Capítulo 10

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-Domingo, 4:30 PM-

Bajo del auto tan rápido como pudo y sin observar a nadie de los posibles presentes a su alrededor se adentro al edificio. Subió hasta el último piso y tocó la puerta que se encontraba al fondo, cuando su puño de rozo la madera la puerta se abrió lentamente, pues no se encontraba cerrada.

Entro sin preguntar, aquella habitación seguía igual, con la paredes de tono menta y los sillones del mismo color, los cuadros de los distintos paisajes situados en los mismos lugares y aquel florero -que siempre tenía margaritas- sobre la mesita de madera, nada había cambiado.

Se dejó caer sobre el sillón más grande soltando un bufido, pues a pesar de ser una habitación agradable, detestaba el olor a medicina que le caracterizaba. La sinfonía de Beethoven estaba como fondo en el gran cuarto y la chica no encontró con la mirada de donde provenía la música.

Y la puerta contraria por donde ella entró se abría quejandose en un rechinido que arruinaba la perfecta melodía. Dejándose ver al dueño del lugar con una sonrisa al ver a (T/n) ahí.

--Oh ___(T/n)-Chan~ pensé por un momento que no llegarías nunca --exclamo acercándose a donde estaba--. Llegas media hora tarde.

--Aki-San --dijo ella--. Tuve retraso por: Trabajo, droga, se me olvidó y tráfico ¿Esta bien? --enumeró con cada dedo--. Pero aquí me tienes lista para sufrir por tu tratamiento.

El chico río negando con la mano y después con un ademán le indicó que le siguiera, ella le hizo caso levantándose del sillón para ir tras de él.

--Yo nunca te e hecho sufrir ___(T/n)-Chan --comento--. Sólo que tu tolerancia al dolor es más pequeña de lo piensas.

--No, no, no --nego rotundamente--. Tus expectativas de tolerancia son demasiado altas, te recuerdo que antes siempre venía con algo roto ¿O es que acaso ya lo olvidaste?

--¡Oh claro que no! De hecho extraño aquella época que venías cada semana con una costilla o un brazo roto porque entrenabas con aquellos magnates de Rappa y Katsukame.

--Como te gusta el dolor ajeno... Doctor.

Aquel hombre de cabellera rojiza, utilizaba su kosei para entrenar y ayudar el cuerpo de ___(T/n) a poder soportar un ritmo de trabajo diario en la residencia, aquello junto con una dieta la mantenía con los buenos resultados hasta ahora obtenidos.

Sus vistas rutinarias era parte de su vida, y aquel hombre era indispensable para satisfacer las expectativas que se hacía ella así misma.

Llegaron a la habitación donde se haría el tratamiento, ___(T/n) se sentó en la silla que estaba en el centró y se relajó, sintió como las esposas unidas a esta sillas se acomodaban sobre sus muñecas y tobillos, dió otra bocanada de aire más y cerro los ojos.

--Bien, bien ___(T/n)-Chan... --cerro la puerta cuando entro, empezando a tararear aquella sinfonía--. Vamos a oírte gritar primor...

.....

--Y cuénteme Doctor --hablo la chica mientras acariciaba sus muñecas adoloridas--. ¿Como es que terminó aquí?

El chico volteo y luego siguió con lo que hacía dispuesto a ignorarla, pero sabía muy bien que no lo dejaría en paz.

--¿Porque la pregunta? Overhaul debería de haberte dado alguna información sobre mi, se muy bien que me investigó a fondo antes de contactar conmigo.

--Lo sé, lo leí --confesó--. Pero no es lo mismo leer un papel a oírlo de la boca de la persona.

Bufó, no era la primera vez que oía esas mismas palabras antes.

Red Thread (Chisaki Kai) ||BnHA|| [03]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora