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Hoy les tocaba ir a una excursión para aprender sobre rocas y cosas inservibles que no tenían nada que ver con las futuras carreras, al menos que quisieran estudiar algo relacionado a ello.

Por la ventana se apreciaba una hermosa vista de las nubes, estás se encontraban de unos tonos rosados y naranjas, una vista muy hermosa.

El autobús seguía sin moverse pues faltaban más compañeros. Esperarían hasta que todos llegarán ya que esta salida no era simplemente un paseo por las montañas, era obligatoria para cada uno de ellos.

— Zita no vendrá. — Dijo uno de las compañeras de Dib mientras se arreglaba el cabello para verse más “bonita.”

— Me alegra que esa tarada no venga.

— No te mordiste la lengua. . . — Dijo el de gafas redondas sin despegar su vista de la ventana.

Le molestaban este tipo de comentarios, que tan hueca y asquerosa persona tienes que ser como para hablar así de una de sus amigas.

Es un asco, todos son un asco y con una doble moral de mierda.

— Estúpido viaje escolar, estúpida peluca.

 Oh vaya, ya había llegado el chico verdoso acomodándose la peluca para que ésta no se le cayera.

— ¿Zim?

El chico de gabardina se giró para mirar hacia el asiento de atrás suyo.

— ¿Qué haces aquí?, se supone que no vendrías.

— El gran Zim decidió que sería buena idea venir a esta. . . excursión.

Con la llegada de Zim el grupo ya estaba completo, bueno, casi.

El camión empezó a moverse, la maestra de orientación o mas conocido como hora libre, dio algunas indicaciones para el viaje aún que los alumnos no estuvieran haciendo caso.

Pasaron algunos minutos desde que el autobús arrancó y al parecer el que manejaba no estaba consiente que transportaba personas, por qué este era muy “animal” al conducir.

— Vaya mierda de chófer. — Dijo el pelinegro cruzándose de brazos.

El conductor parecía ebrio, se pasaba cada tope y bache que veía.

El autobús venía a la velocidad de la luz como si se estuviera acabando el mundo.

Y de pronto, freno de golpe, haciendo que la mayoría de los alumnos chocarán contra los asientos del bus.

El de piel verde golpeó su cara contra el asiento de adelante empujando al de ojos amielados.

— ¡Auch! — Dijo mientras sobaba su rostro.

— ¿Estas bien? — Habló con dificultad, pues aguantaba las ganas de reír.

Sabia que si se reía de el Zim se enojaría mucho y tal vez lo golpearía, aún que no le importaba mucho, se había acostumbrado a que el más bajo le pegara una que otra vez, ya era casi un juego entre ambos.

Claro que no era la primera vez que convivían, no eran amigos tampoco, no, solo que de vez en cuando cruzaban palabras y ya.

Lo normal.

— ¡Acaso el conductor no sabe que está transportando personas!

— Posiblemente no. — Miro al alienígena sobándose la parte en donde debía estar su nariz, se veía de cierta forma chistoso pues parecía un pequeño gatito inofensivo.

Espera un momento.

Zim no era inofensivo, era un extraterrestre malvado con intenciones de acabar con la humanidad.

𝙽𝚘 𝙼𝚎 𝙳𝚎𝚓𝚎𝚜 [𝖹𝖠𝖣𝖱] Where stories live. Discover now