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Toma tus cruces,

Voy a vivir sin ellas,

De pie mojado en la lluvia bendita.

Cuando fuiste bautizado,

Ignorado el problema,

Fue entonces cuando vi que sellaste tu tumba.

Black Veil Brides – Coffin.


* * *

-La verdad es que no sé a qué te refieres. – Hizo saber la joven con aquellos ojos verdes llenos de temor pero luchando por aparentar coraje – Yo solo estoy buscando a mi novio. Creo que está perdido en el bosque, temo que lo haya atacado un animal. – Dijo mientras lo que sentía en realidad era miedo de no verlo jamás, de tener que aceptar que ya no estaría con ella. – Su nombre es Alexander, Alexander Springsten.

-Las personas como tú, dañan a los de mi clase. – Explicó aquel monstruo de hombre con indiferencia – Eres como la gota de aceite en un vaso de agua limpia. No mereces continuar con vida solo para predicar algo que no es cierto, para apoyar aquello que durante siglos nos sentenció a muerte por un motivo incierto. – Aurora no estaba entendiendo nada – Pero más que todo para acabar con aquello que puede ser útil, para contaminar una mentalidad recta.

-Sigo sin entender qué...

-Muerte. – La interrumpió uno de ellos con aquella voz grave aunque menos que la del líder del extraño escuadrón, como dando sentencia.

      Aurora se volteó rápidamente, haciendo que su cabello se alzara mientras estuvo en movimiento e intentando saber cuál de aquellas símiles figuras había pronunciado la palabra. Comenzaron a acercarse más a ella, rodeándola. La joven se volvió nuevamente sobre sus pies, mirando a todas partes, girando sobre su propio eje repetidas veces sin conseguir escapatoria posible mientras su corazón continuaba sacudiéndose como potro del diablo.

     Comenzaron a hacer gestos propios de aquellos que pretenden atemorizar una niña, movimientos bruscos hacia ella sin tocarla finalmente, el silencio intrigante y lleno de incertidumbre. Uno de ellos le arrancó de un tirón el crucifijo que mantenía colgado en una sutil cadena de oro, aquello fue inesperado y dolió un poco, cosa que provocó que el acto instintivo de Aurora fuera llevarse una mano al cuello.

     Después de unos cuantos minutos de intimidación, el robusto hombre de ojos horribles asintió en un gesto aprobatorio hacia la única persona que había permanecido inmóvil y en completo silencio a mano armada, a diferencia del resto, que habían tenido no más que sus enguantadas manos vacías.

     Todos se quedaron tranquilos, pero sin dejar de tener el rostro tras las máscaras en dirección a ella, como esperando alguna reacción de su parte. Aurora vio en dirección al que conservaba una AR–15 con el cañón afincado al suelo, sostenida con una mano, ese mismo que procedió a levantar la máscara que había tenido puesta, moviendo también el gorro de la túnica hacia atrás y dejando su rostro al descubierto.

Te advierto no seguirme.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora