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3 meses han pasado, y Mei, ha sentido que han pasado otra vez los 3 años de la partida de Yuzu, puesto que la misma, se encuentra en un estado en el que, la movilidad, es lo que falta.

3 meses, Udagawa cumple una sentencia de 24 años por intento de asesinato. Aparte que su abogado logró reducir la condena.

Eri regreso a Oklahoma por asuntos de urgencia, la mano derecha de Yuzu, si, Eri, también se encarga momentáneamente a lo que puede de su tienda. Hoy, Mei le está leyendo El Cantar de Mio Cid a Yuzu. Una obra clásica que relata  azañas heroicas inspiradas en la vida del caballero Rodrigo Díaz.

Mei en este tiempo, acostumbra a agarrarle la mano a Yuzu, es para no sentirse sola, o al menos, recordar que sigue ahí, con ella, que no está en otro país...

En cierto momento, el latir de la rubia, se hace más fuerte, comienza a mover su mano de forma ligera, algo que la pelinegra nota de inmediato.

Mei: ¿Yu-Yuzu?

Poco a poco, Yuzu parpadea, había despertado, inevitablemente Mei deja escapar sus lágrimas, mientras Yuzu se sentaba en la cama de forma lenta y con mucho esfuerzo.

Mei: No te esfuerces, voy, voy a llamar al doc,

Yuzu: No, que-quedate aquí...

Mei: Pe-pero.

Yuzu: Mei...

Mei: ...

Mei: Yuzu, Yuzu, ¡Yuzu! ¡YUZU! No sabes, no sabes la falta que me has hecho...

Yuzu: Mei...

Ume y Sho entraron asustados por los gritos de Mei, al ver la escena, Ume lloró un poco, Sho abrazaba a Ume y Yuzu estaba pegada a Mei quien lloraba besando la frente de la rubia.

A esto, ahora, yendo un poco al futuro, después de estos acontecimientos, Yuzu está preparada, ¿Para que? Para su boda claro, está en altar muy nerviosa junto a Mei quien de forma un poco seria como su personalidad, escucha la ceremonia de inicio.

Han pasado dos horas, nuestras protagonistas están felizmente casadas.

Yuzu: Mei.

Mei: ¿Si, Yuzu?

Yuzu: Gracias...

Mei estaba confusa, es más, era ella debía agradecerle el hecho de haber podido volver con ella y perdonarla.

Fue en definitiva, el día más cansado que hayan podido tener, para ambas.

Yuzu estaba cambiándose, acababa de bañarse, mientras, en la habitación, Mei, pues... Mei se había puesto el traje que había comprado cuando fueron al centro comercial.

Al salir Yuzu, se sonrojó de inmediato, Mei estaba leyendo un libro en un pose un tanto... Provocativa.

Mei miro de reojo a Yuzu, sonrió de forma sensual, Yuzu entendió de inmediato, dejo su toalla de lado, se acercó a Mei, y...







































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¡Gracias por haber leído este fanfic de Citrus!
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Yuzu comenzó a besar a Mei, la cual dejo su libro a un lado, los besos se comenzaron a tornar intensos, Mei colocó sus manos en el cuello de Yuzu, la cual estaba acariciando sus muslos con la yema de los dedos, de pronto, Yuzu comienza a besar el cuello de Mei, dejando besos húmedos al rededor de este, Mei tiene la respiración agitada, Yuzu aprieta un poco el muslo de Mei, está gime levemente ante tal atención.

Mei empieza a quitarle el polo que llevaba a Yuzu, está levanta los brazos para hacer más fácil el proceso.

Yuzu comenzó a quitarle la primera pieza del traje, y ya al finalizar, apretó un poco sus pechos, Mei no paraba de gemir el nombre de Yuzu.

Mei: Ah, Ah, Yu-Yuzu...

Yuzu comenzó a succionar el pezón de Mei, lo lamía en círculos, al terminar, esté generaba un sonido, un ¡Plop!

Mei se sacó la segunda pieza, con un poco de rapidez.

Yuzu: ¿Estás desesperada?

Mei: ...

Yuzu: Bien, te daré lo que deseas.

Así, Yuzu abrió las piernas de Mei con cuidado, bajó la cabeza, y comenzó poco a poco a acercarse a la zona privada de Mei, besaba sus piernas poco a poco, hasta que llegó, y comenzó a insertar su lengua, Mei gimió con un tono algo subido por la sensación.

Mei: ¡Ah! ¡Yuzu!

Yuzu lamía y jugaba con el clítoris de Mei, la cual solo agarraba las sábanas con fuerza. Conteniendo se.

Yuzu saco su lengua, beso por última vez a Mei, está volvió a colocar sus brazos detrás del cuello de Yuzu.

Yuzu: ¿Estás segura?

Mei: Te encanta preguntar estas cosas a última hora. Yuzu, contigo, estoy más que segura.

Yuzu: Mei... Avísame si duele.

Yuzu comenzó a insertar un dedo, poco a poco, Mei gimió a causa del dolor, era su primera vez.

Yuzu sintió un líquido correr por su mano, era... ¿Sangre? Yuzu se asustó eh intentó retirar su mano. Mei agarró de la muñeca a Yuzu impidiendo que está misma retire su mano.

Mei: Yuzu, no la saques por favor.

Yuzu: Pero te lastime Mei, yo

Mei: Es normal Yuzu, es porque es mi primera vez, y es contigo...

Yuzu: Mei...

Yuzu siguió, se quedó quieta un momento, hasta que Mei comenzó a moverse con ligereza.

Yuzu volvió a besar a Mei, poco a poco, el dolor fue reemplazado por placer, la embestidas de Yuzu continuaron, la misma añadió un poco de velocidad a sus movimientos.

Mei estaba llegando al clímax, su primer orgasmo, sin previo aviso, Yuzu inserto un segundo dedo, Mei gimió fuerte.

Mei: ¡Ah! ¡Yuzu, YUZU!

Mei se corrió, Yuzu retiro sus dedos, y limpió lo que Mei había hecho, la besó, para hacerle probar un poco de sus fluidos. Después de esto se miraron.

Quedaron quietas, ambas tenían la respiración algo agitada, hasta que.

Mei: Yuzu, te amo.

Yuzu: También te amo, Mei.

Está vez se dieron un beso tierno, uno que demostraba ese amor incondicional que se tenían, cayeron dormidas, tomadas de la mano, está historia realmente demuestra el amor por el que tuvieron que luchar...












Gracias...

𝑹𝒆𝒄𝒖𝒑𝒆𝒓𝒂𝒓𝒕𝒆 (𝑪𝒊𝒕𝒓𝒖𝒔)Where stories live. Discover now