«JEBI; SE Seventeen» #1 [1/2]

if you...

👀 Para tu cumpleaños, fingieron no acordarse para darte una sorpresa

Jaebi despertó con más sueño aún si era posible, aunque se despertó de golpe al pillar a Jun mirándola fijamente desde la litera de arriba. Joder, ¿qué le pasaba?

- Raritos - murmuró, sacando su móvil de debajo de la almohada. Sonrió cuando vio la fecha. Su cumpleaños, seguramente el extraño de Jun estaría calculando cuando me despierto para que entren con la tarta como todos los años.

Esperó, pero la puerta se abrió solo para que Jun saliera en silencio. Rodó los ojos, había los opciones obvias, una de ellas que la sorpresa estuviera en la cocina, o que fueran a fingir que no se acordaban para hacerla la sorpresa. No era tonta, a todo el mundo le hacían eso.

Se desperezó con un bostezo, y entró directa al baño para darse una ducha y hacer sus necesidades humanas básicas.

Iba a ser un día curioso, desde luego. Eran tan torpes que seguramente la cagaran. Tal vez se acercaría más a Mingyu para que te terminara diciendo todo.

- ¡Buenos días, imbéciles poco disimulados!

Joshua se atragantó con lo que fuera que estuviera bebiendo, y Vernon se tapó la cara con las manos. Ajeno a lo que hubiera dicho, Dino sonrió por el acento, aún más marcado por las mañanas.

- Buenos días noona.

Vernon comenzó a combulsionar en una risa silenciosa, y Wonwoo daba palmadas en la espalda de Joshua para evitar que muriera atragantado. Jaebi se sentó entre Seokmin y Coups, con una sonrisa hacia Jisoo. Le encantaba hacer este tipo de cosas.

- ¿Pasa algo, chicos?

- No, ¿debería? -respondió de inmediato Mingyu, sonriendo exageradamente.- Hoy tenemos mucho trabajo en la agencia, nos vamos ya.

Todos se levantaron de golpe, dejando a Jaebi pasmada. ¿Ni si quiera iba a poder desayunar? Sin desayuno, sus horas de prácticas serían un infierno, su tensión caería en picado y se desmayaria. Imbéciles raros.

- ¡Vamos o te dejamos aquí, Lee Jaebi!

- ¡Ya voy, Coups!

Dejó con tristeza su desayuno, y salió corriendo, poniéndose las zapatillas de deporte por el camino.

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El ánimo de Jaebi cayó. Se creía que era una de esas bromas donde fingían no acordarse del cumpleaños de sus compañeros para luego sorprenderlos cantando y sonriendo, pero ya eran las once, y ni si quiera había recibido una sonrisa. Estaba agotada de las prácticas y hambrienta, aunque tuvo suerte de que Jeonghan hubiera cogido para ella una manzana antes de salir de casa, ese había sido su único alimento en el día, más por lo ocupada que había estado y la maldita dieta que la impedía ir a la máquina expendedora del pasillo del segundo piso y comprarse unos buenos bollitos de chocolate.

Tenía hambre, estaba cansada, la dolía todo el cuerpo, y su teléfono estaba sin batería, lo que significaba que, aunque supiera que Carat estaba felicitandola con cariño, ella no lo podría ver hasta el día siguiente, cuando la batería estuviera llena de nuevo. Era el peor cumpleaños de su vida, aunque tuvo de bueno que pudo hablar un par de minutos con sus padres y hermano.

Quería llorar, encerrarse en un sitio sola y llorar. No pedía que la hicieran una gran fiesta o la dieran el mejor pastel de cumpleaños, solo quería que alguno de ellos la hubiera abrazado y deseado un lindo día.

Se miró en el espejo del baño, y suspiró. Sin maquillaje, se veía tan agotada que quería llorar el doble.

- ¡FELICIDADES, BIBI!

Al salir del baño, todos los chicos gritaron al mismo tiempo, lanzando serpentinas y agitando unas varitas luminosas.

- Os quiero matar.

- ¡No, no llores!

- Que te den, Boo, déjame llorar - dijo, enganchando del brazo a Vernon y abrazándole.- Menudo día de mierda.

- Ahora me da penita, chicos - escuchó a Hoshi.

Río.