puerta en dónde está estaba recargada.

Ya afuera de la casa, los dos caminaron hacia la escuela, no estaba tan lejos pero aún así tenían que apresurar el paso si querían entrar a la primera hora.

A Gaz se le veía aun molesta por lo de hace unos minutos.

Durante el transcurso la joven tiraba insultos hacia el mayor, “que bruto eres” “estúpido” “aborto andante” y más cosas, para Dib era normal, suponía que era la forma de mostrar cariño a las demás personas.

— ¡Larva humana!

Y aquí vamos.

¿Alguien sabe quién es ese personaje a quien llama a las personas de ese modo aún que se le halla explicado millones de veces que no es la manera correcta de referirse a alguien?

— ¿Qué quiere ese maldito enano? — gruñó la pelimorada al escuchar los gritos de aquel ser de color verde.

— Su nombre es Zim. . . — susurro

— Huy lo siento, ya salió el novio a defender a su amada. — Dijo con obvia ironía.

— Cierra la boca. . . — amenazó a la contraria.

𝙽𝚘 𝙼𝚎 𝙳𝚎𝚓𝚎𝚜 [𝖹𝖠𝖣𝖱] Where stories live. Discover now