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Cuando Hyungwon abrió los ojos, todo estaba muy oscuro.

Primero dudó que estuviese vivo, pero después de parpadear un par de veces empezó a acostumbrarse a la oscuridad y pudo percibir que estaba en una habitación desconocida. Se llevó la mano al cuello dolorido, y sintió el tacto de algo que parecía ser una tirita.

Se pasó los dedos suavemente por el lugar y se dio cuenta de que tenía vendas envolviéndole el cuello, como si fuese un collarín.

El menor gimió de dolor cuando hizo un gran esfuerzo para sentarse en la cama blanda en la que había estado acostado. Seguía parpadeando a menudo, tratando de identificar dónde se encontraba. ¿Era la casa de algún conocido? ¿Era un hospital?

-Buenos días -una voz sonó a poca distancia de él, y sus ojos se abrieron mucho para mirar a la figura desconocida, que casi se fusionaba con la oscuridad debido a las sombras que llenaban todo el espacio-. Puedes encender la lamparita, si quieres.

Hyungwon entrecerró los ojos, tratando de identificar dónde estaba la lámpara, y cuando la encontró sobre una mesita junto a la cama, la encendió. La luz quemó sus ojos y soltó un quejido antes de desviar la mirada.

Ahora ya podía reconocer que efectivamente estaba en un cuarto. La ventana permanecía sellada con telas oscuras, y en el suelo había algunas marcas que parecían de sangre seca.

- Tú eres el tipo de antes... -dijo Hyungwon en voz baja cuando se dio cuenta de que el mismo chico que lo había atacado previamente estaba sentado frente a la cama, mirándolo con una sonrisa.

Ya no llevaba puesto el abrigo, sino una camiseta blanca que dejaba ver sus fuertes brazos. Hyungwon percibió algo que debían de ser tatuajes en ambas muñecas del hombre.

Parecían cadenas.

- Sí, soy yo -dijo Wonho pausadamente, como si estuviese hablando con un niño.

Hyungwon apartó la mirada de las muñecas del desconocido y sus miradas se encontraron.

- Tú... Tú me mordiste -dijo Hyungwon en un susurro mientras forzaba los ojos, intentando recordar lo que había ocurrido justo antes de desmayarse.

- Sí, te mordí - Wonho sonreía, dejando visibles sus caninos protuberantes.

Aún trataba al menor como si tuviese algún retraso mental.

- Y... ¡me chupaste la sangre! -Hyungwon casi gritó, apuntando a Wonho de forma acusatoria cuando recordó lo que había ocurrido.

- Sí, te la chupé -Wonho se rió al ver cómo actuaba su víctima; era realmente adorable.

- ¿Por qué lo hiciste? -Hyungwon colocó ambas manos en su cuello, como si lo estuviese protegiendo-. ¿Eres un vampiro?

Hyungwon no creía en vampiros, fantasmas, hombres-lobo o cualquier otra cosa sobrenatural, pero no estaba de más preguntar, sólo para asegurarse.

- ¿Vampiro? -Wonho alzó ambas cejas-. No. Me alimento de sangre, pero no soy un vampiro.

Hyungwon suspiró aliviado.

Pero al reflexionar sobre sus palabras, se dio cuenta de que no debería sentirse aliviado.

- ¿Qué eres, entonces? -preguntó Hyungwon confundido, mirando al chico que lo había atacado, aunque le seguía pareciendo extremadamente atrayente.

- Es difícil de explicar -Wonho se pasó una mano por entre su cabello negro de forma casual, mientras se humedecía los labios con la lengua.

Para Wonho aquel gesto era meramente casual, pero Hyungwon sintió una palpitación en su zona íntima y los pensamientos que pasaron como un relámpago por su mente lo asustaron.

Sodomía |2won|Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang