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👀 Historia de Jaebi y su ukelele

Una niña de once años se sentó en el banco frente a la chica que tocaba música en la calle. Hace un par de horas, su madre la había dicho que no podían inscribirla a clases de flauta, algo que ella deseaba desde que en la banda del colegio vio el instrumento, y había sido un choque para ella, ya que estaba ilusionada haciendo planes de las canciones que aprendería a tocar, la mayoría de sus grupos favoritos.

Entonces, cuando estaba en su mayor etapa de frustración, apareció ella. La conocía, era Olive Harper, la niña insoportable de la clase B, a la que nadie soportaba sólo porque siempre andaba presumiendo de que sus papis ricos la consentían en todo, y por eso sabía tocar instrumentos. Deseaba ser ella, tener padres con dinero para poder tocar música.

Olive Harper solo cometió el error de caerle mal a la gente, y estar con un Ukelele en la calle dando un pequeño espectáculo callejero, pero con un segurata de su familia tras ella, y el chófer a un par de calles pasando calor en el coche solo porque la niñita quería presumir de que sabía tocar la pequeña guitarrita.

En ese momento, Jaebi no pensó con claridad, recordando también las veces en las que Olive se había referido a ella de manera despectiva llamándola chinita y pobretona, y, en cuanto ella se despistó, se puso la capucha de su sudadera, y pasó corriendo a su lado llevándose el ukelele a su paso. No lo notó hasta un minuto más tarde, minuto donde Jaebi ya había pasado todo tipo de calles corriendo como si volara.

Miró el ukelele en sus maños, y sonrió. No era lo mejor, pero al menos podría hacer música.

- ¿En serio, Bibi?- toda la sala estalló en carcajadas, incluida ella.- Eras una niña bastante traviesa.

- Que puedo decir - se encogió de hombros.- No razonaba demasiado, y de verdad esa chica me caía muy mal.

- ¿Y del ukelele que ha sido?- preguntó Vernon, masticando unas patatas fritas.

Cada uno tirado por un lado de la sala, sobre mantas y cojines esparcidos sobre el suelo, miraron a Jaebi.

- Oh, ¿no le habéis visto? Está debajo de mi cama, en la funda negra.

- ¿También la robaste? - preguntó Seungkwan divertido.

Todos volvieron a reír, pero entre las risas, se escuchó a Jaebi hablar de nuevo.

- Ciertamente, sí.

«JEBI; SE Seventeen» #1 [1/2]Where stories live. Discover now