~ØMĖ~

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A la mañana siguiente del evento del amuleto (Y sí, me pasé toda la tarde del día del mercado comiéndome la cabeza con las palabras de la anciana), empezaba por fin la actividad de mi beca

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A la mañana siguiente del evento del amuleto (Y sí, me pasé toda la tarde del día del mercado comiéndome la cabeza con las palabras de la anciana), empezaba por fin la actividad de mi beca.

¡Estoy súper emocionada! Voy a pasarme un año entero estudiando las pirámides aztecas con el profesor Guzmán y su equipo. Estoy deseando llegar y descubrir todos los secretos que esconden las paredes de las impresionantes edificaciones.

Me levanto más temprano de lo normal para poder vestirme correctamente para la expedición: Lo hago con una camiseta de manga corta (Porque sinceramente me estoy muriendo de calor) y con unos pantalones estilo explorador. Además de mi "perfecto" outfit, al final (aunque con muchas dudas) decido ponerme el amuleto en el cuello.

Además, preparo una mochila en la que me llevo una botella de agua, crema solar, mi móvil y unos cascos; y un sombrero gigante de color beis.

La pasada noche ha sido muy extraña y cargada de dudas. Sólo basta decir que yo no soy una persona de tener sueños frecuentes cuando duermo y me pasé la noche entera teniendo sueños raros: El más recurrente fue del vuelo de un ave majestuosa, otro que predominó mucho fue el de unos ojos felinos que clavaban su mirada en la mía; otra de la sensación de estar en un barco; y otra, extraña para el contexto de mis sueños, fue sobre el movimiento que ejercen las manecillas de un reloj.

Estoy confundida.

Muy confundida.

Muy, muy confundida...

—¿Estás lista ya? —me pregunta Laura cuando salgo del baño de su habitación. Ella, aunque ya hubiera aprovechado su beca, está trabajando también en el proyecto de arqueología referente al Imperio Azteca.

—Yep. Acabo de terminar, Lau —digo al mismo tiempo que meto el colgante debajo de la camiseta para esconderlo, oyendo el tintineo de éste cuando realizo la acción.

—¡Pues vamos, que la furgoneta no nos va a esperar toda la vida!

Antes de salir ambas de la enorme casa, Karen nos para a las dos y nos da unos sándwiches para la hora de comer y le agradecemos. Lo tengo que decir, esta mujer tiene el cielo ganado.

En la puerta de la casa se encuentra una enorme furgoneta de color blanco y en la que el asiento de conductor está ocupado por el padre de Laura.

—¡Vamos, chicas! —dice mientras hace sonar la bocina del vehículo.

Laura y yo abrimos la puerta de la furgoneta y nos sentamos en los inmensos asientos traseros de ésta.

—Vale, chicas. Este año vamos a empezar por la joya de la corona: ¡Nos vamos al Templo Mayor de Tecnochtilan! —dice el profesor Guzmán con una gran sonrisa.

Las dos nos reímos genuinamente al oír esa noticia. Y es que... ¡Vamos a empezar por donde me hacía más ilusión de investigar!

Después de ese breve rato de alegría, enciendo mi móvil y mi amiga y yo compartimos los auriculares para escuchar música mientras me coloco en una posición cómoda para poder ver el paisaje a través de la ventana.

Atrapada en... ¿El Imperio azteca?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora