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Al regresar del trabajo, Mei, ya bastante cansada, decidió tomar un baño.

Habían pasado ya 2 días desde los sucesos con Udagawa, al parecer está situación estaba un tanto en calma, más sin embargo, no estaba del todo resuelta.

A Yuzu aún le quedaban algunos "recuerdos" de ese día, Eri había cuidado bien de ella en ese tiempo.

Mientras tanto en una celda con la respiración agitada, una sonrisa cínica y a otro hombre bien al terno, Udagawa, le había pagado un soborno a Amemiya para secuestrar a Yuzu, por extrañas circunstancias de la vida, estos dos personajes se conocieron en un bar cerca a la academia, ambos embriagados hablaron de sus diferentes situaciones amorosas. Amemiya estaba del lado de Udagawa, al enterarse Amemiya de que Udagawa estaba en la cárcel, no dudo en visitarlo, a esto, Udagawa le dijo que para que no levanten sospechas, mejor se comunicaran por teléfono, Udagawa ideo un plan, según el perfecto.

Eran las 4 pm, un viento suave movía lentamente la cabellera larga de una persona, reflejaba una actitud neutra, era como si, estuviera decidida. Mei entro del balcón por el frío, no estaba tan acostumbrada que digamos, tomo un folder que estaba encima de su cama y lo reviso, sentandose en una mesa. De pronto suena la puerta, Eri entra, saluda a Mei, la cual le devuelve el saludo, un silencio se genera, Eri aún cerca a la puerta, le dice a Mei.

Eri: Disculpa, creo que necesitamos hablar, se que estás trabajando, pero, esto...

Mei: No digas más, ¿Es acerca de Yuzu, verdad?

Eri: Claro, no te quisiera interrumpir con asuntos triviales si el trabajo es más importante, por eso, Yuzu es nuestra única similitud.

Mei: Por favor espérame, traeré mi casaca.

Eri: Claro.

Ambas salieron.

Eri: Gracias por aceptar mi invitación.

Mei: Claro.

Eri: Iré al punto, cuando Yuzu y yo estuvimos aquí hace tanto tiempo, se que ella tuvo algo contigo, y que tú no fuiste tan "atenta" que digamos, bien, pues ambas hicimos promesas, ella prometió protegerme, por algunos asuntos familiares que le confesé, y yo le prometí, que nunca más te vería con otros ojos, más que con los de una hermana, y fue muy difícil, fue como intentar detener una estampida parándose en frente, al pasar los años, acepte cuando Yuzu me ofreció salir, y yo sé que realmente, no era así, por lo que no fui capaz de decirle, o acepte, porque en Oklahoma, estaba sola, si mi promesa en un principio fue ayudarla a qué se olvide de ti, al estar allá solo me di cuenta que era imposible, y que, aunque no creo en leyendas, puedo estar segura que ustedes están hachas para estar juntas, así que, no me  voy a interponer, solo, por favor, no vuelvas a repetirlo que hiciste, cuidala, ella te elije a ti.

Mei: Eri... Yo... Gracias...

Lo último lo dijo al borde de las lágrimas, cabizbaja y con la voz quebrada...

Ambas se abrazaron, Eri le sonrió a Mei, está última no paraba de agradecerle a Eri el hecho de ayudarla de tal forma. ¿Pero no creen que es demasiado bueno para ser verdad? Pues si, minutos después, Eri recibió una llamada, era Amemiya, Eri no lo conocía, pero cuando pronunció la palabra Yuzu, Eri colocó el altavoz a la  llamada, Mei la miraba confundida, al Eri poner el altavoz, se escuchaba algo, fue simplemente desgarrador para ambas.

Amemiya: Por favor señorita, le voy a pedir que no se asuste, aquí solo estoy buscando algo, dinero, es mi trabajo señorita, así que si usted coopera lo más probable es que nos llevemos bien.

Eri: ¿Quien eres?

Amemiya: Vaya, de pocas palabras, me agrada, quien yo sea no lo sabrás aunque quieras, solo necesito que cooperes.

Eri: Bien, que necesitas que haga.

Amemiya: Fácil, encárgate de que Aihara Yuzu, se aleje de Aihara Mei.

Mei: ¡¿Que?! Qui-quien es este sujeto... Porque... Yuzu...

Eri: ¿Solo eso? Pensé que pedirias dinero, escucha, todo lo que hagas será inútil, pero, lo intentaré, solo no le hagas nada, por ahora pensaré en creerte, necesito hablar con Yuzu.

Amemiya: Eso me parece justo señorita, aquí le pasó con ella...

Yuzu estaba vendada de los ojos, encadenada de manos y pies, a una silla, su cabello estaba suelto, su cara sucia, y su respiración era agitada.

Eri: ¿Yuzu?

Yuzu: ¿E-Eri?

Eri: Si, la misma, ¿Yuzu, estás bien?

Yuzu: Que buena pregunta.

Eri: Perdón, pero me refiero a que si tu secuestrador no te ha hecho algún daño físico o emocional que te afecte de sobremanera.

Yuzu: No, supongo que hace lo mínimo que todo secuestrador hace, no te preocupes.

Eri: Lo Siento Yuzu, pero lo mínimo que puedo hacer es preocuparme, voy a negociar para sacarte de esto. Por favor, espera...

Yuzu: Claro... Gracias...

Eri: Yuzu, te noto algo... ¿Seria? Yuzu dime la verdad, no podré negociar de forma justa.

Yuzu: Yo soy... Un...

Eri: No Yuzu no eres un negocio, pero para esta gente así funcionan las cosas, y no me queda más remedio que seguir su sistema.

Yuzu: Lo Siento, fui cobarde, pero no seguiré así... (Dijo pensando en Mei y en Eri).

Eri: Gracias a Dios, bien...

Amemiya le quitó el celular del oído de Yuzu.

Amemiya: ¿Contenta?

Eri: No, satisfecha, bien, cuáles son tus condiciones.

Amemiya: Cásate con Yuzu...

Mei estaba atónita.

Eri: ¡¿Que?! Cómo voy a hacer eso, no es posible en esta situación, te propongo algo.

Amemiya: Aquí yo propongo todo.

Eri: Te quedarás con las manos vacías.

Amemiya algo enojado dice.

Amemiya: Bien, que es.

Eri: Puedo encargarme de separar a Mei y Yuzu, ya sé cómo lo haré.

Amemiya: ¿Cómo?

Eri: Si la sueltas, volveré a Oklahoma con Yuzu y convenceré a Mei de volver con Udagawa. ¿Te parece?

Amemiya: Necesito garantías.

Eri: Yo soy la garantía...

𝑹𝒆𝒄𝒖𝒑𝒆𝒓𝒂𝒓𝒕𝒆 (𝑪𝒊𝒕𝒓𝒖𝒔)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora