━ eight: easter.

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•° CAPÍTULO OCHO. °•

•── PASCUA ──• 

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•── PASCUA ──• 


Había llegado el día que tanto esperaba la pequeña Lyanna. La Pascua había llegado. Se había levantado mucho más animada que el día de Navidad, había desayunado a la velocidad de la luz y había regresado a su habitación de inmediato para cambiarse del pijama a ropa de salir. Era un día especial, así que escogió uno de sus vestidos favoritos, el que era blanco y tenía decenas de flores de diferentes colores bordadas. Se puso unos zapatos a juego y un bonito sombrero para cubrirse del sol cuando estuviera recogiendo los huevos.

Fue cuando se estaba mirando en el espejo por tercera vez, comprobado que se veía bien, que el espíritu del invierno entró como de costumbre por la ventana. La observó durante unos segundos en silencio y con ambas cejas enarcadas, preguntándose porque la pelirroja estaba, por primera vez desde que la conocía, tan preocupada por su aspecto.

—Te ves bonita —comentó él con sencillez y los marrones ojos de ella no tardaron en mirarlo con emoción.

—¿¡De verdad!? —exclamó ella y cuando él asintió, sonrió completamente satisfecha.

—Estás muy emocionada hoy, ¿pasa algo? —preguntó extrañado por su actitud.

—¿¡Eh!? ¿¡No lo sabes!? —inquirió ahora ella atónita—. ¡Hoy es Pascua!

La expresión del albino no se demoró en consternarse al recordar al Conejo de Pascua, pero sobre todo al recordar el profundo amor que la contraria parecía procesarle. Chasqueó la lengua y después, infló los mofletes tras percatarse de que ella se había arreglado tanto ese día únicamente para causarle una buena impresión al conejo. ¡Nunca se había arreglado tanto para él y eso que decía que él era su favorito!

—¿Recogerás los huevos conmigo? —le preguntó Lyanna con inocencia, no dándose cuenta de los celos del espíritu.

—Hm, está bien —aceptó a regañadientes, pero sonrió al ver que ella lo hacía.

—Por cierto, Jack —comenzó a decir ella mientras recogía el pijama—, ¿ahora que es primavera que se supone que harás? Tú eres el espíritu del invierno, ¿no?

Jack alzó una ceja, sorprendido por la pregunta.

—Bueno, podría seguir haciendo nevar, pero no es mi estación.

—¡No puedes hacerlo! —exclamó alarmada—. El espíritu de la primavera podría enfadarse contigo.

—No hay espíritu de la primavera que yo sepa —respondió con vacilación. Nunca se lo había encontrado ni tampoco había escuchado de su existencia.

Believe ➳ Jack FrostWhere stories live. Discover now