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Arrastrado ya abajo

Hasta el espectáculo del diablo.

Ser su invitado por siempre

La paz mental es menos que nunca.

Odio torcer tu mente

Pero Dios no está de tu lado.

Avenged Sevenfold – Nightmare.


* * *

      Aurora frunció el entrecejo abriendo un poco más los ojos por la sorpresa que provocaba ver esa extraña imagen, dio un respingo, echándose hacia atrás rápidamente y consiguiendo incorporarse con dificultad sobre las rodillas, luego poniéndose de pie en medio de ligeros tambaleos, sin dejar de ver la horrorosa cara del monstruo delante de ella. Tenía la cabeza rapada, unas pupilas muy pequeñas dentro del iris azul, un azul muy claro rodeado por apenas un delgado aro negro, parecía ser más bien un demonio en cuerpo humano. Además era de gran tamaño, de dos metros de altura aproximadamente, semejante a un Goliat. Cualquiera diría que se trataba de un Cambion o Neftalix, pero eso era no más que personajes de la mitología cristiana. Aquella cosa no hacía algo distinto a observarla, daba la impresión que lo hacía desde muy arriba, su vestuario negro, sus robustos y tatuados brazos al descubierto le hicieron entender pronto que si no estaba muerta era porque al monstruo no se le antojaba llevarlo a cabo. Su instinto dio señales, así que de un momento a otro ya se había dado la vuelta sobre sus pies para huir de allí en la carrera más rápida de su vida, pero su idea no se materializó debido a que se percató rápidamente que muchas otras personas la estaban rodeando, eso la hizo detenerse en seco.

      Estos extraños seres estaban vestidos con largas túnicas negras y máscaras blancas que no dejaba ningún tipo de identificación visible. Eran objetos de plástico que daban la impresión de hacerles parecer a todos tener caras ovaladas y de entrecejo fruncido, cristales oscuros que no dejaban visible lo que había detrás, conformaban lo que eran el par de achinados ojos de cada uno. Más abajo la forma de una pequeña nariz, con dos pequeñísimos orificios como para permitir solo la entrada del oxígeno necesario y el resto sin alguna forma, sin boca. Aurora pasó la mirada por todos ellos, sin encontrar diferencia en alguno, todos eran increíblemente iguales, con la misma talla y estatura. Entonces, a mitad del pánico Aurora tomó valor para pronunciar algo.

-¿Qué quieren? ¿Para qué me tienen aquí? – Dijo con voz alta y temblorosa. Su corazón parecía querer estallar, dando sacudidas violentas tras sus costillas. – Que alguien me responda, ¿Qué quieren?

      Ninguno respondió algo al principio, parecía más bien que se burlaban en silencio, inmóviles. Uno de ellos entregó a quien parecía ser su líder el bolso de Aurora, éste lo tomó y comenzó a revisar introduciendo una mano de gran tamaño dentro del objeto.

-¡Está bien! ¡Ya es suficiente! – Exclamó – Sean claros de una vez, ¿Qué demonios se les antoja? No van a conseguir nada de valor, no tengo nada que pueda servirles.

      Volteó nuevamente hacia atrás, buscando una posible escapatoria, pero todos ellos estaban allí, con manos enguantadas y aquellas actitudes que la hacían sentir parte de un secuestro extraterrestre. El líder sacó del morral un grueso pero pequeño libro negro con letras doradas en la portada "Biblia", decía.

     Aquel robusto hombre bajó un poco la barbilla sin dejar de mirarla a los ojos y preguntarle en un gesto si reconocía aquello.

-¿Es tuyo? – habló al fin.

-Pues, sí. – Respondió Aurora con poca amabilidad – ¿Qué problema hay con eso?

-Eres tú, el problema ahora. – Respondió el líder con una potente voz grave e intimidante.

Te advierto no seguirme.Where stories live. Discover now