Capítulo 22

397 23 1
                                    

Jacob 

Ahí estaba yo, parado en medio de mi nueva habitación congelado viendo por la ventana como ella subía al taxi y se alejaba nuevamente de mí.

¿Me sentía mal?

Mucho.

Sentía una pequeña presión en mi pecho, solo deseaba gritar y golpear algo, para así poder aliviar un poco el dolor que habitaba en mí. Fue una gran noche, la mejor en mucho tiempo.

Cogí mi teléfono y rápidamente busque su chat, estaba por escribirle un mensaje pero me detuve.

No fui yo quien salió corriendo en medio de la noche.

No fui yo la que arruino esto.

Si es que "esto" significaba algo, aunque ya me quedo muy claro que no.

Quiero a alguien que no siente lo mismo por mí, en estos momentos deseo reírme de mi desgracia.

Siempre he sido una persona pesimista, no lo niego. Incluso tampoco es que esperara mucho de la vida, pero como la mayoría de los humanos seguía viviendo sin problemas.

Cuando la conocí me sacó de quicio por completo, esa castaña posee todas las cosas que no me gustan de las personas; Comunicativa, expresiva, sonrisas por doquier, una lengua muy afilada cuando deseaba...

¿Eso acaso importaba?

En este mismo momento, no.

Ya era muy tarde, caí completamente por ella, esas cosas que yo odiaba de todo el mundo, en ella parecía tener todo el sentido.

Estaba enamorado.

Hasta la médula y eso apestaba.

Al principio de la noche no esperaba que todo terminara así, mi plan solo era que disfrutara de mi extraña compañía.

Supe por su madre que le gustaba mucho el teatro, al principio fue incómodo hablar con Jasmine y tener la mirada de tu abuela mientras le explicabas lo que deseabas hacer. Por un momento pensé que me iba colgar pero descubrí de qué parte de la familia saco Camila su lado amable.

Obtener entradas a la obra no fue difícil, como le comente fue cosa de suerte que el elenco decidiera comer en el restaurante y un poco de la metiche Margaret White, quien le conto mis planes a más de 10 personas. Deseaba que la tierra me tragara por ser el centro de atención, sin embargo me sentí más calmado cuando me dieron los boletos.

Comentarles a mis abuelos sobre mis planes de independizarme no fue algo sencillo y menos cuando la mujer que te vio crecer estaba en un mar de llanto. Ver a mi abuela de esa manera hizo que pensara seriamente si valía la pena irme de casa todavía, pero mi abuelo fue firme y dijo que ya era hora.

El pequeño Jacob Junior estaba en el suelo junto con mi ropa. Lo sujete y quise reír, era el peluche más horrible que alguien podía crear y aun así a Camila le gusto.

Y ahí estaba, el leve dolor en mi pecho haciendo su gran entrada.

Disfruto tanto de la obra, luego la feria, no le importo que nos miraran como si fuéramos unos alienígenas por estar tan bien vestidos, la caminata hacia mi auto cuando me pregunto sobre mis escazas sonrisas y por ultimo mostrarle lo que sería mi nuevo hogar.

No voy a mentir, que hayamos terminados sudados en mi cama no me disgusta, lo que más me molesta es que huyera como si se avergonzara de lo que paso.

A pesar del rechazo, jamás se me olvidaría esta velada. Tal vez era masoquista, sin embargo necesitaba seguir adelante no está bien aferrarse a algo que no se dio.

Un Inesperado Amor Libro 1.5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora