Reconciliación

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No se me ocurrió nada más, así que ajá.



¿Qué había pasado?
Magnus Chase se encontraba....desolado. Había sentido desesperación, tristeza y miedo en menos de 5 minutos. Alex le había dicho que tenía miedo. Miedo de necesitarlo demasiado. Él nunca lo había visto de esa manera. Se habían dicho que se amaban, habían decidido fusionarse en uno solo, habían llegado a la cúspide de la confianza y ella huía.
Recostado en ese cama que era demasiado suave, en esa misma en la que teme haberla latimado.

Agobiado y deprimido decidió abordar la cuestión de la única manera que conocía. Ira.

Inhaló, intentando controlarse, parpadeó múltiples veces intentando recuperar el control. Sin embargo, no pudo, era como si hubiera sido poseído, si su vida fuera una caricatura serka descrito con ojos que explotaban en llamas y orejas humeantes.

Tomó la agarradera de el cajón y la jaló con toda su fuerza, sacando el contenedor de su espacio con un estruendo. Sus cosas volaron por toda la habitación. Atrapó su pendiente de runa que se transformó en espada. Jack empezaba a hablar en todo burlón al haber estado en el cajón toda la semana, pero fue clavado en el colchón.

Desgarrando el lugar donde todo sucedió le dió órdenes al extrañamente callado Jack que continuara por su cuenta. Magnus empezó a tomar todo lo frágil en la habitación y tirándolo al piso, el cual se llenó de vidrios. Magnus los pisó con toda sus fuerzas a pesar de estar descalzo. Gritos, llanto y sangre llenaban lentamente al habitación, era agonía pura, no pensaba, cualquiera se sorprendería al saber que alguna persona podría perder tanto la compostura. Golpea y golpea las paredes ya ni siquiera recordando por qué lo hace, en su interior hierve un odio puro, dirigido a nadie más que sí mismo. Sus nudillos sangran y sus pies también, tiene ganas de golpear su cabeza contra la pared hasta que muera, pero ve algo en el suelo.

Sus fotografías, en las que aparece el con su madre, en la que sonríe con Blitz y Hearth y todas las demás. Sus piernas dejan de sostenerlo y cae a sus rodillas lastimándose más y llora.

Llora como si nunca lo hubiera hecho antes, llora de una manera tan horrible que hasta un psicópata me tendría lástima, intenta hablar pero balbusea en el intento, se avergüenza de si mismo, de sus actos, de sus desiciones y de su existencia. Su respiración es pesada y olvida que no se encuentra sólo. Su espada se acerca a el silenciosa pero visiblemente. El chico la toma y se desmaya.

Si pensaron que dormiría sin sueños, creo que no pertenecen aquí. Algunas veces un don, otras una total pesadilla para los semidioses.

Una habitación oscura con bordes redondeados, olor tostado y paredes castañas. Una maraña de cabello negro fue lo primero que logró distinguir. Estaba atado a una silla, no era alta, sus puesta tocaban el suelo, sus brazos "descansaban" con cadenas en el lugar donde se las debe tener apoyadas, le tomó un tiempo escuchar la maniática risas que resonaba por las paredes.

-Así que sigues del mismo tamaño que te dejé.-Intentó sonar autoritario, pero su voz se quebró en medio de la oración, sus mejillas se sonrojaron y quiso nunca haber hablado.

Loki se giró y puso sus manos en el posa brazos, juntando su cara la de el hijo de Frey. Su atractiva cara con quemaduras ocupaba todo el plano de vista, sus dientes amarillentos y su aliento pútrido le daban náuseas, Sus ojos denotaban locura. Se reía y escupía saliva en la cara de Magnus, quién movía sus brazos en la silla tallada con fin de liberarse.

Sabía que no era real, aunque el miedo lo envolviera y abrazara.

Loki tomó una gran bocanada de aire y dejó de reír, pero con una mueca burlona en su cara dijo mientras daba media vuelta y se alejaba de él;
-Así que, las cosas no salieron...- volvió a estallar de risa, este tipo de pausas se harían comunes al contar un chiste, se sentía inapropiado ahora. -¿No salieron bien con mi querido hijito?- volvió a reír, esto resultaba tedioso. Se limpió las lágrimas de los ojos y continuó.

-Me sorprendes Magnus Chase, te crees tan noble, admirable y virtuoso. Lastimosamente, te ví tirando a mi niñito al piso después de rogarte varias veces de que lo soltalas.

Los recuerdos volvían a la cabeza del Beantown, cerraba sus con la esperanza de volver a su cama, con todo limpio, arropado y con sus heridas curadas. Los abrió y seguía ahí sentado, intentó inspeccionar las runas talladas para distraerse de las palabras del Jotun.

Quería llorar, eso es seguro. Llorar, gritar, volver a destruir cosas. Le daba vergüenza no saber controlar sus emociones. No las recordaba siendo tan fuertes nunca antes. Se había sentido deprimido casi toda su vida, pero nunca iracundo. Había ocultado sus emociones al fondo de su cerebro, olvidándolas, haciendo como si no existían. ¿Habrá sido está la famosa gota que colmó el vaso? No lo cree, la persona a quién ama no debe haberlo destrozado, haberlo hecho perder todo el control.

-No sabía que eras tan hipócrita, Chase. Nunca me has caído ni remotamente bien, pero estoy sorprendido ahora. No somos tan diferentes, después de todo. Eres un loco que se deja llevar por el odio. Incapaz de amar. Dispuesto a abandonar a quien más necesita tu compañía. Un desquiciado. Un desecho de la sociedad. Un-

-¡Detente!-Gritó, quiso decirle que no era así, que todo lo que comentaba eran mentiras. Hasta que descubrió que no las eran. Las lágrimas no tardaron en llegar a su cara.

Loki tenía una mirada maligna. Sabía que lo había destruido. Dio pasos cortos que resonaban dentro de la nuez, eran constantes y musicales. Un escenario terrorífico cuyo único elemento faltante era la música de órgano.

Pero todo acabó ahí. Sus ojos humedecidos se adaptaron al súbito brillo. Estaba en sí habitación, ordenada y como siempre.

Ir a disculparse era lo único que rondaba su mente.

Se dió una ducha, se miró las articulaciones, sorprendido una vez más de qué no tenga ni un rastro de locura o heridas.

Se vistió tocó la puerta. No hubo respuesta así que simplemente la abrió.

Alex estaba en su cama, parecía dormida. Sin embargo, él sabía que estaba "resucitando". La habitación estaba impecable.

Anduvo por los alrededores de la suite. Tocó con el dedo índice de la manera más suave posible las lisas cerámicas.

Finalmente, se sentó junto a la cama, en una silla. Vió a su pareja dormir de manera pacífica. Estaba boca arriba. Ella/él nunca dormía boca a arriba.

Magnus sabía a la perfección que dormía de lado con las dos manos bajo su cabeza, las piernas flexionadas y con los labios fruncidos.

Le tomó la mano, y Fierro abrió los ojos.

-Lo siento.

Dijeron ambos al mismo tiempo. Ella se paraba para abrazarlo, él la tomó dulcemente de los hombros y la acostó. Él se acostó junto a ella.

Y la peliverde lo besó.

Lo besó de una forma que hubieras pensado que eran un militar y su esposa después de la guerra, como dos amantes a distancia.

No hablaron, sólo se abrazaban con pasión, y enredaban sus cabellos y articulaciones. Sus cuerpos se juntaron y la fricción resultaba tediosa. Tomaban diminutos descansos para respirar de más de un segundo.

-Fuí una idiota por pensar que debía dejarte.

Dijo en uno de ellos antes de posicionarse encima de su novio. Sentada en su estómago bajo se inclinó para continuar con su diversión. El la tomó por la espalda y empezó con movimientos intensos que les hacían perderse en el otro.

Y tan rápido como se lo hubieran esperado, terminaron el trabajo de la noche anterior.


Debería escribir el lemon? Xdxdxd mi Vida es aburrida :v

Fierrochase fluff y one-shots (Español)Where stories live. Discover now