Capítulo 6, III Parte: Reencuentros

60 6 1
                                    

Una voz sonó detrás de mí y me paralicé al instante. Sentí como mi cuerpo se ponía rígido y cómo mi corazón comenzó a latir desbocadamente. Reconocía la voz. Pero nunca pensé que lo iba a encontrar acá. Ni siquiera se me había ocurrido la posibilidad. Me volví despacio para verlo de pie frente a mí. Su pelo castaño claro estaba perfectamente peinado como siempre y parecía haber crecido más desde la última vez que lo vi, aunque eso era prácticamente imposible, su crecimiento tuvo que haberse detenido ya hace algunos meses. Aunque bueno, ¿cuánto tiempo llevaba sin verlo de todos modos?


-Diego. —dije y mi voz se escuchó seca y pastosa.

-Claro, "nadie me va a reconocer" —susurró Josh por lo bajo, burlándose. Hasta ese momento había olvidado que estaba a mi lado.

-Sabía que eras tú —dijo Diego riendo y acercándose a mí- Parece que es imposible no distinguirte. —Josh rió con el comentario pero yo ni siquiera podía prestarle atención, solo trataba de controlarme, manejar mis emociones. Sin embargo Diego si se fijó en él.

-Diego... Él es Josh. Josh, él es Diego, el mejor amigo de... Stephen.


Josh me miró inmediatamente tratando de evaluarme por unos segundos al escuchar el perceptible dolor que denotaba mi voz. La mirada de Diego se oscureció también al escuchar el nombre de su amigo muerto. Josh reaccionó de inmediato y le tendió la mano.


-Mucho gusto —murmuraron ambos.

-Así que... -dijo Diego- no pensé verte por aquí. ¿Estás hace mucho?

-Llegué el jueves por la noche, hace poco en realidad y me voy mañana.

-Wow, demasiado poco... Tenía mucho tiempo sin verte, desde...

-Sí, lo sé. —dije cortándolo.- ¿Qué haces por acá de todas formas? Tú no votas aquí en el centro.

-Pero toda la gente está acá Elie... -dijo burlonamente con ese estúpido sobrenombre que me había puesto un día que salimos juntos con Stephen. Inmediatamente el recuerdo vino a mi memoria.


Estaba con Stephen en su casa junto con Diego y su nueva chica llamada Fabiana, una muchacha alta de piel clara y cabello negro. Estábamos terminando de alistar las cosas que nos llevaríamos para un picnic que íbamos a hacer en un campo cerca de allí.


-Amor, ¿dónde pusiste las fresas? —Me preguntó Stephen.

-Ya están en la canasta, ya está todo listo, ¿nos vamos amor?

-¿Puedo conducir yo? —preguntó Diego haciendo ojitos con esos ojos color miel que se tenía.

-Ni locos. —Respondimos Steph y yo al mismo tiempo a lo que reímos.

-Oh vamos... Seré un buen chofer. Sabes que si El, dile que si a Stephen... -yo lo miré con cara de "no me vas a convencer"- El... Elie...

-¿Elie? —Le dije yo. Era la primera vez que disminuía así mi nombre.

-Aww Elie, como una bebita —dijo Steph riendo.

-No me digan así. —Les dije fulminándolos.

Pero no hubo marcha atrás. Decidieron dejarme Elie. Y Diego no condujo tampoco. Subimos al auto de Steph los cuatro y nos dirigimos al precioso campo verde lleno de flores que había en una de las montañas cercanas. 

Recuerdo cada detalle de ese día. 

Cómo subimos el volumen de la música en el auto y cantamos con todas las ganas nuestras canciones favoritas. 

Cómo bromeamos mientras subíamos al lugar, retándonos a quién subía primero. 

Cómo hablamos de infinidad de cosas mientras compartíamos el picnic. 

Cómo el viento soplaba en mi cabello suavemente y el sol brillaba en mi rostro, haciéndome sentir viva. 

Pero no era el viento, ni el sol, ni el ambiente en general, era él. Él me hacía sentir viva. Su risa sonaba aún en mis recuerdos y podía sentir su tacto cuando recogía un mechón de mi cabello y lo colocaba detrás de mi oreja antes de besarme para que el viento no hiciera que éste se interpusiera entre nuestros labios.  Aún podía sentir el calor de su mirada en mis ojos y su abrazo protector alrededor de mi cuerpo, haciéndome sentir intocable.

Pensé por un momento que me iba a derrumbar cuando el recuerdo terminó y volví a la realidad, con Diego frente a mí, probablemente recordando ese mismo día.

-¿Aún estás con Fabiana? —Le pregunté de la nada. Pude leer en su mirada que entendía el porqué de la pregunta ya que ambos habíamos recordado el mismo día.

-Se puede decir... Es complicado.

-Siempre es complicado contigo Diego... -Le dije sonriendo. Él sonrió también.

-Me alegra haberte visto El... Deberías venir más seguido y avisarme, podemos hacer algo...

Yo sabía que eso nunca iba a ocurrir. No podía acercarme de nuevo a Diego porque simplemente me recordaba demasiado a Stephen. Y probablemente a él le sucediera lo mismo conmigo. Pero aun así asentí educadamente.

-Trataré. Es complicado, tengo una agenda que seguir y eso...

-Claro, olvidaba que eras una súper estrella —dijo Diego riendo.- Pero no olvides tus raíces ni quién eres. Y no juegues tanto de viva*.

-Yo no juego de viva Diego. —dije fulminándolo pero aún con una sonrisa.

-Sí lo haces. Espero que la próxima vez que te entrevisten o algo así me mandes un saludo al menos... Me voy El, quedé con Fabi de ir a comer...

Diego apretó la mano de Josh que se había quedado al margen durante la conversación y se despidieron educadamente. Luego se acercó a mi y me abrazó fuertemente. De alguna forma su abrazo me hizo sentir vacía, incompleta. Yo estaba así, vacía. Diego acercó su boca a mi oído y susurró suavemente aún sin soltarme:

-Vamos a hacer justicia Elie, ya lo vas a ver... Pero necesitas ser feliz. Él hubiera querido que lo fueras.


Diego terminó besando mi mejilla a modo de despedida y desapareciendo de nuevo entre la multitud de gente que había ahí. 


*Juega de viva. Término para designar a una persona creída o engreída. Puede ser usado a modo de broma.

Beautiful Chaos ♥ (Hotmántica)Where stories live. Discover now