¿Mi Destino? ~×KenHina×~ [Completa]

Historia extra 1. Adiós.

×Hola, hola les habla ~×Easy×~ quiero agradecer a todos por ser parte de mi historia, pero en fin, solo les venía a comentar que estás son historias muy independientes de la historia original, espero que les gusten, sin más que decir nos leemos en otra ocasión.×
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Hace algún tiempo conocí a un chico por internet de nombre Hinata Shoyo, nuestro comienzo a hablar fue algo inusual, estaba navegando en internet como siempre acostumbro hacer y de repente solo me llegó un mensaje suyo con un 'Hola' y ahí fue donde todo comenzó, donde mi mundo poco a poco tuvo color y después se volvió oscuro, las pláticas con él eran entretenidas y muy interesantes que incluso no quería que se desconectara porque me era algo interesante, cosa que no me pasaba con otras personas, en ese entonces no nos conocíamos en persona, ya que vivíamos algo separados y al parecer aún desconfiamos del uno al otro así que nos conocimos por mensaje un poco más, hasta el día que él me pidio que nos viéramos, sin problemas acepté porque ya esperaba verlo tambien y ya éramos buenos amigos porque sabíamos todo del uno al otro, nada nos ocultamos o eso había pensado.

El día de encontrarnos llegó y estaba ansioso y asustado a la vez pero quería verlo, de verdad lo deseaba, habíamos quedado de vernos en un lugar que estuviera tanto cerca de donde vivíamos pero yo solía perderme asi que ese día le pedí ayuda a Kuro y el no muy convencido aceptó llevarme después de todo, cuando llegué no lo veía por ningún lado, no sabía como era solo que había dicho como iría vestido pero no lo encontraba y había pensado que me había dejado plantado y solo se burló de mi, hasta que cuando ya estaba a punto de irme apareció apresurado y agitado al mismo tiempo disculpándose porque se le había hecho tarde y nadie quería ayudarlo a llegar, ahí me di cuenta que teníamos en común más cosas de lo normal, eso me hacía sentirlo especial, todo el día que estuvimos juntos después de meses de mensajearnos se había sentido bien y lo habíamos pasado de maravilla, jamás lo olvidaría ya que cuando nos dimos cuenta era tarde pero nosotros aún queríamos hablar más, obvio lo dejamos para otra ocasión ya que después de eso nos seguiríamos viendo, y así paso, ya salíamos más y nos comunicabamos diario, más de la cuenta, ya eramos inseparables y todo marchaba bien, sin embargo algo comenzó a cambiar dentro de mi ya que a cada hora, minuto, segundo lo pensaba y deseaba verlo y platicar más, mucho más, también que cada que nos veíamos estaba ansioso más de la cuenta y mi corazón comenzaba a latir despavoridamente cuando me sonreía, sinceramente lo veía hermoso, como si fuera un girasol en su hermoso resplandor, ya no podía contenerme y mi respiración se agitaba cuando ya soñaba con él, no quería perder la razón de que era exactamente lo que tenía, así que lo investigue y ahí fue donde me di cuenta que estaba enamorado de Shoyo, estaba feliz y asustado a la vez ya que ni si quiera sabía que pensaba él de mi, eso me aterrorizó a tal punto de no contestarle porque no tenía idea de que era para él si un amigo nada más o en el fondo me quería más que eso, sin embargo percato que algo andaba mal pero es que no me atrevía a decirlo porque me daba terror saber que me rechazaría y todo lo que llevábamos conociéndonos se acabará y no quería eso, aunque por otra parte dolía cada vez más contener mis sentimientos y viendo como se divertía sin mí, fue entonces que me arme de valor y nos pedí vernos en donde siempre y decirlo porque ya no podía mantenerlo en secreto, cuando llegue el ya estaba, había llegado antes después de vernos tantas veces y ésa había sido la primera en ganarme, eso me puso nervioso y al querer arrepentirme me miró y sonrió fue entonces que con un:

—¡Shoyo me gustas! ¿Así que saldrías conmigo?

Se quedo serio y atónito, en ese momento pude sentir una punzada en el pecho y preparado para el rechazo, sin embargo no fue así, sus ojos cambiaron rápidamente a un brillo de emoción y a la vez con ganas de llorar para después agregar.

—Te tardaste mucho en pedirlo. —después de eso se abalanzó a mi y posó sus labios contra los míos y eso hizo que me diera cuenta que acababa de ser correspondido y era feliz...