11

243 40 20
                                    


¿De verdad Hoseok no existía?

- Desde que te llevaron al hospital, nadie más vio al chico que vivía ahí. Entré en el apartamento algunas veces durante la semana, pero no vi a nadie, y sólo estoy esperando a que acabe el mes para poder sacar todos los muebles y ponerlo en
alquiler de nuevo.

Hyungwon parpadeó unas cuantas veces y notó que se formaba una bola en su garganta. Las lágrimas regresaron a sus ojos en contra de su voluntad y entonces comenzó a llorar, aspirando aire con fuerza por la boca y tosiendo, riendo y llorando al mismo tiempo.

No estaba loco. Hoseok existía.

- Por favor, señor -dijo el joven, llorando-. Necesito visitar ese apartamento una vez más, por favor. Necesito comprobar algo.

El hombre suspiró hastiado y Hyungwon escuchó un ruido fuerte, como si fuese una campanilla.

De repente, la puerta se abrió.

- Nos vemos en la tercera planta, muchacho.

Hyungwon ni siquiera respondió y comenzó a correr hasta las escaleras. Subió los escalones lo más rápido que pudo, con el corazón desbocado y las lágrimas todavía resbalando por sus mejillas. Hoseok existía. Todo lo que ellos habían vivido era tan real como recordaba y se avergonzó por haber pensado, aunque fuese por unos breves instantes, que Hoseok pudiera haber sido una simple ilusión.

Cuando Hyungwon llegó al tercer piso, corrió hasta la puerta del apartamento 301 y esperó. Trató de girar el picaporte unas cuantas veces, pero nada sucedió. Necesitaba saber qué había ocurrido con Hoseok, ¿por qué nadie lo ayudaba?

El llanto del muchacho llamó la atención de cierta persona.

- ¿Qué estás haciendo aquí? -dijo una voz a su espalda, y Hyungwon se giró asustado.

Era la señora mayor que vivía al lado del apartamento de Hoseok.

- Necesito ver algo en este apartamento... -respondió Hyungwon, secándose las insistentes lágrimas.

- ¡Deberías estar en el hospital, muchacho! -la anciana mantenía la mitad del cuerpo fuera de su propio apartamento y hablaba en tono serio, como si fuese una madre preocupada.

Entonces Hyungwon se dio cuenta.

- ¡Usted fue la señora que me encontró desmayado en el apartamento! Y era la señora que venía a visitarme, ¿verdad? Mi jefe me lo contó, pero nunca me imaginé que fuera usted... -dijo Hyungwon señalando a la mujer de forma acusatoria, y casi se da una bofetada por no haberse dado cuenta antes.

- Sí, fui yo -dijo ella con una sonrisa-. Pero cuando iba a visitarte por la mañana temprano, tú siempre estabas dormido. ¡Y deberías estar descansando en el hospital! ¡Dudo mucho que estés 100% recuperado!

- ¿Usted vio al chico que vive en este apartamento cuando me encontró? -preguntó Hyungwon, ignorando la reclamación de la anciana-. ¿Sabe dónde está?

Ella pareció pensar durante un segundo. Hyungwon no se dio cuenta, pero tenía un pequeña sonrisa dibujada en los labios.

- Ah, no. Perdón, pero no lo he visto. Pero creo que si tienes algo que hacer dentro de ese
apartamento, deberías entrar. Mira, el casero ya ha llegado -y con esas palabras, sonrió y cerró la puerta de su casa.

Después de todo el discurso del casero sobre no extraer nada que no fuera suyo, y de que Hyungwon suplicara para poder entrar
solo, por fin pudo girar las llaves en la cerradura. Cuando la puerta se abrió, Hyungwon se estremeció.

Sodomía |2won|Where stories live. Discover now