━ nine: the moon chooses.

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•° CAPÍTULO NUEVE. °•

•── LA LUNA ELIGE ──• 

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•── LA LUNA ELIGE ──• 


La noche había caído y la Pascua había terminado. Lyanna se encontraba siendo arropada por su madre para irse a dormir y Jack estaba fuera esperando a que la madre se marcharse de la habitación para volver a entrar.

—Últimamente parece que estás más animada —comentó su madre mientras terminaba de arroparla.

—¡Es porque Jack siempre está a mi lado! —respondió la pequeña con una radiante sonrisa.

Su madre enarcó una ceja. No era la primera vez que escuchaba el nombre del amigo imaginario de su hija, pero seguía resultándole extraño y algo preocupante, sobretodo porque cada vez que la oía hablar del tal Jack parecía realmente feliz y sonreía de una forma que nunca antes había visto. Y debido a ello le preocupaba mucho que el día que descubriese que no era más que un producto de su imaginación se deprimiese y perdiese su sonrisa. Muchas veces había pensado en decirle la verdad para que no se encariñase aún más con "Jack", pero cada vez que se disponía hacerlo, su marido la detenía, diciéndole que la portentosa imaginación que la pequeña tenía y su cariño por Jack era lo que le daban fuerzas para luchar contra su enfermedad.

—Ya veo, me alegra que tengas tan buen amigo —indicó su madre, resignándose una vez más a no decirle nada.

—¡Sí, Jack es el mejor! —exclamó Lyanna.

—¿Mejor que mamá y papá?

—¡Sí! —Y ahí estaba de nuevo, haciendo gala la genuina inocencia y sinceridad de la pelirroja.

La expresión de su madre se tornó en sorpresa, pues no esperaba perder ante un ser imaginario. Mientras tanto, ese ser que no era para nada imaginario y estaba escuchando desde fuera, no pudo evitar sonreír de oreja a oreja, sintiendo otra vez como las palabras de Lyanna calaban hasta lo más profundo de su corazón y lo llenaban de calidez.

Tras depositar un beso en la frente de su hija, la señora Madden abandonó la habitación. Lyanna no tardó en desarroparse mientras se sentaba en la cama a la misma vez que Jack entraba por la ventana, los dos intercambiaron una sonrisa.

—¿Me vas a contar ahora la historia de cómo te convertiste en el espíritu del invierno? —inquirió la pelirroja. Sus ojos desbordaban emoción y curiosidad.

—Sí, vamos —respondió el albino y tendió una mano hacia ella lo que hizo que Lyanna se extrañase.

—¿No lo vas a hacer aquí? —cuestionó con una ceja alzada, Jack se limitó a negar.

Sin insistir más, Lyanna se levantó de la cama, tomó la mano de Jack y este la elevó y cargó en sus brazos.

—Sujétate fuerte —advirtió él antes de salir por la ventana.

Como era de esperarse, a ella se le escapó un grito ahogado al darse cuenta de que estaban suspendidos en el aire. ¡Estaban volando! Había visto muchas veces a Jack hacerlo, pero era la primera vez que la llevaba con él, así que no cabía en su gozo de la emoción.

—¡Es increíble! —exclamó Lyanna.

El espíritu sonrió y voló despacio hasta el tejado de la casa para que ella disfrutase de la sensación. Una vez allí, descendió y se sentó sobre las tejas, teniendo mucho cuidado de no soltar a la pelirroja. La ayudó a sentarse también, entre sus piernas, pero aun cuando vio que estaba segura, no la soltó, mantuvo sus brazos alrededor de ella por precaución.

—La vista es hermosa desde aquí —musitó la pelirroja anonada por el bello paisaje que se extendía ante ella.

—Hay lugares desde donde hay mejores vistas, algún día te llevaré —indicó el albino y ella asintió encantada con la idea.

Hubo unos largos minutos de silencio en los que Lyanna esperó a que Jack comenzase su historia, parecía que él estaba ordenando sus pensamientos.

—La verdad... —comenzó a decir entonces mientras sus ojos se centraban en la hermosa luna llena que adornaba el cielo nocturno— es que no recuerdo mucho lo que sucedió —confesó—. Fue en una noche donde la luna parecía estar llamándome que desperté siendo el espíritu del invierno, pero no puedo recordar quien era antes y porque estaba en aquel lago congelado...

Lyanna echó la cabeza hacia atrás y gracias a los rayos de luz de la luna, fue capaz de percibir la tristeza en los azulados ojos del contrario.

—La luna nos elige, ¿sabes? —continuó dejando confundida a la pelirroja—. Ella me eligió, me puso aquí, pero no importa cuántas veces le haya preguntado porque lo hizo o cual es mi propósito, nunca me responde. —La tristeza que reflejaban sus ojos se volvió resentimiento mientras miraba a la mencionada luna.

—¿La luna puede hablar? —Interrumpió Lyanna notablemente sorprendida y el primer pensamiento que rondó su mente cuando Jack asintió, fue que aquello le parecía increíble, pero no lo dejó salir de sus labios—. ¿Pero no te responde? —El albino volvió a asentir con desgana—. Mi papá dice que cuando alguien te habla es de mala educación no responder... ¡Grosera! —exclamó a la vez que señalaba a la luna con un dedo acusador.

Aquella acción de la pequeña provocó que la risa escapase de los labios del espíritu. Le encantaba lo honesta e inocente que era.

Posó una de sus manos sobre la cabeza ajena y revolvió aquellos rojizos cabellos con cariño antes de volver a ponerse serio —algo extraño viniendo de él—.

—Quizá el motivo por el cual no me responde es porque cometió un error al elegirme. —Su voz sonó apagada mientras lo decía.

—¿Un error? ¡Es imposible que Jack sea un error! —Aseguró Lyanna rápidamente—. El hecho de que te convirtieses en el espíritu del invierno fue lo que hizo que nos conociésemos... ¡y eso no puede ser un error! Porque... porque el conocerte y estar contigo es lo mejor que me ha pasado en mi vida. C-Cada día desde que te conocí es muy divertido y soy muy feliz. —Cerca del final su lengua comenzó a trabarse y tartamudeó un par de veces debido a la alterada que estaba porque él hubiera sugerido semejante cosa—. No puede ser un error que alguien tan increíble como tú, que puede alegrar tanto la vida de otra persona, sea elegido... —añadió cuando se hubo tranquilizado un poco y con un tono más bajo.

Jack fue incapaz de decir nada, pues le había dejado sin palabras con su declaración. Simplemente, la estrechó un poco más entre sus brazos y apoyó la cabeza en la de ella, ocultando tanto una traviesa lágrima que se le escapó como una pequeña sonrisa que se le dibujó entre sus rojos cabellos. Lyanna no sabía que él se sentía exactamente de la misma forma con respecto ella y cada día que pasaban juntos era un tesoro para él.

Quizás el motivo o parte del motivo por el cual la luna lo había escogido era para que pudiera conocerla a ella. Si era así, pensaba que no estaría nada mal.


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Volví, perdón por tardar tanto en actualizar. Pero para compensar tengo ya escritos los dos capítulos siguientes, los cuales finalizan este primer acto. ewe Seguramente, mañana suba el siguiente y el sábado el otro, así que tendréis tres capítulos seguidos para disfrutar.

Espero que este os haya gustado y que estéis pasando bien la cuarentena por el coronavirus. ♥

Marie Weasley.

Believe ➳ Jack FrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora