Capítulo 11

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Camila


Todo ha vuelto a la "normalidad", por muy extraño que sea... después de estar unas pocas horas en el hospital junto al rubio, el cual puede ser una agradable compañía cuando quiere. Me alegre enormemente cuando me dieron la noticia sobre que Erick estaba fuera de peligro y pronto se iría a casa.

Así que mi misión estaba hecha, me despedí cordialmente de Emma y de Jacob, y cuando salí del hospital deje escapar todo el aire que tenía retenido. Aunque deseo negarlo ese rubio me pone los pelos de punta y no me gusta para nada.

Tampoco es que seamos los mejores amigos del mundo, ya que ni siquiera hablo conmigo, solo respondía con monosílabas a mis peguntas.


Yo: ¿Te gusta el helado?

Él: Sí.

Yo: ¿Te gusta bailar?

Él: No.


Es una persona muy desesperante, pobre de la mujer que lo quiera.


Al volver ese día del hospital y darle las noticias a Elah y Mack, la última no estaba para nada bien, por eso no dude en colarme en su habitación luego de que William hiciera su inspección nocturna. Me dolió verla llorar por eso fui sincera y le dije: No estás sola, jamás lo estarás.

Así que ese pequeño acto fue la iniciación oficial a mis entradas nocturnas a su habitación, me di cuenta que necesitaba tener un amigo tanto como Mack. Al principio no fue sencillo, somos muy diferentes pero al pasar los días le pegue un poco de mi verborrea.

A pesar de que todo no estuviera del todo normal en nuestras vidas, me alegraba por fin encontrar a una amiga en la cual apoyarme.

~*~

Mack canta como los ángeles, ya quisiera yo tener ese don. Cada vez que canto siento que un bebe en el mundo llora, es que incluso unos gatos aullando cantan mejor que yo.

Ambas nos sorprendimos cuando eso sucedió. Estaba tratando de sacar a Mackenzie de su estado de indiferencia total con respecto al tema de Erick, así que me dije: ¡Hay que obligarla a tocar!

Fue la mejor idea, nunca había estado tan alejada de la música y me llena de alegría que haya tocado un tema totalmente diferente a lo que ella toca siempre.

Me siento como una mama orgullosa cuando su hijo se come toda la comida.

Quería seguir hablando con ella pero una videollamada de su mama nos interrumpió y por el bien de ambas, la mejor decisión era que hablara con ella, igual yo tenía varias cosas que hacer.

~*~

Despejo mi mente al entrar al salón, me sigo haciendo la misma pregunta cada vez que llego a este lugar.

¿Esto es realmente lo que deseo?

Soy buenísima para darle consejos a mi amiga pero muy mala para seguirlos, ironía del ser humano, decir lo que uno no desea hacer.


—Hola — dice tranquilamente.

Emma ha faltado a varias clases, no he preguntado porque ya que me puedo imaginar la razón de sus inasistencias.

Su hermano.

—Hey — ambos nos observamos, hemos estado muy tensas después de todo lo ocurrido en el hospital. Creo que dejo bien en claro que no me iba a doblegar por un par de palabras mal intencionadas, miradas malas y cachetadas de chicas con problemas cerebrales.

Un Inesperado Amor Libro 1.5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora